AMERICA LATINA: Reducir pobreza para lograr seguridad alimentaria

El principal medio para promover la seguridad alimentaria es la lucha frontal contra la pobreza, reconocieron los 33 ministros de Agricultura de América Latina y el Caribe, reunidos en la capital paraguaya para preparar recomendaciones a la cumbre mundial de alimentación.

Según la declaración final de la conferencia regional de cinco días convocada por FAO, que fue aprobada este sábado, la baja productividad agrícola de los campesinos pobres conspira no sólo contra su nutrición, sino que impide a los países latinoamericanos y caribeños lograr el autoabastecimiento de alimentos.

Un primer problema a atacar en una estrategia de seguridad alimentaria es la pobreza rural, que acrecienta las carencias de los campesinos. Sesenta y uno por ciento de la población rural de América Latina vive en la pobreza, de acuerdo con un informe de FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).

FAO reconoce que la inseguridad alimentaria, aunque suene paradójico, es básicamente un problema rural. La inmensa mayoría de los 800 millones de personas que sufren malnutrición crónica en el mundo habitan el medio rural de los países en desarrollo.

El informe analizado en Asunción consigna que la inseguridad alimentaria está relacionada en América Latina y el Caribe con el elevado índice de pobreza rural. Pero la creciente urbanización ha llevado el problema a las áreas urbanas, donde los desplazados del campo pululan por los suburbios, sin empleo y sumidos en la marginalidad.

También preocupa a los ministros el déficit de alimentos de algunos países de la región. A su juicio, esas economías tienen capacidad limitada para absorber los choques externos o los impactos climáticos.

El gran desafío, según los asistentes a la conferencia de Asunción, consiste en compatibilizar las políticas de ajuste económico que se implementan en la región con la necesaria lucha contra la pobreza y la desigualdad social y con el esfuerzo por mejorar los servicios esenciales y la infraestructura básica.

Como declaró Catherine Bertini, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, "las personas hambrientas tienen necesidades inmediatas que no esperarán", y la estrategia de seguridad alimentaria debe incluir ayuda urgente para enfrentar el hambre y la desnutrición.

Si bien no hay en América Latina y el Caribe necesidades perentorias de lucha contra el hambre, millones de habitantes de las dos áreas padecen desnutrición.

Bertini destacó que "la desnutrición global está otra vez en crecimiento", como lo demostraría "la prevalencia" en el mundo en desarrollo de niños de bajo peso.

La región latinoamericana y caribeña no escapa a esa realidad, advirtió Bertini.

Los ministros presentes en Asunción concordaron en la urgencia del combate contra la desnutrición, y también se comprometieron a enfrentar la pobreza, origen de las carencias alimentarias.

Las medidas deben orientarse en primer lugar a áreas rurales deprimidas y, en segundo término, a las cada vez más poblados centros urbanos de la región, destacaron los ministros.

La conferencia finalizada este sábado en Asunción fue préambulo de la cumbre mundial de alimentos que FAO organizará hacia noviembre en Roma. (FIN/IPS/ct/ff/dv pr/96

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