El resultado final de las elecciones generales y regionales que se celebran hoy en Suriname estará determinado por cuestiones raciales, especialmente si triunfa la coalición gobernante, aseguran analistas.
Los primeros resultados oficiales sólo se conocerán entre 24 y 36 horas después de concluidos los comicios, debido a que el escrutinio se realiza manualmente en cada uno de los 449 centros de votación.
Tanto el Partido Democrático Nacional, liderado por el ex dictador Desi Bouterse, como la gobernante coalición multirracial Nuevo Frente por la Democracia y el Desarrollo, encabezada por el presidente Ronald Venetiaan, tienen posibilidades de obtener la victoria, según los sondeos.
El partido que obtenga una mayoría calificada de dos tercios de los escaños del parlamento designará al nuevo presidente.
El Nuevo Frente está integrado por el NPS o partido de los criollos negros, el Partido Progresista de la Reforma (VHP), que expresa los intereses de los indios, el Partido de la Unidad y la Solidaridad Nacional, expresión política de la comunidad indonesia, el PALU, que representa a obreros y campesinos, y el Partido Laborista.
Analistas locales afirman que si el Frente obtiene una mayoría inesperada, la elección de un líder no será fácil, porque los elementos más jóvenes del VHP consideran que ha llegado la hora de que un candidato de su partido se convierta en el presidente de Suriname.
"Los sectores más jóvenes y educados ejercen una gran presión en este sentido", señaló Eugene Gessell, uno de los más respetados comentaristas políticos de la nación.
Otros miembros más moderados del VHP tienen una actitud diferente. El secretario general del partido, Ram Sardjoe, subrayó que la agenda india está más relacionada con la práctica de la cultura india y la convivencia pacífica con otras razas que con la lucha por la presidencia.
Los seguidores del partido son en general descendientes de trabajadores indios contratados para trabajar en plantaciones, que tienen actualmente una gran influencia en la vida económica del país.
En los últimos cuatro años, descendientes de indios llegaron a la jefatura de gobierno y de Estado en Guyana y Trinidad y Tobago, y los más ardientes activistas del VHP destacan que sólo queda Suriname para completar el grupo.
Sin embargo, los gobiernos de esos países caribeños fueron acusados de discriminación racial, principalmente por la comunidad negra, y ahora los surinameses de origen africano temen que se repita la situación en su país.
"Negociaremos la presidencia cuando se conozcan los resultados de las elecciones", declaró Ruth Wijdenbosch, presidenta de la Asamblea Nacional y miembro del NPS.
No obstante, Wijdenbosch destacó que tanto el NPS como el partido de los indonesios se opondrán a que un indio ocupe la presidencia, y apoyarán en cambio la reelección de Venetian.
En el partido de Bouterse, por otra parte, la cuestión racial no tiene tanta importancia, porque cuenta con seguidores de diferente origen étnico. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/ml/ip/96)