TRABAJO: En casa, pero ya no más silencioso e invisible

Fátima Bibi cose enaguas para vivir con una primitiva máquina manual en su casa, situada en un suburbio pobre de la ciudad de Ahmedabad, en el oeste de India. Un tendero local le provee el material y le paga por prenda terminada.

Julie Barnes vive en West Yorkshire, Gran Bretaña. Trae a su casa piezas electrónicas de una factoría local, las ensambla y retorna con la pieza armada. Barnes tambien es pagada por cada unidad ensamblada.

A pesar que viven en mundos apartados, Fátima y Julie forman parte de una vasta pero invisible fuerza de trabajo mundial que trabaja en su casa, la cual recién ahora está siendo reconocida.

En junio de 1995, la Organizacion Internacional del Trabajo (OIT) discutió por primera vez el trabajo casero en su conferencia anual, y aprobó una propuesta para fijar normas internacionales.

El tema figurará nuevamente en la reunión de la OIT en junio, en que los delegados discutirán sobre el tipo de protección que darán a esos trabajadores, mediante una convención, por recomendaciones, o ambas.

El trabajo en casa está aumentando en todo el mundo, desde la manufactura de tejidos al cuero, e incluso en el ensamblaje de piezas para la industria automotriz y las telecomunicaciones.

Hay millones de personas involucradas. China oficialmente reconoció 20 millones de trabajadores caseros e India hizo lo propio (extraoficiualmente serían 30 millones, la mayoría mujeres). Hay 1,5 millones en Italia y 166.000 en Holanda.

"El fenómeno se está extendiendo por todo el mundo y afecta a una gran cantidad de trabajadores", dijo un informe de la OIT. "Nuevas evidencias demuestran que está creciendo rápidamente y tiene mayor difusión en los países en desarrollo".

India cuenta con un entero abecedario de trabajadores en propio que incluye hasta aquellos que hacen "agarbatis" (palillos de incienso), "beedis" o cigarrillos indígenas, carpintería, artesanía, herrería y finos zaris bordados en oro.

"Son quizás los trabajadores más explotados en el sector informal", declaró Ela R. Bhatt, de la Asociación de Mujeres Autoempleadas (SEWA), que ha realizado un trabajo pionero en el occidente de India. "Los trabajadores caseros generalmente carecen de protección legal y muy pocos derechos de seguridad social".

Existen algunos sindicatos y organizaciones no gubernamentales para los trabajadores caseros en India. Con sede en Ahmedabad, SEWA es la más antigua porque fue establecida en 1970 para organizar a las mujeres en el sector informal.

En el exterior, el Sindicato de Mujeres Autoempleadas de Durban, Sudáfrica, es la entidad gremial más reciente de trabajadores caseros. En Filipinas, existe una red con más de 3.000 miembros llamada Patamba. En Tailandia, las mujeres artesanas están agrupadas en la Red Hogareña Chiangmai, en tanto en Australia el Sindicato Textil, del Vestido y el Calzado ha venido actuando con trabajadores caseros en la industria del tejido.

Todos esos sindicatos en Asia, Africa, Europa y Canadá se unieron en 1994 para formar una entidad internacional denominada Home Net (Red Casera), y decidieron que estuviera basada en Gran Bretaña durante los primeros dos años.

Home Net está formando grupos en todo el mundo y, a través de estos, procura brindar apoyo a trabajadores caseros procedentes de sindicatos y gobiernos "que tienen un voto decisivo en la OIT", dijo Jane Tate, funcionaria de la red, en Nueva Delhi.

Tate explicó que la red era importante porque las grandes compañías y las economías nacionales operan a escala global, de modo que "nosotros tambien debemos estrechar lazos internacionales para asegurar que los trabajadores caseros ya no son una fuerza de trabajo silente e invisible".

La organización ya ha obtenido resultados alentadores. Los principales sindicatos indios formularon recientemente una declaración conjunta para urgir al gobierno que apoye una convención de la OIT sobre trabajadores caseros.

¿De qué manera una convención aprobada en Ginebra podrá ayudar a los trabajadores caseros en las areas rurales de India, los suburbios de Durban o los barrios pobres de Toronto? "Seguramente lo hará porque una convención obliga a los gobiernos a ratificarla y, una vez que lo hagan, deberán modificar su legislación para proteger a trabajadores caseros", aseguró Renana Jhabvala, una prominente activista de SEWA.

SEWA en la actualidad cuenta con 220.000 miembros y brinda créditos a sus afiliados por medio de un banco con 40 millones de dólares de capital y 52.000 depósitos.

Organizaciones de trabajadores caseros en India ya prepararon un proyecto de ley mediante la cual pretenden obtener seguridad laboral, así como proteger y mejorar sus condiciones de trabajo. (FIN/IPS/tra-en/ms/an/ego/if).

= 05231508 DAP008

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe