INDIA: Cachemira va a las urnas tras seis años de intervención

Cachemira, región septentrional de India asolada por la lucha secesionista, irá a las urnas por primera vez en seis años este jueves, en medio de estrictas medidas de seguridad en previsión de atentados de los rebeldes, que dispusieron el boicot.

En la campaña previa a las elecciones parlamentarias de India en el valle de Cachemira no se registraron incidentes, pero los separatistas atacaron este miércoles Nueva Delhi, donde un coche bomba explotó en un mercado con un saldo de 25 muertes.

Dos grupos poco conocidos, el Frente Islámico de Jammu y Cachemira y Laskar-e-Sajjad, reivindicaron el atentado, dirigido, según un comunicado, a "impedir las elecciones en el valle".

El último gobierno regional electo en Cachemira, valle ubicado en la frontera de India con Pakistán, renunció en 1990, cuando fracasaron sus esfuerzos por mantener la paz. El poder central se hizo cargo del gobierno local en mayo de ese año.

Las fuerzas de seguridad de India intentan desde entonces derrotar a los rebeldes. La violencia afectó a la mayoría de la población local.

En la víspera de las elecciones, observadores políticos en la capital de India dudaban si los 1,4 millones de votantes habilitados en los distritos electorales de Baramulla y Anantnag concurrirían masivamente a las urnas.

Pero incluso una baja votación sería considerado por las autoridades como un gran paso en la restauración de la normalidad en Cachemira. Apenas cinco por ciento de los habilitados concurrieron a votar en las últimas elecciones, celebradas en noviembre de 1989.

Funcionarios del gobierno de India consideran que las elecciones permitirán la discusión de una solución política a la insurgencia con representantes del pueblo de Cachemira.

El territorio de Cachemira ocupa la mitad septentrional del estado de Jamu y Cachemira. Las elecciones parlamentarias en Jammu, donde la mayoría de la población es hindú, y en la jurisdicción de Ladakh, con mayoría budista, se celebraron junto a las del resto del país a principios de mayo.

Los diputados de otros dos distritos del estado, Srinagar y Udhampur, serán elegidos en la fase final de los comicios, que concluirán el día 30.

Para la campaña electoral en Cachemira se dispusieron medidas de seguridad sin precedentes. Los candidatos recibieron el tipo de protección personal que se reserva a los más altos políticos nacionales. Más de 100 postulantes compiten por seis escaños en el parlamento de India.

"Los candidatos son creíbles y compitieron con dureza en una elección agitada. Además, emergieron nuevas fuerzas", dijo un vocero del gobierno central en la región. En ese sentido, 26 ex militantes separatistas se decidieron a postularse.

Mientras tanto, unos 150 grupos rebeldes que pelean por la independencia ordenaron a la ciudadanía de Cachemira que se mantenga alejada de las urnas. Una huelga de 10 días convocada por los secesionistas paralizó la vida en el valle.

El boicot fue dispuesto por la Conferencia de Hurriyat (APHC), que nuclea a 30 partidos separatistas y que, al igual que los rebeldes armados, aspiran a que Nueva Delhi convoque a un plebiscito para decidir sobre la permanencia de la región en India.

Pero Nueva Delhi insiste en que Cachemira forma parte de India, y acusa a Pakistán por el conflicto, pues, asegura, los rebeldes son entrenados y armados por el gobierno del país vecino.

Islamabad, por su parte, aprovechó toda ocasión a su alcance para denunciar violaciones a los derechos humanos en Cachemira y sostener que esta región debería integrarse a un país islámico.

Unos 10.000 funcionarios del gobierno de India procedentes de otros lugares se trasladaron a la zona para realizar la tarea electoral, pues los empleados del gobierno en Cachemira se negaron a ello.

Los partidos que compiten en Cachemira son el del Congreso, saliente del gobierno, y el Partido Bharatiya Janata, que conducirá el próximo, algunos grupos centristas nacionales y numerosas alianzas regionales, así como gran cantidad de candidatos independientes.

El partido regional Conferencia Nacional, que estuvo en el poder en Cachemira durante la mayor parte de las cinco décadas de independencia india y otrora un estrecho aliado del Congreso, decidió no participar, marginado por el aumento de la militancia separatista.

Conferencia Nacional pretende incrementar su popularidad y, por eso, reclama mayor autonomía para Cachemira, una reivindicación inaceptable para Nueva Delhi. (FIN/IPS/tra-en/mu/an/mj/ip/96)

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