Activistas de Estados Unidos elogiaron la decisión de una popular conductora de televisión de permitir un control independiente de las fábricas de América Central donde se confecciona su línea de vestimenta.
La decisión de Kathie Lee Gifford, co-conductora del popular programa de la cadena ABC "En vivo con Regis y Kathie Lee", se produjo tras informes sobre menores de 13 años en adelante forzadas a trabajar largas horas en las plantas donde se confeccionan las prendas Kathie Lee.
Ahora, Gifford intentará compensar por las pésimas condiciones que padecieron las trabajadoras, desde Nicaragua hasta Nueva York, y permitirá que grupos defensores de los derechos humanos vigilen las fábricas en cuestión.
Sin embargo, la tarea requerirá el apoyo de la cadena minorista Wal-Mart, que vende las prendas Kathie Lee, y de Kelwood, una compañía estadounidense que arregla la mercadería.
"Esta decisión requiere coraje", destacó David Dyson, un pastor protestante de Brooklyn que encabeza la Red de Gente de Fe. Un documento firmado por Wal-Mart y Kellwood para permitir un control independiente contribuiría mucho a mejorar las condiciones de trabajo en todas sus fábricas, añadió.
"Otros minoristas y fábricantes de este país deben oir bien este mensaje: el respeto a los derechos humanos es importante para el consumidor estadounidense", subrayó Charles Kernaghan, director del Comité Nacional del Trabajo (NLC), que denunció los abusos.
El NLC declaró este mes ante un comité del Congreso que una fábrica de Honduras donde se confeccionaban prendas Kathie Lee en 1995 empleaba adolescentes, que trabajaban turnos de 13 horas en talleres cerrados y vigilados por guardias armados.
Las obreras cobraban sólo 31 centavos de dólar por hora, o 13 veces menos que el salario mínimo estadounidense, aseguró el Comité.
En respuesta, Gifford dijo que Wall-Mart había cesado la producción de prendas de vestir en Honduras, pero Kernaghan replicó que la decisión de la compañía se debió a la obtención de "un mejor contrato" en Nicaragua, donde los trabajadores reciben una paga aún inferior.
La última denuncia de abusos no se refirió a América Central sino a Nueva York. El periódico New York Daily News descubrió que "Seo Fashions", un taller de confecciones de Manhattan contratado para fabricar prendas Kathie Lee, pagaba a sus empleados un salario inferior al mínimo estipulado por la ley.
Gifford decidió entonces acceder a la solicitud de los activistas de permitir que grupos independientes vigilen las fábricas donde se confeccionan sus prendas.
"No quiero que ningún ser humano sea degradado en el proceso de fabricación de cualquier producto que lleve mi nombre", manifestó la conductora. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ml/lb/96)