AGRICULTURA: La seguridad alimentaria pasa por los genes, o no

Representantes de más de 150 países afrontan en esta ciudad de Alemania la tarea de encontrar una solución a la amenaza contra la seguridad alimentaria que ocasiona la decadencia de la diversidad agrícola del planeta.

Al abrir la Cuarta Conferencia Técnica Internacional sobre Recursos Genéticos Vegetales, el director de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, dijo este lunes que la seguridad alimentaria requiere voluntad política al más alto nivel de los gobiernos.

Se prevé que la conferencia adopte un plan de acción mundial que proponga políticas y estrategias para la conservación y uso sostenible de los recursos genéticos vegetales.

Organizaciones no gubernamentales se lamentaron por que el plan de acción que se considera presta atención al salvataje de la diversidad biológica por medio de avances técnicos y bancos de genes, pero poca a las granjas, donde, según ellos, se mantiene ese legado.

La alarmante y continua pérdida de la diversidad biológica y las pobres condiciones de conservación de recursos vegetales en bancos de genes obligan a la adopción de acciones urgentes, según el Informe sobre el Estado de los Recursos Genéticos Vegetales del Mundo, difundido en Leipzig.

Aunque nadie sabe el alcance de la pérdida de diversidad biológica, o a qué ritmo se produjo, pocos pueden dudar de que ésta es sustancial, según el informe.

La irreversible erosión de la diversidad biológica es motivo de gran preocupación, pues los genes son la primera fuente de variación en las apariencias, las características y el comportamiento de las plantas, agrega el documento.

Diouf exhortó a los delegados a no abandonar Leipzig sin haber alcanzado un acuerdo. "Imaginen el desaliento que imperará en las próximas décadas si los pasos necesarios hacia la adopción de un plan de acción no se toman ahora", dijo.

La reunión previa de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO, celebrada en Roma en abril, derivó en un choque entre los países donantes y las naciones en desarrollo sobre varios asuntos, entre ellos los fondos necesarios para implementar el Plan de Acción.

A pesar del incremento de la producción mundial de alimentos, Diouf enfatizó que más de 800 millones de personas sufren, hoy, desnutrición crónica, y advirtió que en el año 2030 habrá 3.000 millones de bocas más que alimentar.

El director de la FAO agregó que los recursos para la alimentación y la agricultura han estado escaseando y que el incremento en el rendimiento de las cosechas alcanzó un techo.

Diouf reclamó avances científicos y tecnológicos similares a los que dieron origen a la "primera revolución verde" en la década del 70, la cual implicó un aumento en el rendimiento de la producción de alimentos vegetales.

Sin embargo, alertó contra las consecuencias sociales y ambientales negativas que entonces tuvieron esos avances y, para evitarlos, llamó a la participación activa de los productores de alimentos.

Aunque el Informe sobre el Estado de los Recursos Genéticos Vegetales del Mundo establece que la moderna agricultura de carácter comercial es la principal causa de pérdida de diversidad genética, Diouf dijo que la "revolución verde" tuvo resultados positivos y aventó hambrunas en algunas regiones.

No obstante, sostuvo que "las experiencias de la 'revolución verde' no fueron siempre positivas".

"Varios problemas surgieron por el hecho de que los granjeros ricos que accedieron a los insumos enriquecieron y compraron tierras a los más pobres, lo que incrementó el número de los productores sin tierra. La 'revolución verde' también provocó un uso excesivo de pesticidas", explicó.

"Las futuras generaciones de productores deberán tener a su disposición la más amplia gama de agrodiversidad", dijo.

Organizaciones no gubernamentales se mostraron disconformes con las declaraciones de Diouf, así como respecto del plan de acción a consideración en Leipzig.

"Se enfatiza demasiado en el sector formal (bancos genéticos y centros internacionales de investigación agrícola) y se presta poca atención al lugar donde realmente se conserva la diversidad biológica, que es la granja", dijo Patrick Mulvani, del Grupo de Desarrollo Tecnológico de Gran Bretaña.

Mulvany manifestó que la ausencia de menciones a los derechos de los granjeros tradicionales, responsables por la conservación de buena parte de los recursos genéticos vegetales del mundo, también era motivo de intranquilidad.

Los granjeros tienen derecho a acceder a los gérmenes y a un reparto equitativo de los beneficios que resulten de la comercialización de nuevas variedades vegetales, dijo.

"Creemos que los bancos de genes tienen un papel subsidiario, útil, especialmente, en la conservación del material genético que puede perderse a causa de conflictos o desastres naturales. Pero la balanza se desequilibra con fuerza hacia el lado de la conservación 'ex situ"', agregó Mulvany.

Si no se contemplan los derechos de los granjeros, cualquier plan de acción fracasará, concluyó. (FIN(IPS/tra- en/fa/ao/mk/mj/dv/96)

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