Los republicanos, liderados por el candidato a la presidencia de Estados Unidos, el senador Robert Dole, se han replegado a la defensiva pocas semanas después de haber introducido un proyecto de ley para financiar un ambicioso sistema de misiles antibalísticos.
Representantes republicanos retiraron esta semana de la agenda del Congreso el proyecto de ley "Defienda América", el cual establece la instalación de un sistema nacional de defensa con misiles para el 2003.
El motivo de la maniobra, según fuentes del Capitolio, fueron las estimaciones de nuevos costos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
La CBO anunció que sólo la puesta en marcha del proyecto costaría entre 31.000 y 60.000 millones de dólares, lo cual equivale a 10 veces más de lo calculado por los republicanos cuando presentaron el proyecto este año.
El presidente Bill Clinton, el blanco principal de la iniciativa de los misiles, devolvió el golpe este miércoles diciendo a graduados de la Academia de Guardias de la Costa, en Connecticut, que el plan es "errado".
"Nos obligaría a escoger un sistema de defensa de misiles que podría ser obsoleto mañana", afirmó Clinton, y sugirió que el esquema republicano representa el retiro a una "estrategia 'Fortaleza América"', del tipo propuesto por los aislacionistas durante la década de 1930.
Los asesores republicanos negaron que la decisión de retirar el proyecto implica que la iniciativa esté muerta para la presente sesión del Congreso, que finalizará tras las elecciones presidenciales de noviembre.
Pero el informe de la CBO representa un serio ataque a los intentos de Dole por sacar ventajas de un tema que establece una clara línea entre él y Clinton, sobre un tema clave de defensa y política exterior.
Dole, quien cree que el tema tiene la capacidad de ganar unos cuantos votos, se lanzó de lleno a la campaña. El senador se mostró de buen humor cuando Clinton vetó una medida similar incluida en el presupuesto de defensa de 1996, de 254.000 millones de dólares, y ha hecho lo posible por impulsar la ley Defienda America en el Senado.
Hasta el retiro del proyecto, esperaba su fácil aprobación, alrededor del jueves de esta semana.
No obstante, oficialmente, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos insiste en que Washington no enfrentará amenazas de misiles balísticos por al menos 10 años, pero considera las amenazas planteadas por grupos terroristas -extranjeros o internos- como un asunto serio en el corto y mediano plazo.
Los críticos también señalan que, de ser aprobada, la iniciativa republicana podría violar un tratado de misiles antibalísticos con Rusia vigente hace 24 años.
Esto implicaría que Moscú, cada vez más nacionalista, podría tener una excusa para no ratificar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START II), lo cual forzaría a Washington a retener 6.000 ojivas nucleares, con un costo de otros 10.000 millones de dólares, sostuvo Jennifer Weeks, de la Unión de Científicos Preocupados.
La medida también perjudicaría los esfuerzos diplomáticos del gobierno de Clinton en Ginebra sobre un acuerdo internacional por el Tratado General de Prohibición de Pruebas Nucleares.
A la vez, Clinton intenta protegerse de acusaciones de que deja al país vulnerable ante un posible ataque misilístico, y planteó un programa de defensa mucho más modesto, de 3.000 milllones de dolares, "basado en amenazas reales y respuestas pragmáticas".
La prioridad del programa es desarrollar un esquema de defensa que defienda a Estados Unidos y a tropas aliadas de misiles de corto y mediano alcance.
En el 2003, aseguró Clinton, los elementos básicos de un sistema de defensa misilístico estarían listos para el despliegue si se plantea una amenaza. (FIN/IPS/tra-en/jl/yjc/lp/ip/96)