CHINA: Funcionarios corruptos se exilan en mansiones de lujo

En septiembre último, Chen Xitong, el ex poderoso jefe del Partido Comunista de Beijing, fué denunciado como corrupto y despojado de todas sus funciones políticas.

Chen, quien fué miembro del Politburó y del comité central, se encuentra exilado en Mongolia Interior y vive en una lujosa mansión que no encaja para nada con su condición de criminal convicto.

Chen es el funcionario comunista de más alto rango caído en desgracia por cargos de corrupción. Había accedido al Politburó en 1992 como premio por su apoyo a la sangrienta represión de los estudiantes en Plaza Tiananmen, en 1989.

El partido lo acusó de haber abusado de su posicion y aceptado cuantiosos sobornos durante el desempeño de sus funciones en Beijing. Tambien estuvo vinculado con el caso de Wang Baosen, el asistente de Chen, que se suicidó en 1995 poco antes que fuera implicado en un escandaloso fraude por 17.000 millones de dólares con permisos de construcción y apropiación de fondos públicos.

"Quieren tenerlo fuera de circulación pero no se atreven a encarcelarlo", dijo un ex editor de un diario chino con estrechas relaciones partidarias. "Chen sabe demasiado…".

Los líderes comunistas chinos, temerosos que la indignación popular por la creciente corrupción pueda canalizarse en malestar social, han iniciado una batalla sin cuartel para erradicar cualquier virus corruptor en el partido.

Sin embargo, como mostró el caso de Chen, la corrupción sigue siendo una cuestión delicada que, si es perseguida suficientemente en alto, puede afectar la estructura del partido, opinaron diplomáticos occidentales. Analistas chinos y occidentales señalaron que ahora la corrupción está tan difundida en China como en la época de los nacionalistas, anterior a 1949.

La caída en desgracia de Chen fué una advertencia a otros altos miembros del partido. No obstante, este año, el presidente chino, Jiang Zemin, se vió obligado una vez más a exigir a los funcionarios publicos que persigan la corrupción porque amenaza la conducción partidaria.

"La mayoría de nuestros cuadros son buenos, pero hay un pequeño número, incluyendo altos funcionarios, que hacen oídos sordos a las recomendaciones del camarada Deng Xiaoping y del partido", dijo Jiang en un discurso reciente.

Para mejorar su imagen, el gobierno habilitó recientemente una línea telefónica para alentar al público que denuncie anomalías en las organizaciones estatales. El Ministerio de Finanzas, que estableció la conexión telefónica, dijo que pretendía perseguir a aquellos que compran autos, casas y bienes con fondos públicos.

La iniciativa fué parte de una campaña nacional que está en vigor hasta septiembre, para poner fín a la corrupción y supervisar el empleo de 35.000 millones de dolares en fondos públicos.

"En algunos casos, unidades de trabajo han usado los fondos para comprar autos de lujo y casas, o especular en propiedades o valores", apuntó Jin Lianshu, un funcionario de la comisión de disciplina del Partido, citado por la agencia oficial Nueva China.

"Los funcionarios en mi lugar de trabajo circulan al volante de autos importados", dijo un empleado de un colegio estatal en Beijing. "No vale la pena denunciarlos telefónicamente porque de todos modos nada va a cambiar…"

En efecto, a pesar de los crecientes mensajes anticorrupción, el gobierno se muestra cauto en hacer demasiadas revelaciones embarazosas sobre escándalos y fraudes en la administración que ensucian su imágen.

En la ciudad de Tai'an, provincia de Shandong, todos los funcionarios del partido y la municipalidad, así como un ejecutivo de la compañia petroquímica Taishan, fueron expulsados por corrupción este año.

El caso de Chen Xitong y su extinto ayudante Wang Baosen se ha convertido en un ejemplo público de tanta envergadura que el gobierno de Beijin tambien reveló hace poco la entidad del fraude que cometieron.

Wang, encontrado muerto en una casa de huéspedes de las afueras de Beijing en abril último, robó 17.000 millones de dólares de las arcas oficiales por medio de registros falsificados y transferencias ilegales de fondos. El monto confirmado contrastó con las primeras indicaciones por 37 millones de dólares.

No obstante, muchos chinos se muestran cínicos acerca de la cruzada anticorrupción y dudan que la jerarquía partidaria resuelva el problema. (FIN/IPS/tra-en/rc/cpg/ego/ip).

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