Portugal y los países lusófonos de Africa desarrollan una serie de iniciativas a nivel gubernamental, empresarial y eclesiástico para asegurar el éxito de la cumbre de jefes de Estado y gobierno de las siete naciones de lengua portuguesa, a celebrarse el 17 de julio.
Pero funcionarios portugueses y diplomáticos de los Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa observan con cierta preocupación el poco activo papel de Brasil frente a la proyectada comunidad lusófona, que surgirá de la cumbre de julio.
El propósito de conformar la comunidad lusófona fue confirmado por la visita que realizó este fin de semmana a Cabo Verde el presidente de Portugal Jorge Sampaio y por el viaje a Brasil el mes pasado del primer ministro Antonio Guterres.
También quedó demostrado en la visita que cumplieron a Lisboa el jefe del gobierno angoleño Marcolino Moco y el jefe de Estado de Santo Tomé-Príncipe, Miguel dos Anjos Trovoada.
En efecto, el tema de la cumbre lusófona estuvo entre los mas destacados en esa serie de conversaciones bilaterales.
A la voz de los gobiernos se unieron ahora la Iglesia Católica y círculos empresariales privados.
Los obispos de los siete países lusófonos destacaron este fin de semana en Fátima, 160 kilometros al norte de Lisboa, que será fundamental "dar prioridad a la lengua y a la cultura", como componente básico de "nuestra identidad" común.
Al mismo tiempo, 27 empresarios portugueses iniciaron este lunes una visita a Santo Tomé-Príncipe, un país insular de Africa Occidental poblado por 140.000 habitantes que, pese a su reducido tamaño, "puede abrir las puertas a un espacio africano de 140 millones de personas", según dijo un miembro de la delegación.
Mientras, el presidente de la Cámara de Comercio de Guinea- Bissau, Canjura Injai, llegó el fin de semana a Lisboa para invitar a empresarios portugueses a visitar su paás e identificar sectores de inversión.
Según Injai, además de las inversiones que Portugal pueda realizar en el campo del turismo, la pesca y la agricultura, la situacion geográfica de Guinea-Bissau en el oeste de Africa y entre Senegal y la República de Guinea (ex francesa), "hace del país un elemento fundamental para la expansión de inversiones del espacio lusófono".
Guinea-Bissau, señaló Injai, podría ser la puerta de ingreso de los empresarios lusófonos en la Comunidad Ecónomica de los Estados del Africa Occidental.
Brasil participó de todas las reuniones ministeriales preparatorias de la cumbre de Lisboa, y un obispo brasileño tuvo activa participación en la reunión de Fátima.
No obstante, analistas portugueses puntualizaron que Brasil redujo el papel activo que desempeñó en los últimos meses, debido a rencillas internas en el país sudamericano.
Comentaristas locales comienzan a dudar del éxito de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), toda vez que el canciller Luiz Filipe Lampreia, según la prensa portuguesa, vetó la candidatura del ex ministro de Cultura de Brasil José Aparecido de Oliveira al cargo de primer secretario ejecutivo de la organización
En opinión del ex presidente portugués Mario Soares (1986-marzo de 1996), De Oliveira, ademas de ser el autor del proyecto, que pretende intensificar e institucionalizar la cooperación entre los 219 millones de lusófonos, "es sin lugar a dudas, el padre y el gran dinamizador de la CPLP".
La opinión de Soares es compartida por los analistas José Carlos de Vasconcelos, Luiz Alberto Braga y Carlos Albino, considerados los más calificados expertos en el tema, quienes coinciden en que sin De Oliveira, la CPLP podria peligrar.
A ese factor se une el hecho de que el Lampreia dejó un recuerdo poco sólido durante la visita cumplida el año último a Portugal por el presidente Fernando Henrique Cardoso.
Consultado en la ocasión sobre la violación de los derechos humanos en la ex colonia portuguesa de Timor Oriental, invadida por Indonesia hace 20 anos, Lampreia dijo que "no conviene irritar" a Jakarta.
El punto de vista de Lampreia, avalado por Cardoso, no sólo cayó mal en Portugal, sino también en los cinco países afro- lusófonos, que consideran a Timor Oriental un caso prioritario en sus respectivas políticas exteriores.
El natural recelo de los africanos frente al inmenso Brasil prácticamente habia desaparecido cuando De Oliveira, entonces embajador en Lisboa, visitó entre 1993 y 1994 las capitales de los cinco países y aseguró a los jefes de Estado, todos ellos sus amigos personales, que la cooperación seria "entre iguales".
Por razones de orden diplomático, la polémica interna del gobierno de Brasil no es comentado en circulos oficiales portugueses y africanos, pero fuentes de los seis países reconocen que existe preocupación ante el impacto que podría tener en la proyectada comunidad lusófona.
"Angola se sentiría muy honrada si ocupa la secretaría ejecutiva de la CPLP, pero no nos deja de preocupar que en su propio nacimiento, no participe en primer plano su 'padre', que es sin duda Aparecido de Oliveira", dijo a IPS un ministro integrante de la delegación angoleña que visitó Lisboa. (FIN/IPS/mdq/ff/ip/96).