El presidente de Cuba, Fidel Castro, aseguró que su país está dispuesto a librar "una fuerte batalla por la verdad" durante las discusiones en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de la llamada "crisis de las avionetas".
Castro, que se ha mantenido públicamente alejado del proceso que siguió al derribo de dos avionetas civiles por fuerzas aéreas cubanas el 24 de febrero, declaró la noche del viernes que los debates en el Consejo de Seguridad de la ONU serán "una nueva oportunidad de decir al mundo la verdad acerca de estos hechos".
A cuatro meses del inicio de una investigación por mandato del Consejo de Seguridad, la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) concluyó este jueves la discusión de un informe que Castro calificó como "desprestigiado".
Sin embargo, la resolución final que tomó nota del documento y reafirmó algunas declaraciones de principios parece haber tenido el don de complacer tanto a La Habana como a Washington, colocados en bandos totalmente opuestos.
Según el mandato recibido, los expertos de la OACI debían establecer si el derribo de las avionetas pertenecientes a la organización de exiliados cubanos en Estados Unidos Hermanos al rescate fueron derribadas dentro o fuera de las aguas territoriales cubanas.
Dos días antes de la reunión del consejo de la agencia especializada, La Habana inició una campaña internacional para denunciar lo que llamó "manipulaciones estadounidenses" del informe final.
De acuerdo con fuentes oficiales de la isla, el informe peca de "parcial, impreciso y desbalanceado " y hecho "justo a la medida" de la versión de Washington sobre la "crisis de las avionetas".
Estados Unidos asegura que el derribo ocurrió en aguas internacionales y que los cazas de las fuerzas aéreas cubanas no realizaron las advertencias estipuladas a los pilotos de los dos aviones civiles tipo Cessna.
Cuba sostiene que las aeronaves estaban violando su soberanía en el momento del derribo, que las advertencias fueron realizadas, y cuestiona el carácter civil de las aeronaves, pertenecientes a un grupo que realiza actividades de oposición al gobierno de Castro.
Para Ricardo Alarcón, presidente del parlamento y jefe de la delegación cubana a la reunión de la OACI, los resultados de la discusión del informe fueron "muy importantes" porque "Estados Unidos pidió una condena en la OACI y no la consiguió".
Por su parte, el secretario estadounidense de Transporte, Federico Peña, dijo a la prensa en Montreal, Canadá, que su país ve la decisión del Consejo de la OACI "como una sólida victoria para todos los pueblos civilizados".
La resolución, aprobada por consenso de todos los miembros de la OACI este jueves y a la que tuvo acceso IPS, evade condenar directamente a Cuba pero toma nota del informe del comité de expertos que se inclina claramente a favor de la versión estadounidense.
El documento reconoce la completa y exclusiva soberanía de cada estado sobre su espacio aéreo y, al mismo tiempo, recuerda que el ejercicio de su autoridad debe adaptarse a las normas del derecho internacional.
Por un lado, la resolución afirma que los estados deben abstenerse de usar las armas contra naves civiles en vuelo por ser ello incompatible con "consideraciones elementales de humanidad"
Por el otro, reafirma que cada país debe tomar las medidas apropiadas para evitar el uso de naves civiles registradas en su territorio en actividades incompatibles con las reglas de la aviación civil internacional.
Castro elogió el esfuerzo realizado por la delegación de su país que durante las reuniones en la sede de la OACI en Montreal, Canadá, "hizo trizas los trucos y mentiras del documento apoyándose en sólidos argumentos".
"Ahora hay que seguir discutiendo", dijo, y aseguró que Cuba dará una fuerte batalla por imponer su verdad y evadir a toda costa una condena del Consejo de Seguridad de la ONU que podría conducir a sanciones internacionales contra la isla. (FIN/IPS/da/dg/ip/96