El gobierno de Cuba, empeñado en una ofensiva contra prostitutas y proxenetas, lanzó ahora una campaña de represión del tráfico y tenencia de drogas.
El Noticiero Nacional de la Televisión Cubana transmitió en la noche del viernes las imágenes del juicio a un grupo de 29 ciudadanos, que fueron condenados por venta ilegal de cocaína.
Calificadas como "severas" por el canal estatal, las sanciones para los principales encartados fueron de privación de libertad entre 10 y 15 años, mientras que otros resultaron sentenciados a siete y ocho años de prisión.
Usualmente cautelosas a la hora de informar sobre fenómenos que podrían afectar la imagen del país, las autoridades decidieron lanzar la noticia como advertencia, más que como información.
Hace unos dos años comenzaron a circular rumores sobre venta y consumo de drogas en algunas zonas del país y no faltó algún turista que contara que en Cuba le habían ofrecido "la coca más barata del mundo".
Sin aparente enlace con el mundo de la droga fuera de la isla, los traficantes ofrecieron su producto sin ninguna experiencia para ello y a precio muy bajo, por desconocimiento y por necesidad de librarse rápidamente de la mercancía.
Los 29 acusados por tráfico y tenencia de drogas vendieron 27 kilogramos de cocaína que habrían obtenido en las costas de la provincia de Guantánamo, a 971 kilómetros de la capital, de acuerdo con la versión oficial.
El ministro de Justicia, Carlos Amat, dijo en febrero que entre las vías de entrada de cocaína a Cuba se cuenta el arribo casual a las costas de paquetes lanzados al mar desde aviones.
Según Amat, los paquetes están destinados a lanchas que los transportan a Estados Unidos, pero con frecuencia, algunos son empujados por las mareas a costas cubanas.
Fuentes oficiales aseguran que entre 1991 y 1995, las autoridades cubanas requisaron en las costas 242 paquetes de cocaína y más de 250 de marihuana y otras drogas.
Amat admitió que pueden existir plantaciones clandestinas de marihuana en zonas montañosas y que se han detectado ciudadanos que la trasladan del oriente a La Habana.
El cultivo de marihuana es castigado con la confiscación de las tierras y con cuatro a 20 años de prisión.
Fuentes del Ministerio de Justicia anunciaron para este año la elaboración de un proyecto de ley antidroga que tendrá en cuenta la experiencia de otros países y los rasgos propios del caso cubano.
El ministro reconoció el consumo de drogas entre minorías, aunque también aseguró al semanario Juventud Rebelde, órgano oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas, que no es un problema de los obreros ni de los jóvenes.
El consumo de marihuana se vinculó siempre en Cuba a grupos marginales, y la cocaína aparece ahora relacionada al desarrollo del turismo.
La información oficial agregó que los 29 condenados por tráfico y tenencia de drogas no tenían contactos con narcotraficantes extranjeros y el único vínculo entre sí consistía en la tenencia de estupefacientes. (FIN/IPS/da/ff/ip/96)