Son hindúes y no se les permite entrar en templos hindúes. Han sido tradicionales fabricantes de espadas pero están proscriptos del ejército. Sus hijos no pueden comer en la escuela con compañeros de clase y sus mujeres tienen prohibido el uso de grifos de agua comunitarios.
Las castas de intocables en el sur de Asia han sentido tradicionalmente el dolor y la humillación de estar en el último peldaño de la escala social. Sin embargo, en India y Nepal donde el sistema de castas es más férreo, ahora se habla en contra de lo que califican un inhumano apartheid social.
En India, alrededor del 15 por ciento de sus 900 millones de habitantes son Dalits, castas intocables cuyas profesiones tradicionales durante milenios fueron consideradas sucias por los hindúes privilegiados. En Nepal, el 20 por ciento de sus 21 millones de habitantes es Dalit.
Los Dalits fueron tradicionalmente carniceros, herreros, sastres, zapateros remendones y barrenderos, y son considerados intocables aunque realicen otras tareas.
El sistema de castas ha sido legalmente abolido tanto en India como Nepal pero la discriminación persiste. Para peor, los esfuerzos de los Dalits para organizarse y luchar contra la discriminación y politicas oficiales en su favor han provocado una reacción negativa de las castas "superiores".
"Nuestro principal factor en contra es nuestro apellido", dijo Dilip Pariyar, un Dalit de Nepal occidental. "La discriminación comienza cuando uno escribe su nombre para postularse en un trabajo o alquilar una habitación". Muchos Dalits ocultan sus apellidos tradicionales que denotan su profesión, y han adoptado nombres neutrales.
Pariyar dijo que hay muchos Dalits que viven en la ciudad que anotaron a sus hijos en la escuela con otro nombre. "No quieren que los niños sufran la inhumana discriminación y humillación que vivieron sus padres".
Viswakarma y Pariyar integraron un grupo de Dalits que se encontraron recientemente en esta ciudad, situada al este de Kathmandu, para planear nuevas estrategias contra la discriminación.
Moti Lal Nepali cambió su apellido de Kami, que quiere decir herrero, por el más genérico de Nepali para evitar ser tratado como un descastado. Nepali dirige la Organización de Bienestar Dalit y proviene de una larga línea de herreros. Sus antepasados forjaron el tradicional puñal Ghurka, el khukri, para los reyes del siglo XVIII que unificaron Nepal.
"Es irónico que si bien hicimos las armas que convirtieron a Nepal en una nación, nos niegan el servicio militar", señaló Moti Lal. "Lo peor es que somos hindúes y se nos impide entrar en templos hindúes".
En el Nepal rural, donde la discriminación es mas flagrante, los Dalits tienen prohibida la entrada a las casas de gente de rango social más alto. En las ciudades, no pueden alquilar habitaciones.
"Los propietarios de casas creen que vamos a contaminar sus hogares. En efecto, ni siquiera nos permiten entrar en sus establos de las vacas porque podemos traspasar la polución a los animales sagrados. Los Dalits están un escalón más abajo que los animales", apuntó Viswakarma.
Las mujeres Dalit sufren todavía más. Kamala Hemchuri sufrió la discriminacón en primera persona cuando trató de llenar un balde de agua del grifo comunal. "Debemos soportar esa humillación todos los días: esperar hasta que las demás mujeres se hayan marchado para poder acercarnos y abastecernos de agua".
Agregó que "nuestros hijos no pueden comer con sus compañeros de clase en las escuelas y deben lavar los utensilios que usaron".
Esa discriminación no solamente es vergonzosa sino tambien evita que los Dalits consigan trabajo para aumentar sus ingresos y salir del cerco de pobreza.
"No podemos abrir restaurants, ¿quién entraría a comer? Lo mismo ocurre si se pretende trabajar con una granja de animales. Dicen que contaminamos la leche de la vaca dentro de la ubre. Hubo casos que granjas estatales hesitaron en aceptar leche de campesinos Dalit", añadió.
Si bien los Dalits constituyen un quinto de la población, su representación en la justicia, el servicio civil, la política y sectores técnicos no es proporcional. Nepal carece de los programas de afirmación que India ya tiene.
El índice de analfabetismo nepalí es del 40 por ciento, pero es solo de un 10,7 entre los Dalits. Entre las mujeres el índice es de 3,2 por ciento. De los dos millones de mujeres Dalit que hay en el país solo 20 cumplieron estudios secundarios.
"La mujer Dalit está doblemente oprimida", apuntó Durba Sob. "Primero debe soportar el peso de ser intocable y luego sufrir más discriminación por ser mujer".
La mayoría de los niños Dalit están desnutridos. Como promedio, la expectativa de vida de un Dalit es de 42 años, 10 menos que el índice nacional.
No obstante esas cifras perturbadoras, la reunión de Nagarkot se conmovió cuando supo que muchos Dalit no se habían dado cuenta que eran descastados sociales. Un estudio reciente mostró que si bien el 90 por ciento de los Dalit interrogados dicen que chocaron con prácticas de "intocabilidad", más de la mitad no lo considera un problema.
Solo el 13,7 por ciento de los Dalits entrevistados considera que la discriminación es una injusticia que debe ser combatida.
Dev Narayan Ghatani comentó que muchos Dalits "sienten que es la voluntad de Dios y que llevaremos el estigma del pecado si tocamos a aquellos que nos discriminan. En un sentido, nosotros los Dalits perpetuamos la intocabilidad". (FIN/IPS/tra- en/rj/kd/an/pr).
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