Un partido de fútbol de la selección de Ecuador, programado para el mismo día de las elecciones presidenciales, pondrá a prueba el interés de los ciudadanos por el proceso político que vive el país.
El nuevo presidente será elegido el 7 de julio entre los dos candidatos más votados en la primera ronda, celebrada en mayo. Se trata de Jaime Nebot, del derechista Partido Social Cristiano (PSC), que en mayo obtuvo mayoría relativa de sufragios, y Abdalá Bucaram, del populista Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), segundo en esa ocasión.
Ese mismo día, la selección ecuatoriana disputará su tercer partido por las eliminatorias del Campeonato Mundial de Fútbol de 1998.
Los futbolistas ecuatorianos, triunfantes en sus dos primeros compromisos de las eliminatorias de la serie sudamericana, se enfrentarán a la selección nacional de Chile, en Santiago. El presidente Sixto Durán Ballén viajará a la capital chilena para asistir al partido.
"Mientras la postura oficial es combatir al ausentismo (electoral), la actitud demagógica de Durán Ballén hará que el partido de Ecuador contra Chile tenga más adeptos que las mismas elecciones", dijo a IPS Gustavo Torres, especialista en deportes.
Presionado por severas críticas, el presidente repitió varias veces a la prensa que votará "muy temprano" para luego viajar a Chile en apoyo "de nuestro seleccionado nacional". Durán Ballén estuvo entre los espectadores de los dos primeros compromisos de Ecuador por las eliminatorias del Mundial, disputados en Quito ante Perú y Argentina.
Las dos victorias logradas entusiasmaron a los ecuatorianos, que vislumbran la posibilidad de que su selección de fútbol participe por primera vez en la fase definitiva de la Copa Mundial.
Más débil es sin duda el imán de las elecciones que, pese a ser obligatorio del voto, tendrán un ausentismo de 40 por ciento, según proyecciones.
El relativo desinterés por los comicios "no se puede explicar por el partido de fútbol", puntualizó a IPS el psicólogo Marcelo Román, para quien "la sintonía del encuentro contra Chile será sólo un parámetro para medir el desánimo electoral".
La apatía política «proviene principalmente del fuerte regionalismo que se manifestó en la primera vuelta electoral", opinó Román.
Bucaram y Nebot "representan a grupos poderosos de Guayaquil", ciudad portuaria que es considerada la capital económica de Ecuador.
En tanto, "las provincias de la sierra se quedaron sin representante en la segunda vuelta electoral", por primera vez en la historia democrática del país, señaló el psicólogo.
El apoyo manifiesto de Bucaram y Nebot a la selección de fútbol "habla de la importancia que este deporte tiene dentro del pueblo ecuatoriano y de, por lo menos, un punto de consenso a nivel nacional, que puede ser utilizado con fines electorales", concluyó Román.
"Nunca se ha hecho un estudio serio" de las relaciones "entre política y fútbol", indicó Torres. "Pero es evidente que en Latinoamérica, este deporte trasciende la esfera del entretenimiento y se integra en conceptos de identidad y soberanía", agregó.
También destacó que en mayo, cuando el equipo ecuatoriano venció al peruano por cuatro goles a uno, "las consignas políticas referentes al conflicto fronterizo de 1995 (entre los dos países) no se hiceron esperar".
La celebración del primer triunfo en el camino hacia el Mundial de Francia se prolongó hasta el día siguiente y lo mismo sucedió luego que Ecuador venciera a Argentina por dos goles a cero, el 2 de este mes.
"Aún estaba en boca de todos el asunto de la venta ilegal de armas argentinas a Ecuador, durante el conflicto armado con Perú", señaló Torres.
"Llévense sus fusiles', fue el grito unánime de la barra ecuatoriana" a la vista de la selección de Argentina, uno de los países garantes del acuerdo de paz entre Perú y Ecuador, agregó.
"El fútbol está presente en la vida y en asuntos que conciernen a todos los ecuatorianos, no será esta la última vez que nos encontremos entre fútbol y elecciones", concluyó el experto. (FIN/IPS/mg/ff/ip cr/96)
