RUSIA: Lebed, nuevo hombre fuerte, no pierde el tiempo

El nuevo jefe de seguridad de Rusia, general retirado Alexander Lebed, comenzó sin pérdida de tiempo una limpieza de mesas para afirmar su poder en el aparato estatal.

Su nombramiento como secretario del Consejo de Seguridad Nacional y consejero de seguridad del presidente Boris Yeltsin fue rápidamente seguido del alejamiento de conservadores y elementos de línea dura de cargos clave de la seguridad.

El primero en salir fue el ministro de Defensa, Pavel Grachev, que dimitió de inmediato.

Le siguió la expulsión de Oleg Soskovets, primer viceprimer ministro, de Mijaíl Barsukov, director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), y de Alexander Korzhakov, jefe del Servicio de Seguridad de la Presidencia (PPS).

"Tuvimos que hacer cambios de personas", explicó Yeltsin. "Esas personas habían empezado a tomar demasiadas cosas en sus manos pero era poco lo que daban a cambio".

Korzhakov había apoyado a Soskovets para el cargo de primer ministro, que sigue en manos del relativamente liberal Viktor Chernomyrdin. Fue por su influencia que Soskovets fue nombrado, en enero, jefe del equipo electoral de Yeltsin.

Un tiempo más tarde, la supuesta incompetencia de Soskovets hizo que fuera quitado de esa función, siendo reemplazado por el primer asistente del Presidente, Viktor Ilyushin, y el propio Chernomyrdin.

Yeltsin, sin embargo, mantuvo a Korzhakov y a Barsukov en su consejo asesor electoral, en mérito a su lealtad personal. Ello no impidió que Korzhakov, en vista de su menguada influencia, tomara algunas actitudes drásticas.

Ya en mayo, puso en aprietos a Yeltsin al decir que muchas personas influyentes apoyaban una postergación de las elecciones "porque ahora necesitamos estabilidad antes que nada".

El último golpe fue el nombramiento de Lebed. El matrimonio Yeltsin-Lebed luce claramente como una unión de conveniencia, no por elección propia.

El Presidente precisa del 15 por ciento de los votos conseguidos por Lebed en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, lo que coincide con el interés del militar- candidato por controlar el aparato de seguridad.

Pueden no simpatizar entre ellos, pero existe un respeto mutuo. Al comentar sus relaciones con Yeltsin, Lebed dijo: "El es un hombre y yo también".

Convertido en el nuevo hombre fuerte del Kremlin, Lebed ha anunciado otros cambios en el Ministerio de Defensa.

Por el momento, sin embargo, Lebed y Yeltsin no se dan prisa por hacer nuevos nombramientos. El subdirector del FSB -nuevo nombre del célebre KGB soviético-, Nikolai Kovalev, ha sido nombrado director en funciones, en lugar de Barsukov.

El Servicio de Seguridad de la Presidencia, que creció en fuerza y poder bajo la dirección de Korzhakov, cuenta con 30.000 oficiales que durante esa gestión vieron triplicados sus salarios.

Hasta ahora sólo ha sido nombrado el nuevo jefe del Servicio de Guardias Federales de la Federación Rusa -el más importante cuerpo dentro del PPS-, en la persona del teniente general Yuri Krapivin.

Krapivin prestó servicios bajo el noveno Directorio del KGB y fue comandante del Palacio del Gran Kremlin. Entre 1992 y 1995 fue primer subjefe del Directorio del cuerpo de Grandes Guardias, cuya jefatura asumió a partir de julio de 1995.

La reacción de los militares también ha sido acallada. El nombramiento de Lebed causa cierta preocupación debido a sus ideas de reducir la fuerza numérica de las Fuerzas Armadas en un tercio y sus dudas de que sea posible profesionalizar totalmente al ejército hacia el año 2000. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/arl/ip/96

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