SALUD: Más poder a las enfermeras, reclama la OMS

Un abismo separa a los 2.000 dólares por habitante que un país rico gasta anualmente en salud de los tres o cinco dólares que apenas puede invertir un país pobre. Pero las diferencias desaparecen en algo fundamental: en ambos casos, enfermeras y parteras son la base de sus sistemas de salud.

La Asamblea Mundial de la Salud, reunida esta semana en Ginebra, reconoció el papel de enfermeras y parteras en las políticas nacionales de salud y reclamó una participación mayor de las profesionales en el proceso de reformas de la atención sanitaria.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hiroshi Nakajima, advirtió a la asamblea que «el aumento sin precedentes del número de personas ancianas en el mundo obliga a reconsiderar la misión de las auxiliares de la salud».

«Como nunca, la longevidad se extiende a un ritmo superior al crecimiento de los planteles de profesionales de la enfermería». insistió Nakajima.

La comunidad debe organizar la formación profesional de las enfermeras y asegurarles condiciones económicas apropiadas, reclamó el director de la OMS.

De lo contrario, habrá personal calificado muy reducido para prestar cuidados a la senectud creciente en muchos países y para aconsejar a los familiares de los ancianos.

El ambiente económico, social y cultural difiere en cada país, pero el problema del fomento de la práctica de la enfermería resulta común a una gran mayoría, coincidieron delegados de 41 estados que analizaron el problema en la asamblea de la OMS.

Todos los oradores reconocieron que enfermeras y matronas constituyen la médula y la columna vertebral de los servicios de salud.

La resolución aprobada por la asamblea recomienda una integración mayor de enfermeras y parteras a las reformas de la atención sanitaria en todos los niveles y también una participación intensa en la elaboración de las políticas nacionales de salud.

De las exposiciones de los delegados surgió que aparentemente no existe relación directa entre el nivel de desarrollo socioeconómico de los países y la extensión de la práctica de la enfermería.

En algunos países de bajos ingresos, la enfermería tiene un gran desarrollo y las profesionales del sector prestan todos los servicios de atención primaria de salud. En otros, dirigen y administran la mayor parte del sistema de salud. En cambio, la profesión es casi inexistente en algunas naciones.

Tampoco parece haber relación entre el nivel socioeconómico de un país y la proporción entre médicos y enfermeras. En algunos países, el papel de las enfermeras puede reducirse debido a la sobreabundancia de médicos.

Por el contrario, en otros países el papel de las enfermeras se expande al ocuparse del acceso a la salud de las poblaciones rurales y urbanas, del cuidado de madres y niños, de enfermos crónicos y de ancianos.

Sin embargo, los recursos económicos de los países son determinantes de distintas maneras para el desarrollo de la enfermería y la obstetricia.

En algunos países, por ejemplo, el personal de enfermería no percibe sus salarios desde hace más de un año y algunas escuelas de enfermeras atraviesan serias dificultades.

En esos casos, la profesión de enfermera no constituye un atractivo para los jóvenes ni despierta nuevas vocaciones.

La OMS recordó que en el mundo se gastan cada año dos billones de dólares en atención sanitaria. En los países de altos ingresos, el gasto anual por habitante asciende a unos 2.000 dólares. Pero existen países pobres donde ese gasto no supera los tres o cinco dólares.

Aunque las enfermeras realizan la mayor parte de las tareas de atención sanitaria en gran parte de los países, tienen escasa influencia en la toma de decisiones sobre presupuestos para el sostenimiento de la profesión.

Las enfermeras y parteras tienen representación insuficiente en los niveles gubernamentales de planeamiento y decisión, dijo la OMS.

La jefa del Programa de Enfermería de la OMS, Miriam Hirschfeld, estimó que «como parte integral de los sistemas de salud y recursos humanos, las enfermeras y parteras pueden contribuir a que se efectúen las reformas más positivas». (FIN/IPS/pc/ag/he/96

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