Los antibióticos, las drogas utilizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para controlar las enfermedades en los últimos 50 años, podrían ser ineficaces en los próximos 50.
La resistencia microbiana a los antibióticos es uno de los temas cruciales en debate en la Asamblea Mundial de la Salud, que se celebra en Ginebra, y según el informe de 1996 de la OMS, se trata de uno de los principales peligros que enfrenta el mundo.
"Hasta hace poco los antibióticos eran considerados la solución de muchas enfermedades infecciosas. Ahora son cada vez menos efectivos, a medida que se generaliza la resistencia a ellos", dijo esta semana ante la asamblea el director de la OMS, Hiroshi Najakima.
"Las resistencias a las sustancias antimicrobianas aumentaron drásticamente en la última década, con un impacto mortal sobre el control de enfermedades como tuberculosis, malaria, cólera, disentería y pulmonía", alertó el informe de la OMS.
Durante los últimos 12 años, la mortalidad por enfermedades contagiosas aumentó 58 por ciento.
Estas enfermedades son ahora la tercera mayor causa de muerte en Estados Unidos, donde el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta estima que más de la mitad de entre 60.000 y 80.000 muertes relacionadas a infecciones en Estados Unidos involucran bacterias resistentes a antibióticos.
Una nueva clase de antibióticos se hace necesaria de urgencia, pero los fabricantes de drogas farmaceúticas recién comienzan a comprenderlo. Hasta ahora habían detenido la investigación sobre antibióticos, prefiriendo desarrollar otras drogas generadoras de mayores ganancias.
Stuart Levy, de la Tufts University de Boston, indicó que pacientes con medicación cardiovascular como bloqueadores beta, la tomarán por el resto de sus vidas, mientras las personas con infecciones sólo necesitan la droga durante su enfermedad, la cual no se prolonga más de una o dos semanas.
Pero la situación seguramente cambie en el corto plazo, en parte debido a crecientes preocupaciones sobre el aumento de casos en Estados Unidos de resistencia a la vancomicina, considerada "la droga de último recurso", utilizada para tratar infecciones de la sangre causadas por una familia de bacterias conocida como enterococos.
Como los enterococos también son resistentes a otras medicinas, los médicos se encuentran sin tratamiento que ofrecer a algunos pacientes, y algunos investigadores han alertado sobre el riesgo de una epidemia.
Mitchell Cohen, directora de la División de Enfermedades Bacterianas y Micóticas del CDC, señaló que muchos científicos creen que sólo se necesita algo de tiempo para que los estafilococos también se vuelvan resistentes a la vancomicina.
Investigadores de la empresa farmacéutica Eli Lilly están desarrollando una droga similar a la vancomicina, supuestamente 100 veces más potente.
Rhone-Poulenc Rorer trabaja en un nuevo antibiótico llamado Synercid, y Shering-Plough and Upjohn estudia nuevas clases de drogas que podrían ofrecer una promesa contra los enterococos y los estafilococos resistentes a la vancomicina.
Pero el profesor Levy advirtió que el problema no sería tan fácil de resolver, y sostuvo que todas las drogas elaboradas en la década de 1990 se basan en otras producidas con anterioridad, de modo que "cualquier resistencia contra las viejas se traslada a las nuevas".
La única solución de largo plazo, dijo el experto, sería mantener la cautela a la hora de recetar antibióticos, para que las bacterias susceptibles a las drogas tengan la posibilidad de regresar y reemplazar a las bacterias resistentes.
Levy es autor de "The Antibiotic Paradox", y hace años alerta sobre el problema de la prescripción excesiva de antibióticos, señalando que la situación no puede ser resuelta sólo por los médicos, porque las personas a menudo almacenan las drogas y las toman indiscriminadamente para tratar gripes.
La resistencia a los antibióticos no es un nuevo fenómeno. Fue reconocida por primera vez en 1940, en la resistencia de E Coli a la penicilina.
El desarrollo de la resistencia es parte básica del mecanismo de defensa de una bacteria. Los científicos han descubierto bacterias resistentes a la tetraciclina y la estreptomicina en el suelo y en excrementos humanos en las islas Salomón.
El experimento indica que la resistencia no es simplemente consecuencia del uso de antibióticos, sino parte del propio sistema de defensa de las bacterias, el cual promueve su capacidad de sobrevivir en ambientes hostiles.
Las enfermedades infecciosas matan cada año a más de 17 millones de personas, y son la principal causa de muerte prematura en todo el mundo.
Muchas enfermedades comunes como la pulmonía, que mata a más de cuatro millones de personas por año, y la tuberculosis, a causa de la cual mueren tres millones, son ahora resistentes a muchos antibióticos.
En colaboración con el Centro para la Supervisión de la Resistencia de Agentes Antimicrobianos, en Boston, y el Laboratorio de Patología del CDC, en Atlanta, la OMS planifica fortalecer la red de laboratorios que compilan, analizan y distribuyen información y resultados sobre resistencia antimicrobiana a bacterias importantes para la salud pública. (FIN/IPS/tra-en/lp/he/96