EE.UU: Encuesta revela creciente enojo hacia los empresarios

La imagen de las grandes compañías es aún extremadamente negativa a los ojos de los estadounidenses, según una encuesta difundida hoy, aunque el debate sobre la responsabilidad empresarial se apagó en los últimos meses.

A pesar de que la economía parece salir a flote y el desempleo está a la baja desde hace cinco años, la población siente ahora tanto enojo, o aun más, con las grandes corporaciones como con el gobierno, según el sondeo efectuado por el Centro Preámbulo para la Responsabilidad Pública, con sede en Washington.

"Lo más significativo y sorprendente es que la furia hacia las compañías de Estados Unidos comenzó a traducirse en un amplio apoyo del público hacia eventuales acciones de gobierno que tiendan a llamar a la responsabilidad a las empresas", según el estudio.

Esta nueva actitud de la ciudadanía "podría cambiar el panorama político de la nación", sostiene el informe del Centro Preámbulo.

En los últimos meses, los medios periodísticos de Estados Unidos prestaron una atención inusitada a la caída de la imagen de las principales empresas de Estados Unidos, atribuida al discurso de campaña de Pat Buchanan, derrotado candidato a la nominación presidencial por el opositor Partido Republicano.

Los ataques de Buchanan al mundo empresarial le permitieron ganar votos a costas de rivales más inclinados a complacer a las compañías, como el triunfante Bob Dole.

Pero, como las posibilidades del candidato se desvanecieron en abril y mayo, los medios dejaron de prestar atención al asunto. A pesar de ello, el Centro Preámbulo concluyó en su estudio que el comportamiento de las empresas de Estados Unidos es aún una de las principales preocupaciones del público.

"La recesión, el estancamiento de los salarios y descendiente seguridad laboral dejaron en el público una opinión profundamente negativa acerca de las acciones y motivaciones de las empresas de Estados Unidos", según los autores de la encuesta.

La mayoría de los estadounidenses de clase media y trabajadora cree ahora que las corporaciones son "buenas inversiones", pero califica a sus responsables de "malos ciudadanos".

Casi 80 por ciento de los entrevistados dan a las empresas altas calificaciones en materia de "beneficios" lucrativos, pero 70 por ciento cree que no hacen suficiente en materia de "lealtad hacia los empleados" o "mantener los puestos de trabajo de Estados Unidos".

El público, aparentemente, tampoco cree que las corporaciones vayan a arreglar esos problemas.

Casi 70 por ciento de los encuestados dijeron que están a favor de acciones de gobierno para promover conductas más responsables y castigar a las empresas cuando sus acciones perjudiquen innecesariamente a empleados y comunidades.

El enojo frente al gobierno es alto en esta sociedad tradicionalmente opositora.

Pero 68 por ciento de los entrevistados atribuyen ahora a la "codicia" de los empresarios, tanto o más que a las acciones de Washington, las dificultades de las familias trabajadoras, cuyos ingresos reales cayeron o se estancaron en los últimos 25 años.

Este hecho tendrá importantes derivaciones políticas, porque "crea posibilidades de un nuevo tipo de diálogo político", según el Centro Preámbulo.

"Cuando el público enfrenta la alternativa entre políticos que atacan la codicia empresarial y políticos que atacan a un mal gobierno, su sentimiento estará con la primera opción", según el informe.

"En 1994, ser el candidato más opositor al gobierno era suficiente (para obtener votos). En el futuro, eso no será tan simple", agregaron los autores de la encuesta.

El informe reveló que una fuerte mayoría del público atribuyó los despidos, la recesión, la reducción de beneficios de los empleados y la transferencia de puestos de trabajo a países de menores salarios a la codicia de los empresarios más que a su búsqueda de competitividad y eficiencia.

Las críticas al comportamiento de las empresas cruza las líneas partidarias.

Casi 80 por ciento de los simpatizantes del gobernante Partido Demócrata, dos tercios del opositor Partido Republicano y 74 por ciento de los independientes creen que el impacto económico y humano del comportamiento de las empresas es de tal magnitud que debería obligar al gobierno a intervenir.

Las medidas de gobierno en tal sentido que contarían con el apoyo de la ciudadanía incluyen la apelación a incentivos impositivos, tasas de impuestos crecientes a ejecutivos con salarios "excesivos" y el establecimiento de beneficios básicos a todos los empleados de las compañías.

"Los estadounidenses están mucho más proclives a apoyar a líderes que estén a favor del establecimiento de criterios de responsabilidad empresarial y recompensas a las compañías que los cumplan", concluyó el informe.

Para el Centro Preámbulo, estas medidas incluirían "la negativa a deducciones de impuestos a los aumentos de ingresos de los ejecutivos dispuestos al mismo tiempo que se registran despidos" y "la obligación a las grandes empresas a suministrar beneficios básicos a todos sus trabajadores".

Algunas de esas medidas cuentan con el respaldo de los parlamentarios demócratas, pero la actitud del presidente Bill Clinton ha sido ambigua en ese sentido.

Durante el auge de Buchanan a inicios de año, las posiciones en la materia se vieron representadas por el secretario del Tesoro, Robert Rubin (cuyos partidarios se mostraban favorables a las empresas), y el secretario de Trabajo, Robert Reich (con quien se alineaban los funcionarios más críticos).

Reich manifestó que la responsabilidad empresarial es uno de los asuntos más importantes para Estados Unidos en una época de integración acelerada del mercado internacional. (FIN/IPS/tra- en/jl/mk/mj/ip if/96

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