El gobierno de Argentina pasó hoy con éxito la primera gran prueba tras la salida de Domingo Cavallo del Ministerio de Economía: los mercados financieros locales e internacionales avalaron el cambio de ministro con una jornada sin el nerviosismo pronosticado por algunos analistas.
En el primer día hábil luego que el ex presidente del Banco Central Roque Fernández sustituyera a Cavallo, los bonos de la deuda externa (Brady) en Londres y las acciones de empresas argentinas que cotizan en Nueva York, operaron con tendencia alcista, un comportamiento igual al de la bolsa local.
Los esfuerzos del sucesor de Cavallo para demostrar que nada sustancial cambiará con su gestión y las propias declaraciones del ministro saliente dando su respaldo a Fernández contribuyeron durante el fin de semana a neutralizar cualquier duda respecto de modificaciones cambiarias o financieras de importancia.
Por tanto, no hubo aglomeraciones en las casas de cambio y los operadores aseguraron que la jornada fue normal, con un alza casi imperceptible en el valor del dólar, que se mantiene igual a un peso -moneda local- desde hace más de cinco años, cuando asumió Cavallo y puso en marcha el programa de libre convertibilidad.
No obstante, la tranquilidad inicial es sólo una prueba que fue sorteada con éxito. Apelando a una imágen pugilística, el analista político Rosendo Fraga sostuvo que Fernández "ganó apenas el primer round al demostrar que los mercados están bajo control".
El "segundo round", para Fraga, es demostrar capacidad de obtener respaldo político para su gestión. En este sentido, el observador advirtió que las señales de virtual acompañamiento político están en el Ministerio de Trabajo y en su relación con el Congreso.
El cambio de ministro de Trabajo fue una versión muy persistente durante el fin de semana, ya que el actual titular de la cartera, Armando Caro Figueroa, era el principal aliado de Cavallo en el gabinete. Pero este lunes el presidente Carlos Menem aseguró que no habrá mas cambios.
En cuanto a la relación con el parlamento, Cavallo explicó el sábado que la clave de la gestión de su sucesor está en persuadir a los legisladores del gobernante Partido Justicialista para que aprueben las medidas que se requieren para consolidar el modelo.
EL ex ministro está convencido de que su salida del gobierno estuvo relacionada con el agotamiento de su capacidad de persuasión del bloque justicialista, eufemismo con el que aludió a sus constantes peleas con los legisladores, que lo acusaban de buscar acumular poder para un proyecto político propio.
En este sentido, el jefe del bloque justicialista de la Cámara de Diputados, Jorge Matzkin, aseguró que esta misma semana intentarán avanzar en las leyes que requiere el nuevo ministro, en particular las de privatizción de empresas hidroeléctricas y nucleares, aeropuertos y correos.
Estas iniciativas impulsadas por Cavallo no fueron aprobadas hasta ahora, una razón por la cual el ministro saliente ideó una serie de medidas de ajuste para equilibrar el desbalance fiscal que apuntaron contra algunos beneficios de los asalariados y se constituyeron en su virtual sentencia de muerte.
Ahora los diputados prometen que no derogarán los decretos que elaboró Cavallo y que fueron tan resistidos por empresarios, sindicalistas, parlamentarios y otros dirigentes en la última semana de su gestión.
La capacidad política de Fernández no es el único "round" o desafío pendiente. Hasta el momento, la salida de Cavallo del Ministerio de Economía era percibida por la dirigencia política, empresarial y la opinión pública en general como un hecho que podrá generar una verdadera hecatombe financiera.
El recambio negó esta percepción y demostró que el modelo no corre riesgos con el cambio de figuras, pero la población no manifiesta euforia. Los problemas continaún expresándose en una recesión y un alto desempleo que persistirán en los próximos meses y, para algunos, se agudizarán.
El presidente de la opositora Unión Cívica Radical, Rodolfo Terragno, consideró este lunes que los anuncios de Fernández en el sentido de que intentará cerrar rápidamente las cuentas sin aumentar impuestos ni incrementar el endeudamiento externo "no son alentadores".
"Con un déficit de 5.000 millones de dólares previsto para fin de año, 'rápidamente' significa con más recesión y más desempleo", advirtió Terragno.
En tanto, la Confederacin General del Trabajo ratificó la huelga general, prevista para el 8 de agosto.
Del mismo modo, dirigentes de la Unión Industrial Argentina manifestaron cierto temor por el sesgo eminentemente técnico de Fernández y su nuevo equipo de colaboradores.
"Es un equipo demasiado técnico y demasiado liberal para una Argentina que necesita un aparato productivo puesto en marcha, con alguna planificación y orientación", anticipó Diego Videla, secretario general de la organización industrial.
Del mismo modo, los productores rurales están en guardia por el temor a que Fernández coloque un impuesto al gas oil, una medida que subiría en 750 millones de dólares el costo de la producción y representaría un aumento de 10 por ciento en el valor de los pasajes del transporte público.
El presidente se apresuró a asegurar que el gas oil no aumentaría, pero en el Ministerio de Economía no descartan la medida. (FIN/IPS/mv/ag/ip-if/96
