Después de un silencio inicial, los países del Golfo se mostraron cautelosamente complacidos con el acuerdo sellado el lunes entre la ONU e Iraq, que permiten a ese país vender petróleo para comprar alimentos y medicinas.
Sin embargo, estas naciones reiteraron su reclamo de que Iraq respete todas las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La agencia de noticias Saudi Press informó este jueves que el reino de Arabia Saudita manifestaba "gran satisfacción" ante la implementación de la resolución 986 del Consejo de Seguridad de la ONU, que habilita a Iraq a exportar 2.000 millones de dólares en petróleo en los próximos seis meses.
Según un anónimo funcionario de la Cancillería de la superpotencia del Golfo citado por la agencia, el reino "siempre apoyó con fuerza los esfuerzos del Consejo de Seguridad para el suministro de asistencia humanitaria al fraterno pueblo de Iraq".
Arabia Saudita, cuyo territorio sirvió de base para el ataque de Estados Unidos y sus aliados en la guerra de Golfo de 1991, se opone al levantamiento de las sanciones impuestas contra Iraq después de la invasión a Kuwait que desencadenó el conflicto en agosto de 1990.
El gobierno saudita sostiene que Iraq aún debe cumplir todos los reclamos de la ONU.
Las sanciones han causado grandes apremios a la población de este país. Según la Organización de ONU para la Alimentación y la Agricultura, murieron unos 567.000 menores de cinco años luego de la guerra debido a las restricciones al comercio.
El acuerdo con la ONU permitirá a Bagdad apenas la compra de alimentos y medicinas, y todas las operaciones deberán contar con la supervisión de la ONU.
El diario saudita Al Yama atribuyó a la "ambición de poder y la creencia en victorias ficticias" del presidente de Iraq, Saddam Hussein, el retraso de un año en la implementación de la resolución 986, adoptada por el Consejo de Seguridad en abril de 1995.
El acuerdo insumió cuatro meses de negociaciones entre funcionarios de Iraq y de la ONU.
Las primeras reacciones regionales al acuerdo se produjeron este miércoles en Emiratos Arabes Unidos (EAU) y Qatar, dos países que gestionaron informalmente el aflojamiento de las sanciones sin involucrar a sus socios del Golfo.
EAU, un pequeño integrante del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), intenta fortalecer la unidad entre los países musulmanes.
Tanto la prensa en idioma árabe como la inglesa en esta nación saludó el acuerdo, pero el diario Khaleej Times, de Dubai, lo describió como una "humillación" para Hussein.
Qatar, el país con posturas más independientes de la península arábiga, se mostró, como se preveía, entusiasta con la implementación de la resolución 986, que, según funcionarios de su gobierno, aliviaría los problemas de sus "hermanos" iraquíes.
El periódico Al Raya llegó a sostener que el acuerdo podría "marcar el comienzo del restauración de Iraq, tanto en su papel internacional como en lo regional".
El acuerdo, incluso, podría contribuir a reducir la hostilidad contra Iraq en Kuwait, donde el odio a Hussein no se desvaneció con los más de cinco años que transcurrieron desde la invasión que sufrió.
El hecho de que una parte sustancial de las ganancias de Iraq por la venta de petróleo se destine a un fondo para compensar a quienes sufrieron los efectos de la invasión de 1990 ocasionó beneplácito en el pequeño país.
El diario kuwaití Al Watan dijo que el acuerdo es una señal positiva e indica que el régimen de Bagdad puede ser obligado a respetar las resoluciones del Consejo de Seguridad de ONU.
De todos modos, el periódico exhortó a la comunidad internacional a mantenerse vigilantes para asegurar que el cambio de "petróleo por comida" no "se convierta en la posibilidad de que el régimen de Iraq" burle las resoluciones.
Mientras tanto, en Irán, país no árabe que se enfrentó con Iraq en una guerra de ocho años en la década del 80, no se produjeron reacciones oficiales al acuerdo. Sin embargo, los periódicos oficialistas sostuvieron que el pacto beneficia más a la ONU y a Occidente que al pueblo iraquí.
Teherán condenó la invasión a Kuwait en 1990, pero permaneció neutral cuando Estados Unidos y sus aliados expulsaron a las fuerzas iraquíes del pequeño país.
Aunque aprobó las sanciones, Irán ha exhortado por su levantamiento, pues, sostuvieron sus voceros, perjudica al pueblo iraquí, amenaza la integridad territorial de su vecino y le da a Estados Unidos una excusa para mantener grandes contingentes militares en el Golfo.
Las reservas de petróleo de Iraq sólo son superadas por las de Arabia Saudita.
Bagdad era una de las potencias de la región antes de que intentara la anexión de Kuwait por la fuerza en 1990. Entonces, el ingreso por persona de Iraq ascendía a 3.000 dólares anuales, uno de los más elevados del mundo en desarrollo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las sanciones impuestas por la ONU contra Iraq retrasaron el estado de la asistencia sanitaria por lo menos 50 años. Un informe de la OMS estableció que la mortalidad infantil en Bagdad se duplicó en cinco años. (FIN/IPS/tra-en/am/an/mj/ip/96)