COSTA RICA: Trágico paso del huracán César

El presidente de Costa Rica, José María Figueres, solicitó ayuda internacional para enfrentar los daños causados por el paso del huracán César, que este fin de semana dejó muerte y destrucción en este pais centroamericano.

Según el informe que este lunes proporcionó la Comisión Nacional de Emergencias, el fenómeno dejó un saldo de 11 muertos, casi medio centenar de desaparecidos y pérdidas materiales calculadas en 12 millones de dólares.

La Comisión, encargada de prevenir y atender los efectos de desastres naturales, aseguró que el número de muertos puede aumentar en 10.

Costa Rica fue el país más afectado por el huracán, sobre todo en su zona sur, que el domingo alcanzó también a Nicaragua.

Con el fin de enfrentar la situación, el presidente Figueres decretó el domingo por la noche el estado de emergencia nacional, que permite desviar recursos hacia la atención de los daños provocados.

Unos 30 derrumbes interrumpen el paso por la carretera interamericana sur, que llega hasta Panamá, y varias poblaciones se encuentran aisladas, sin electricidad o agua.

La Comisión estableció este lunes un puente aéreo para llegar con alimentos y ropa a los los habitantes de esas zonas. A la vez, inició una campaña de recolección de alimentos no perecederos, ropa y medicinas.

Durante el fin de semana, las autoridades evacuaron a 5.700 personas y 2.560 refugiados fueron trasladados a 25 albergues instalados en la zona sur y en el Pacífico Central y Sur, regiones que también se encuentran aisladas por derrumbes en las carreteras o daños en puentes.

La peor tragedia ocurrió en una localidad de la zona sur, donde un terraplén sepultó una vivienda con 10 personas adentro este domingo.

"Eran como las 11:30, yo estaba fuera de la casa porque estaba arreglando una cerca. De pronto escuché como un zumbido. Volví a ver hacia la casa y vi un montón de tierra que se nos venía encima y entonces corrí para no quedar sepultado", narró Rigoberto Calderón, el único sobreviviente de la familia.

"Cuando vi que ya no caía más tierra traté de sacar a uno de mis hijos, al que sólo se le veían las piernas, pero otro derrumbe me lo quitó de las manos", relató.

Aunque el deslizamiento enterró cinco casas, sólo la familia Calderón quedó sepultada porque las otras cuatro estaban vacías.

Durante las intensas lluvias de sábado y domingo, los ríos, desbordados arrastraron miles de toneladas de piedra, lodo y ramas, en una gigantesca masa que dañó puentes, edificios y casas.

La Comisión Nacional de Emergencias estima que los daños en infraestructura de salud supera los 7,6 millones de dólares. (FIN/IPS/mso/ag/en/96

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