EE.UU.: Atentado en Arabia Saudita deja dudas sobre uso de armas

El atentado con bomba contra una sede militar estadounidense en Arabia Saudita el martes pasado podría significar una amenaza de inestabilidad política en ese país, que es el primer cliente individual de las armas fabricadas en Estados Unidos, según expertos en defensa de esta capital.

"Puede no ser una amenaza inminente, pero no debe descartarse esa posibilidad a largo plazo", dijo Tom Cardamone Jr., director de la revista Arms Trade News, que se publica en Washington.

Cardamone opinó que si Arabia Saudita siguiera el camino de Irán en su política interior, Washington podría perder uno de sus mayores almacenes de depósito de armas fuera de Estados Unidos.

Cuando el sha de Irán -firme aliado de Estados Unidos- fue derrocado por la Revolución Islámica de 1979, Washington perdió una enorme cantidad de armas que cayeron en manos de los islámicos radicales, enemigos de este país, que tomaron el poder en Teherán.

El poderío militar saudita cuenta actualmente con 98 aviones de combate F-15 de última generación, 12 helicópteros artillados tipo Apache, 450 tanques M60A3, 315 tanques Abrams, 400 vehículos de ataque de infantería (IFV) y cientos de misiles tipo Sidewinder, Sparrow, Hawk y Maverick.

Esas armas fueron todas proporcionadas por Washington, en su mayor parte después de la Guerra del Golfo de 1991, y no se venden a casi ningún país del Tercer Mundo por ser consideradas demasiado sofisticadas y peligrosas como para caer en manos no confiables.

No obstante, Cardamone señaló que hay indicios de que los disidentes sauditas reclaman una sociedad más democrática, con prensa libre y elecciones pluralistas.

"En algún momento, esto podría amenazar la estabilidad del país", comentó Cardamone a IPS.

El ataque con un camión-bomba contra un complejo de vivienda de militares estadounidenses en Dhahran dejó el saldo de 19 muertos y cientos de heridos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Warren Christopher, y su colega saudita Saúd al-Faisal afirmaron, sin embargo, que el atentado no detendrá la amplia colaboración militar entre los dos países.

En el informe "Comercio Mundial de Armas Convencionales (1994- 2000)", publicado a fines de 1994, el Pentágono afirmó que la demanda de armas de Arabia Saudita representa más de la mitad del total requerido por Medio Oriente, lo que convierte a ese país en un aliado clave de Washington en la región.

"Arabia Saudita seguirá siendo el mayor importador de armas del mundo, y se espera que en el resto de la década adquiera equipos militares por un valor estimado en 32.400 millones de dólares", decía el informe del Pentágono.

Según ese estudio, Arabia Saudita cubre 51 por ciento de la demanda proyectada de armas para Medio Oriente en todo el mundo, seguido por Emiratos Arabes Unidos (13 por ciento), Irán (12 por ciento), Egipto (10 por ciento), Kuwait (ocho por ciento) e Israel (seis por ciento).

El Pentágono advertía, sin embargo, que el nivel relativamente bajo de los precios del petróleo en el mercado mundial podría seguir limitando las compras de armas de Arabia Saudita.

Desde la invasión de Kuwait por Iraq, en agosto de 1990, Arabia Saudita ordenó la compra de armas por más de 30.000 millones de dólares, y aviones comerciales por un valor superior a 6.000 millones de dólares.

La historia comienza en 1950, y en todo el período los sauditas han comprado armas y servicios militares a Estados Unidos por más de 79.000 millones de dólares, además de las compras también millonarias hechas a Francia y Gran Bretaña. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/arl/ip/96

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