Unos 200 palestinos revisan cada día una montaña de basura de dos pisos en la base de una colina en las afueras de esta ciudad, cada vez más concurrida desde que Israel ordenó el cierre de Gaza y Cisjordania, hace cinco meses.
Aluminio, plástico, vestimenta y otros artículos desechados cubren parte de las necesidades básicas de muchos palestinos desde el cierre de la frontera.
"Israel la cerró y no hay trabajo", explicó Ali Handman, conductor de un camión de recolección de basura que trabajó en Israel durante 20 años, antes de perder su trabajo tras el cierre, y ahora hurga en los residuos de colonos judíos.
Hace tres años, 120.000 palestinos cruzaban a Israel diariamente para trabajar en fábricas, construcción y agricultura. Ahora, el número se redujo a menos de 50.000. La brecha ha sido llenada por trabajadores extranjeros provenientes de Rumania y Tailandia.
Al asumir su cargo, el nuevo primer ministro de Israel, Binyamin Netanyahu, se comprometió a entregar otros 10.000 permisos de trabajo. Con el desempleo en palestina ubicado en casi 60 por ciento en Gaza, el trabajo adicional será de ayuda.
Pero los economistas afirman que se necesitarían miles de permisos para salvar la devastada economía palestina. La pérdida de salarios ha tenido un costo para Palestina de unos cuatro millones de dolares por día, según autoridades.
Negociadores palestinos han hecho un llamado al fin del sistema de permisos que efectivamente paraliza a los palestinos dentro de los límites de Cisjordania y Gaza a menos que tengan un motivo de fuerza mayor para ingresar a Israel. "Creemos que el cierre debe ser levantado de inmediato", dijo el negociador Saeb Ereikat.
El ex primer ministro laborista, Shimon Peres, puso en práctica una polítca de "separación" entre israelíes y palestinos. Según analistas, el cierre, que entró en vigencia seis meses antes del acuerdo de Oslo y 14 meses antes del primer bombardeo a un bus israelí, fue una función de esta ideología de la separación.
El partido Laborista pretende una separación geográfica, pero el Likud no comparte esta voluntad, señaló Ehud Sprinzak, profesor de ciencia política de la Universidad Hebrea.
El cierre siempre estuvo vigente en algún nivel, y es reforzado cuando se considera necesario, como parte de una estrategia para presionar a los militantes palestinos a que depongan las armas, dijo un vocero de la Administración Civil, la autoridad militar israelí que aún opera en Cisjordania.
"Presiona a los militantes a no cometer actos terroristas", dijo el vocero del ejército israelí, y añadió que "los palestinos entienden que se trata de una medida temporal que debe ser tomada".
No obstante, los analistas estiman que hay pocas posibilidades de que Netanyahu, quien se opone a la creación de un Estado palestino, profundice la política de separación. Incluso miembros de su partido Likud han hablado contra el cierre como una dura medida de escasos o nulos beneficios.
El mantenimiento de la política de Netanyahu tendiente a una economía de libre mercado, y su oposición ideológica a cualquier división -incluso en función de la seguridad-, de lo que su partido denomina el "Gran Israel", aumentan las posibiildades de que se produzca una apertura.
Aun así, la medida podría no favorecer a los palestinos que hurgan en la basura. Por razones políticas, Netanyahu tiene poca incentiva para levantar por completo el cierre, el cual es asociado con la seguridad por gran parte de los israelíes.
El primer ministro sostiene además que Jerusalén continuará siendo "la capital eterna y unida" de Israel. El cierre ayuda a asegurar que no se realicen actividades gubernamentales palestinas en la disputada ciudad.
Pero la Jerusalén unida de la que habla Israel intersecta la parte palestina de la ciudad. Mientras la frontera es reconocida y reforzada, media docena de villas palestinas que son suburbios naturales de Jerusalén quedan aisladas en Cisjordania, entre la frontera por un lado y el desierto por otro, y con pocas oportunidades de empleo.
"Esta es la peor situación que ha obligado a la gente a buscar en la basura alimento y vestimenta", dijo el encargado del basurero de los colonos judíos, un palestino. De todos modos, es poco posible que la frontera se abra pronto. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/lp/ip/96