HABITAT: En el Norte se vive hasta 100 veces mejor

En las urbes del Norte industrializado se vive entre tres y 100 veces mejor que en las del Sur en desarrollo, según los indicadores recogidos por Naciones Unidas en 183 ciudades del planeta y presentados hoy en la cumbre urbana Hábitat-II que se realiza en esta ciudad de Turquia.

América Latina está relativamente favorecida en comparación con Africa y el conjunto Asia-Pacífico, pero con visible desventaja frente a los estados árabes y los ex socialistas, y a sideral distancia de los industrializados.

Los indicadores "fueron recogidos como servidores de las políticas de las naciones, de las regiones y de los poderes locales hacia sus ciudades", advirtió el experto estadounidense Steve Mayor, del programa de indicadores de Hábitat-II.

El viceministro de vivienda de Colombia, Fabio Giraldo, admitió en la presentación que "indicadores razonablemente escogidos dan señales que la sociedad puede usar", pero advirtió sobre un despliegue de indicadores sin conceptualización previa.

"Primero, es preciso un marco de ciudad, para hacer comparaciones", dijo Giraldo, "pues esta Conferencia discutió el derecho a la vivienda digna, pero en América Latina ese concepto no incluye los mismos requisitos por ejemplo en Colombia que en América Central, Bolivia o Haití".

Llamada "Cumbre de las Ciudades", la segunda conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (la en Vancouver, Canadá, en 1976, fue la primera) discute una agenda para promover un desarrollo urbano sostenible en el primer cuarto del siglo XXI.

Desde el punto de vista de América Latina, cuyos estados elaboraron un plan de acción regional, esa agenda comienza, y casi puede decirse que se resume, en el combate a la pobreza.

De las 183 ciudades encuestadas con 46 indicadores en 97 países del mundo, las 28 latinoamericanas presentan un Producto Interno Bruto (PIB) por habitante de 2.114 dólares anuales.

Ese guarismo supera los de Africa (919 dólares) y Asia (1.061), pero se rezaga frente a los estados árabes (2.983), las economías ex socialistas (3.357) y los países industrializados (23.187 dólares).

El PIB urbano por persona del 20 por ciento de las ciudades más pobres está incluso por debajo de la centésima parte del 20 por ciento más alto de urbes, lo que significa que ciudades del Norte llevan una vida hasta 100 veces mejor que algunas del Sur.

Los ingresos más bajos en los países más industrializados son tres veces más altos que los ingresos del 20 por ciento más alto en los países menos desarrollados.

Esa indiscutible pobreza "es más acuciante en aquellas ciudades en las que los pobres se ven forzados a vivir reunidos en zonas precarias", y tiene una inmediata traducción en términos de género.

Si bien los hogares encabezados por mujeres presentan cifras semejantes (24 por ciento en América Latina y 23,6 en los países industrializados), los hogares pobres encabezados por mujeres son 52,2 por ciento en América Latina y 29,7 en los países industrializados.

También se traduce en el derecho a la vida misma: en las ciudades de los países industrializados la mortalidad infantil (menos de cinco años) es de 0,5 por ciento, y en los menos desarrollados de 11 por ciento (6,5 en América Latina).

Hay 130 pacientes por camas de hospital en los países industrializados, frente a 320 en América Latina, 600 en Asia y 1.200 en Africa. América Latina tiene una tasa de homicidios de 0,8 por mil, el triple del promedio mundial.

La tasa de acceso al agua potable en las ciudades de América Latina es de 77,8 por ciento, mucho mejor que el 38,5 por ciento de Africa pero apenas por encima que los desérticos estados árabes (75 por ciento) y lejos de la casi plenitud (99,4 por ciento) en los países industrializados.

Tienen alcantarillado 61,5 por ciento de las áreas urbanas en América Latina (95,8 los industrializados), hay teléfono disponible para 46,9 por ciento de hogares (78,2 por ciento en los industrializados) y la electricidad llega a 90,7 por ciento.

En las naciones industrializadas los gobiernos locales reciben como ingresos 2.996 dólares anuales por persona, mientras que en América Latina sólo 177 dólares. La inversión por persona es de 586 dólares anuales en el Norte y de sólo 60 en la región latinoamericana.

La adquisición de vivienda, insistió Mayor, está ligada a que sean amplias o restrictivas las políticas de adquisición de tierra y de vivienda, más que a una exacta divisoria Norte-Sur.

Así, los latinoamericanos parecieran mejor situados, pues deben destinar 3,7 años de ingresos a comprar una vivienda, contra 4,4 en los países industrializados, 9,7 en los árabes y 8,5 en los de Asia y el Pacífico.

Los alquileres en las distintas regiones consumen un aproximado de 20 por ciento de los ingresos. En cambio, en la superficie habitable por habitante la diferencia es sustancial, pues es de 41 metros cuadrados en los países industrializados, de 16 en los latinoamericanos y sólo ocho en los asiáticos.

Los indicadores "responden a una metodología mundial, pero si se desagregan pueden convertirse en herramienta de políticas subnacionales, nacionales y regionales para el seguimiento de la agenda de Estambul". (FIN/IPS/hm/dg/pr/96)

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