Sri Lanka afronta una grave crisis energética con posibilidad de oscurecimientos totales en ciertas partes de la isla en las próximas dos semanas, y la opinión publica culpó de la situación a la burocracia estatal.
Funcionarios de Colombo fueron criticados por no haber adoptado medidas oportunas respecto a las advertencias del Consejo de Electricidad de Ceylán (CEB) sobre una crisis de energía eléctrica por la falta de lluvias monzónicas en la region nororiental.
El CEB aconsejó al gobierno que dispusiera cortes diarios de electricidad desde comienzos del año.
Ahora, con los niveles de agua que siguen bajando en los estanques de las plantas hidroeléctricas, los cortes de energía de dos horas, introducidos tardíamente a fines de marzo, han sido aumentados a seis horas desde el último fin de semana.
Ingenieros del CEB previnieron que los oscurecimientos diarios en la isla podrían ser aumentados esta semana porque no hay perspectivas de lluvias inminentes.
"Hemos alcanzado un período crítico", declaró el general Anuruddha Ratwatte, ministro de Energía de Sri Lanka. "Las esperadas lluvias monzónicas no se produjeron y, con los niveles de agua existentes en los estanques, solo estamos en condiciones de dar electricidad por 12 días".
Ratwatte, quién tambien es ministro de Defensa, ha culpado al gobierno anterior por no haber prevenido la crisis energética y tampoco iniciado nuevos proyectos para satisfacer la demanda.
Desde 1990, se ha registrado un aumento del ocho por ciento en la demanda de electricidad, pero en los últimos 10 años no hubo ningún nuevo proyecto energético.
Sri Lanka tiene la capacidad de generar 1.385 megavatios anuales de potencia, de los cuales el 85 por ciento proviene de plantas hidroeléctricas y el resto de generadores termales que han estado operando continuamente desde enero.
El titular del Consejo de Electricidad, Leslie Herath, declaró a la prensa que había aprobado cinco proyectos termoeléctricos para corregir el "desajuste". No obstante, las plantas recién podrán comenzar a funcionar en los primeros meses de 1997.
Las autoridades temen ahora que quizás deban cerrar las plantas hidroeléctricas debido a la baja de niveles de agua en los estanques de Castlereagh y Maussakelle debido a la sequía.
"Estamnos operando ahora con poca carga, pero si no se producen lluvias inmediatas deberemos cerrar las plantas", declaró M.S. Jayalath, un ingeniero del CEB.
En la actualidad se han hecho planes para construir termogeneradores que suministren electricidad a Colombo, pero el resto del país podría afrontar un oscurecimiento, previno Jayalath.
La próxima ronda de lluvias, los monzones del sudoeste, esperada generalmente a fines de mayo, podría demorarse por otras dos semanas debido a una zona de alta presión sobre el Océano Indico, señaló el jefe de metereólogos de Sri Lanka, A.W. Mohottala.
Cuando lleguen las lluvias del monzón, tomará dos o tres semanas volver a llenar los estanques, explicó Mohottala.
Nuevos cortes de electricidad podrían hundir al sector manufacturero del país en una emergencia, especialmente la vital industria de tejidos, y disminuir las perpectivas económicas en 1996, apuntaron analistas locales.
El sector manufacturero del país contribuyó con el 28 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB) en 1995. La produccion podría caer un 20 por ciento este año si se amplian los cortes de electrcidad, dijeron los fabricantes.
"Dada la situación, hemos disminuído los pronósticos de aumento del PIB para 1996 del 4,5 por ciento, estimado inicialmente, al 4,2", indicó Arjuna Mahendran, un economista del Instituto Crosby, en Colombo.
Incluso bajo severas condiciones, la economía del país aumentára, no obstante, alrededor del 4,1 por ciento, debido a los firmes precios internacionales del té y el caucho, y la consistente demanda de tejidos terminados, especialmente desde Estados Unidos, en el marco de los Juegos Olímpicos y las elecciones presidenciales.
De todos modos, el retrasado monzón podría llegar a afectar la producción de té. Un mes de lluvias en junio es crítico para las plantaciones que se encuentran en el ondulado distrito central, en tanto la electricidad es esencial para el proceso de "secado" que determina la calidad del té.
La crisis enérgetica ha alentado a más de 100 inversores a pedir aprobación oficial para construir pequeñas plantas hidroeléctricas en Sri Lanka, según informaciones periodísticas de esta semana.
El diario "Sunday Observer" citó a un vocero del Consejo de Inversiones (BOI) y dijo que las plantas de energía proyectadas deberán generar no menos de 225 kilovatios por hora cada una. Más de 75 de las 100 solicitudes están a punto de ser aprobadas.
La situación se ha hecho tan grave que el titular del Consejo de Electricidad, Herath, se reunió con 16 monjes budistas en una ceremonia que durará una semana para orar por lluvias cerca del estanque de Mousakelle, 80 kilómetros al sudeste de Colombo. (FIN/IPS/tra-en/dc/an/ego/en).
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