El gobierno de Venezuela venderá en noviembre 49 por ciento de acciones que aún posee en CANTV, el monopolio de la telefonía básica, informó a empresarios el ministro de Planificación, Teodoro Petkoff.
La privatización "no ha avanzado en forma espectacular y la gente que es escéptica tiene razones para ello", dijo Petkoff, "pero el gobierno tiene la voluntad de vender las acciones de CANTV en la primera quincena de noviembre".
Las acciones estatales en CANTV (Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela) se colocarán en las bolsas de valores venezolanas y en mercados internacionales, indicó el ministro.
El gobierno estimó hace meses que la operación puede dejarle ingresos de 1.000 a 1.500 millones de dólares.
En 1991 el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez vendió mediante licitación, por 1.885 millones de dólares, 40 por ciento de acciones de CANTV, a un consorcio encabezado por la compañía estadounidense GTE, y reservó 11 por ciento para los trabajadores de la telefónica.
CANTV, con 2,8 millones de líneas instaladas y más de dos millones de clientes, tiene una concesión por 35 años, prorrogable por otros 20, y el monopolio de la telefonía básica hasta el 2000.
La comisión de intercambio de valores de Estados Unidos realiza una auditoría a la CANTV para autorizar la venta de acciones en sus bolsas, y el parlamento venezolano debe autorizar la operación.
Entretanto, el gobierno renegoció el contrato para la venta de sus acciones con los bancos de inversión estadounidenses Lehman Brothers y S.G. Warburg, que se beneficiarían de una comisión de 4,5 por ciento -calificada de "leonina" por Petkoff- y les pagará 2,4 por ciento.
El ex ministro de Inversiones Carlos Bernárdez calificó a las acciones estatales en CANTV "la joya de la corona", dentro del conjunto de activos a privatizar que pueden dejar, en dos años, unos 3.000 millones de dólares.
La agenda de la privatización incluye las industrias estatales de acero y aluminio, bancos intervenidos durante la crisis financiera de 1994, empresas eléctricas, los restos de una aerolínea, hoteles e instalaciones turísticas.
"La privatización de PDVSA (Petróleos de Venezuela) no se encuentra en la agenda de este gobierno, y quienes la promueven son fundamentalistas que piensan que esa privatización resuelve todos los problemas del país", dijo Petkoff.
Economistas liberales abogan por privatizar PDVSA, cuyas ventas mundiales superan los 26.000 millones de dólares anuales, o al menos 20 o 30 por ciento de sus acciones, para con esa masa de recursos reducir la deuda pública externa (27.000 millones de dólares) y reanimar la economía no-petrolera.
El presidente de PDVSA, Luis Giusti, propuso debatir la venta de 15 por ciento de acciones del grupo, pero el ministro de Energía, Erwin Arrieta, cortó en seco el debate señalando de modo categórico que PDVSA no se privatizará.
En cambio, Venezuela practica una "apertura petrolera", con cesión a particulares de segmentos del negocio, tales como explotación de campos marginales y producción y mejoramiento de crudos extrapesados.
También se iniciaron este año asociaciones entre PDVSA y trasnacionales petroleras para explotar ocho grandes campos de crudos livianos y medianos a gran profundidad.
Petkoff dijo que a ese proceso seguirá la "apertura petroquímica", con medidas para atraer inversión extranjera directa en ese sector.
La Petroquímica de Venezuela (Pequiven), filial de PDVSA, produce anualmente 3,2 millones de toneladas y en empresas mixtas con compañías nacionales y extranjeras manufactura otros dos millones de toneladas anuales. (FIN/IPS/hm/if-la/96) (FIN/IPS/hm/dg/if/96