BIRMANIA: UE presiona a Asia para que reduzca vínculos con Rangún

La Unión Europea (UE) pretende que Japón y los siete miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) reduzcan su comercio con Birmania en protesta por los persistentes violaciones a los derechos humanos que se registran en ese país.

En una serie de reuniones previstas con representantes de la ASEAN en Bruselas y Jakarta a fines de este mes, funcionarios de la UE presionarán al bloque asiático para que consideren "medidas restrictivas", así como cortes en la ayuda al desarrollo, contra el régimen militar de Birmania.

"Japón y los países de la ASEAN tienen influencia real sobre Rangún. Lo que ellos digan y hagan tiene más impacto en Birmania que eventuales acciones de la UE", explicó un funcionario del bloque europeo.

Birmania importa más de 500 millones de dólares en bienes procedentes de China, Malasia, Singapur y Tailandia, una cifra que mucho mayor al flujo comercial de ese país con Europa.

De todos modos, los países de la ASEAN no han emitido señales en torno a una política de "compromiso constructivo" acerca de Birmania, aunque están dispuestos a atender los argumentos de la UE.

Se prevé que ASEAN dará ingreso a Birmania como país observador del agrupamiento en la reunión de cancilleres que se celebrará la semana próxima en Jakarta.

La UE está bajo presión para cortar su corriente comercial y de inversiones con Birmania tras la muerte en prisión del consejero honorario de Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suiza en Rangún, James Leander Nichols, y de un amigo de la líder opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.

Dinamarca presionó a sus socios en la UE para que el bloque imponga sanciones económicas y comerciales sobre Birmania. El canciller del país europeo, Niels Helveg Peterson, también reclamó a las Naciones Unidas una investigación sobre las circunstancias de la muerte de Nichols.

Pero las reacciones europeas fueron, de todos modos, cautelosas. En una breve declaración emitida en Bruselas este lunes, los ministros de Relaciones Exteriores del bloque se cuidaron de anunciar cualquier tipo de boicot contra Birmania.

En cambio, los cancilleres expresaron su "profunda alarma" por el continuo deterioro de la situación política y reclamó al régimen militar a "restaurar la democracia sin retraso" y a "respetar los derechos humanos".

Los ministros pidieron a Rangún una "completa y satisfactoria explicación" de la muerte de Nichols. Los cancilleres descartan, por ahora, acciones punitivas, pero anunciaron que considerarán "posibles medidas restrictivas" en consulta con otros países.

Los diplomáticos europeos admitieron que la declaración reflejó la falta de respaldo a la iniciativa de Dinamarca de imponer sanciones. Pero el propio Peterson rebajó sus demandas iniciales.

"Dinamarca se dio cuenta de que no había apoyo para la aprobación de sanciones de parte de ninguno de los países miembros", dijo un funcionario.

La mayoría de los gobiernos de la UE argumentan que ninguna acción punitiva del bloque tendría impacto sobre Rangún, debido a la escasa significación del flujo comercial.

Otros funcionarios sostuvieron que las sanciones colidirían con disposiciones de la Organización Mundial de Comercio y solo pueden ser autorizadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Un funcionario de la UE manifestó que, si bien por el momento no se consideran acciones contra Birmania, el bloque no suministrará ninguna ayuda al desarrollo del país. Además, la cooperación militar entre los gobiernos de la UE y Rangún fue suspendida.

Al mismo tiempo, la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, analiza el reclamo de la Confederación Internacional de Sindicatos Libres (ICFTU) en cuanto a la aplicación de normas del sistema general de preferencias comerciales de la UE que castigan la apelación al trabajo forzado.

Esta práctica sería común en la industria de la construcción y en actividades relacionadas con la actividad turística en Birmania.

"La investigación continúa. Una vez que tengamos el informe, la Comisión Europea decidirá si Birmania continuará gozando de preferencias comerciales", dijo un funcionario del órgano ejecutivo.

Mientras tanto, la presión de consumidores y grupos de defensa de los derechos humanos está obligando a las empresas europeas a suprimir inversiones previstas en el país asiático.

Las compañías Carlsberg, de Dinamarca, y Heineken, de Holanda, dejaron de lado hace pocas semanas una asociación para la construcción de plantas de destilación en el país asiático.

"La opinión pública y problemas del mercado birmano" fueron los factores que obligaron a Heineken a "evitar el efecto adverso para la marca y la reputación" de la compañía que supondrían esas inversiones, dijo el jefe ejecutivo de la empresa holandesa, Karel Vuursteen.

El ICFTU pidió a los sindicatos europeos afiliados a la federación internacional que mantengan la presión hasta que se resuelva un boicot comercial contra Birmania.

"También reclamamos restricciones a las visas a integrantes del régimen militar", dijo un dirigente sindical.

Las mayores inversiones en Birmania fueron efectuadas por compañías petroleras occidentales, entre ellas la francesa Total y la estadounidense Unocal. (FIN/IPS/tra-en/si/fn/mj/ip hd if/96

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