La policía italiana aplicó un duro golpe a la mafia al capturar el lunes de noche a su número uno, Giovanni Brusca, pero queda aún un largo camino por recorrer, coincidieron hoy los dirigentes politicos.
Brusca está acusado del asesinato del juez Giovanni Falcone, símbolo de la lucha contra la mafia, quien fue muerto el 23 de mayo de 1992 junto a su esposa y a tres miembros de su escolta.
De 36 años y jefe de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, Brusca había logrado escapar a la persecución policial en cinco oportunidades.
El ministro del Interior, Giorgio Napolitano, del Partido Democratico de Izquierda (PDS), destacó que la detención lograda constituye un "éxito nacional e internacional" que aumentará la credibilidad de Italia.
Según las autoridades, Brusca presionó el pulsador que provocó el estallido de la bomba colocada en el camino que une el aeropuerto de Palermo, capital de Sicilia, con esa misma ciudad, en el momento en que pasaba el automóvil conducido por Falcone.
El caso fue uno de los asesinatos más graves de la Cosa Nostra y tuvo gran repercusión internacional.
Napolitano puntualizó que, pese a la importancia de la captura de Brusca, "no ha concluido" la lucha contra la mafia.
Pero los hechos indican que "no se puede huir de la ley, que quien golpea al Estado debe saber que será arrestado, y la gente tiene un motivo, a partir de hoy, para tener más confianza" en la acción de la policía.
Los arrepentidos de la mafia han descrito a Brusca como un "carnicero" con mucho instinto y poco carisma. Apodado "u verru", o "el cerdo", en lengua siciliana, también deberá responder por el asesinato del hijo de 11 años de Santo di Mateo, un mafioso que decidió colaborar con la justicia.
Brusca mantuvo secuestrado durante un año y medio al hijo de Di Mateo con el propósito de obligar a éste a desmentir su declaración a los jueces, que lo involucraban directamente en el asesinato de Falcone.
Cuando comprendió que Di Matteo no se rectificaría, estranguló al niño y lo arrojó a un pozo con ácido para hacer desaparecer su cuerpo, de acuerdo con la versión oficial.
Giancarlo Caselli, reemplazante de Falcone al frente a la magistratura de Palermo, señaló que, si bien "hay mucho aún que hacer, el lunes escribimos una página importante en la historia de la guerra contra la Cosa Nostra".
La Cosa Nostra ha demostrado que tiene la capacidad de cicatrizar sus heridas y de sustituir inmediatamente a sus cuadros.
"Quiero decir a los responsables del homicidio de Falcone que serán detenidos, no sólo por lo que han hecho, sino para impedir que continúen haciéndolo", había dicho el presidente de la Cámara de Diputados, Luciano Violante, del PDS, poco antes de la captura de Brusca.
Violante llevó adelante importantes procesos contra la mafia, cuando se desempeñaba como magistrado.
En una rara coincidencia, Brusca fue detenido cuando miraba en televisión una película sobre Falcone. El arresto se produjo en una casa junto al mar, en Agrigento, un balneario ubicado a 200 kilométros de Palermo, donde Brusca se hallaba con su esposa, su hijo de tres años, su hermano y la esposa y el hijo de éste.
Unos 400 policías participaron en la operación. Treinta agentes entraron en la vivienda, rompiendo puertas y ventanas, sin dar tiempo al requerido de oponer resistencia.
Brusca reemplazó como jefe de la Cosa Nostra a Totó Riina, detenido en 1993. También se encuentran en la cárcel Nitto Santapaola y Leoluca Bagarella, lugartenientes de Riina, y Michele Greco, el tesorero de la mafia.
Entre los mafiosos aún en libertad, el más importante es Bernardo Provenzano, quien está requerido por la justicia desde hace 25 años y ocuparía ahora la jefatura de la Cosa Nostra. (FIN/IPS/jp/ff/ip/96).