En el "Flamingo", uno de los nuevos restaurantes de Ramallah, numerosos palestinos se aglomeran en torno al bar sorbiendo cerveza y mascando maníes. En forma casual, la conversación gira en torno a las elecciones israelíes.
"Creo que la mayoría de nosotros espera que (Shimon) Peres triunfe", dijo Bassam Sharif, quien recientemente dejó su empleo en Jerusalén para trabajar en un restaurant mexicano en el área de autogobierno palestino. "Hay una gran diferencia entre Peres y Netanyahu…".
La carrera por la jefatura del gobierno entre Peres, uno de los arquitectos del acuerdo de paz de Oslo, y su rival derechista, Binyamin Netanyahu, quien solo recientemente y a regañadientes dijo que aceptaría el pacto, ha polarizado a la sociedad israelí.
Los sondeos muestran que el electorado israelí está dividido por la mitad entre aquellos que quieren conceder territorio a los palestinos y los que prefieren retener la tierra que muchos llaman con sus nombres bíblicos de Judea y Samara.
Si bien el resultado del comicio afectará drásticamente a los palestinos en la Márgen Occidental y Gaza, solo pueden observar el tempestuoso debate desde afuera y esperar, como hace Sharif, que gane Peres.
"No podemos hacer nada al respecto", dijo Emad, un estudiante palestino en la Universidad Birzeit, quien trabaja como encargado del bar en el nuevo restaurant. "Esperamos que triunfe Peres así continúa con el proceso de paz…, no tenemos voto en el comicio".
Ninguno de los carteles con consignas, pegados en las paredes o colgados a lo largo de las autopistas en todo Israel, urgiendo a la gente a votar por Peres o Netanyahu, es visible en este pequeño enclave palestino de la Márgen Occidental.
Sin embargo, su ausencia no significa que los palestinos sean indiferentes a lo que occurre del otro lado de la "línea verde". Recientes sondeos de opinión mostraron que el 40 por ciento de los palestinos en la Márgen Occidental y Gaza prefieren un gobierno israelí liderado por el Partido Laborista de Peres.
Solo el 4,9 por ciento quiere ver al derechista partido Likud de Netanyahu superar al centro izquierda laborista en las elecciones del 29 de mayo.
"Netanyahu empeorará las cosas para nosotros", predijo Jamal, uno de los propietarios del bar. "No quiere la paz".
Pese a que Netanyahu ha dicho que respetará los acuerdos de Oslo, que dieron el autogobierno a gran parte de los palestinos en la Márgen Occidental desde mayo de 1994, y seguirá las negociaciones si resulta electo, la mayoría de los palestinos no le tienen confianza.
Dirigentes cercanos a Netanyahu han dicho que congelarán la transferencia del territorio a los palestinos y los dejarán a cargo de las siete ciudades que ya poseen, mientras Israel retendrá el total control del resto.
El Partido Laborista de Peres, por su parte, dejó de lado su oposición a un estado palestino y ministros cercanos a Peres han expresado su deseo de discutir una división funcional de Jerusalén.
"Creo que la situación podría ser muy mala si gana Netanyahu", predijo Mohammad Shkukani, quien retornó a la Márgen Occidental desde Kuwait en 1991 para hacerse cargo de una tienda de ropas para niños. "No le gustan ni el proceso de paz ni los palestinos".
No obstante, mientras una gran parte de público palestino expresa su esperanza que Peres siga como primer ministro por otros cuatro años, un número considerable cree que no habrá diferencia en su existencia cotidiana, no importa quién gane.
El 43 por ciento respondió que "no hay diferencia entre los dos respecto a las aspiraciones palestinos", en un sondeo de opinión conducido en marzo por el Centro Palestino para Investigación y Estudios con sede en Nablus.
Muchos palestinos explicaron que su opinión es el resultado de las duras medidas adoptadas por el gobierno de Peres, como las repetidas clausuras de seguridad para evitar que los palestinos dejen la Márgen Occidental o Gaza para trabajar en Israel, o transportar bienes hacia y desde otros países.
No obstante que el autogobierno abarca a la mayoría de los palestinos, solo el seis por ciento del territorio en la Márgen Occidental y 80 por ciento en la Franja de Gaza ha pasado a la jurisdicción palestina desde que comenzó a ser implementado el acuerdo de Oslo hace dos años.
Israel sigue siendo libre de arrestar a palestinos en todas las pequeñas poblaciones y aldeas que salpican la Márgen Occidental, y ya lo ha hecho en repetidas oportunidades. Los palestinos se quejaron que los boletines radiales que informan de los arrestos realizados por las fuerzas israelíes recuerdan a los siete años de intifada contra la presencia militar de Tel Aviv.
A media hora de auto al sur de Ramallah, trabajadores palestinos permanecen alineados contra un muro mientras soldados israelíes armados de ametralladoras examinan sus documentos. Fueron sorprendidos tratando de infiltrarse en Jerusalén para buscar trabajo sin tener salvoconducto para permanecer en la ciudad.
"No tiene gran importancia quién resultará electo", comentó Jamal Yusuef, dueño de una zapatería en Ramallah. "Si gana Netanyahu detendrá el proceso de paz. A su vez, Peres, tambien está recortando el proceso de paz así que dá lo mismo".
"Incluso con Peres la economía empeoró, las colonias (israelíes) han aumentado (en la Márgen Occidental)", dijo. "Qué importa si gana Netanyahu…"
Shkukani, quien ríe porque se considera el único optimista del grupo, no está de acuerdo. "De todas maneras es preferible Peres", sentenció.
Dijo estar convencido que "con él, el área (bajo jurisdiccion palestina) aumentará. Quizás hasta nos darán una pequeña porción de Jerusalén…". (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/ego/ip).
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