HABITAT: Concluyo la ultima megaconferencia del siglo

La última megaconferencia de la centuria, la cumbre de las Naciones Unidas sobre el hábitat, concluyó hoy con un plan genérico para reparar problemas dejados por el crecimiento y la urbanización durante el siglo XX, pero sin articular todavía un programa para las ciudades del XXI.

También se la llamó Cumbre de las Ciudades, donde vivirán más de la mitad de los habitantes del planeta cuando empiece el nuevo siglo y de cuatro de cada cinco pobladores de América Latina, la región de más veloz urbanización en el mundo.

El presidente de Cuba, Fidel Castro, único presidente americano que acudió a la cumbre en esta ciudad turca dividida entre Europa y Asia por el estrecho del Bosforo, fue uno de los oradores cuando este viernes concluyeron dos semanas de trabajos.

"La vivienda es un derecho esencial del hombre", dijo Castro. "Tenemos derecho a vivir, habitar viviendas dignas, respirar aire limpio, beber agua no contaminada, disponer de un trabajo decente, alimentarnos con comida saludable y ser menos pobres cuando otros son más ricos".

El derecho a la vivienda, principal reivindicacion de los países del Sur y de las organizaciones no gubernamentales (ONG) fue reconocido por la declaración final y el plan de Estambul, pero Estados Unidos logró relativizarlo estableciendo que será "progresiva" su plena instrumentación.

Otra reivindicación en la agenda de Estambul es que los gobiernos deben rehuir los desalojos ilegales de ocupantes de tierras o viviendas, sin que las ONG lograsen una declaración contra todo desalojo que apele al uso de la fuerza.

La cumbre, que siguió a otras de la ONU esta década sobre ambiente, población, derechos humanos, desarrollo social y mujer, reunió a unas 11.000 personas, entre los 7.000 activistas de ONG delegados y periodistas. Se la llamó Hábitat-II, después de una primera en Vancouver, Canadá, en 1976.

La conferencia marchó en dos líneas. Una, lenta, farragosa, llena de posiciones tomadas, para confeccionar los documentos. Otra, ágil, práctica, pero asomada a lo desconocido, relacionó a los actores urbanos emergentes: las autoridades de poder local.

Las ONG, que en las otras conferencias de la ONU hicieron el papel del sindicato frente al patrono, pidiendo y exigiendo, en Estambul vieron remover la alfombra bajo sus pies.

Los gobiernos aceptaron pronto un compromiso sobre el derecho a la vivienda, lo que las despojó de su principal reclamo, e invitaron a las ONG a compartir responsabilidades, al punto que fue la primera conferencia de su tipo donde formalmente ONG y otros actores son formalmente consultados.

Por otra parte, "las ONG deben redefinirse, ya no deben suplantar al resto de la sociedad civil, y en vez de sólo exigir ahora deben aportar", señaló la colombiana Clara Angel, dirigente de la Coalición Internacional para el Hábitat.

La fuerza no-gubernamental que antes encarnaron las ONG derivó en Estambul hacia los poderes locales, responsables de ejecutar en sus dominios las líneas maestras sobre las que los gobiernos se han puesto de acuerdo.

Alcaldes congregados en Estambul crearon una coordinación única mundial para negociar con terceros, la Unión Internacional de Autoridades Locales, cuya coordinación se reunirá en París en septiembre bajo la batuta de Jaime Ravinet, de Santiago de Chile.

"Nace una nueva relacion, caracterizada por la emergencia internacional del poder local mientras se disuelve el viejo papel de las ONG, ahora enfrentadas a la corresponsabilidad", dijo a IPS el brasileño Jorge Wilheim, subsecretario de Hábitat-II.

Esa relación es el espinazo, el elemento más dinámico de la agenda de Estambul, sostuvo Wilheim. El plan de acción, con 150 objetivos y propuestas, queda como un elemento referencial.

"Es demasiado lejano. Más próximo es otro aporte del proceso hacia Estambul, como fue un plan regional elaborado por los gobiernos de América Latina", señaló el abogado Alejandro Florian, de la federación colombiana de vivienda.

Ese plan regional fija como prioridad luchar contra la pobreza y establece objetivos más tangibles, como construir tantas viviendas como nuevos hogares surjan a partir del año 2005.

Los municipios, las ONG, los centros académicos y las comunidades de base dispondrán con los planes de acción global y regional de referencias para su trabajo, aunque queda pendiente el tema de los recursos, sin compromiso alguno.

Las discusiones sobre superar la abundancia de males como la pobreza, la desigualdad y la contaminación, y la carencia de bienes como agua potable, transporte, empleo y vivienda, es decir, sobre los temas del siglo XX, dejó con pocas posibilidades el diseño de la ciudad del futuro.

Ese diseño o "corresponsabilidad para espacios donde ejercitar la ciudadania' fue subsumido en el debate sobre la superación del duro pasado y presente. Tuvimos mucha vivienda y poca ciudad. Mucho siglo XX y poco XXI", dijo a IPS el ecuatoriano Diego Carrion, de la ONG Ciudad. (FIN/IPS/hm/ag/pr/96)

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