ASIA: Problemático retorno de los franceses

Mas de 40 años despues que el poder colonial de París tuvo una muerte humillante a manos de las guerrillas vietnamitas en Dien Bien Phu, los franceses están tratando de retornar en plena fuerza al Sudeste de Asia.

Desde Tailandia y Birmania hasta Laos y Camboya, los hoteles se ven abarrotados de hombres de negocios franceses, funcionarios y turistas, que vuelven para conquistar nuevos lazos comerciales y revivir recuerdos nostálgicos de su extinto dominio en la región.

Sin embargo, mientras la mayoría de la gente del Sudeste de Asia no tiene problemas en hacer negocios con los franceses, hay un creciente malestar respecto a su nueva y agresiva irrupción cultural y política en la región.

La pretensión francesa de ser un socio confiable en materia de seguridad e tratar de imponer su idioma en desmedro del inglés, ha chocado con el resentimiento que suscita la arrogancia cultural de los franceses.

El sentimiento antifrancés llegó a su climax a fines de 1995 cuando gente de toda la región protestó contra las pruebas nucleares realizadas por París en el Pacífico Sur.

Si bien los franceses aseguraron que las seis pruebas atómicas tuvieron mínimos impactos ecológicos y humanos, grupos ambientalistas acusaron a París de tratar a los isleños del Pacífico Sur como cobayos.

En un intento de reparar el daño político causado por las pruebas nucleares, los franceses lanzaron una ofensiva propagandística durante la visita de su presidente, Jacques Chirac, a Bangkok, cuando se reunieron por primera vez cinco líderes europeos con homólogos asiáticos.

Chirac afirmo que estaba "enamorado" de Asia y presentó a Francia como una potencia de la cual la región podía esperar apoyo como alternativa a Estados Unidos y Gran Bretaña.

"Ya no hay ninguna teoría sobre cortina o dominó que justifique dejar nuestras responsabilidades defensivas en otras manos", declaró Chirac, quién urgió a Asia a adoptar sus propias medidas de seguridad. La actitud de Chirac fué interpretada como una velada crítica a la dependencia de Asia Oriental respecto a Estados Unidos durante la Guerra Fría.

Luego de las tensiones de marzo último entre Estados Unidos y China sobre la cuestión de Taiwán, Francia ofreció rapidamente apoyo estratégico y moral al primer ministro chino Li Peng, durante la visita que realizó a París en abril.

La iniciativa benefició a Francia tanto en términos de estrechar vínculos con China como concretar un contrato por 1.500 millones de dólares para abastecer la industria de aerobuses a los chinos que, deliberadamente, ignoraron a la Corporación Boeing.

"Bajo Chirac, hay un resurgimiento de la diplomacia gaullista", declaró en París el analista político Alain Duhamel, quien apuntó que la arremetida de la política exterior francesa ahora está dirigida a sus ex colonias en el medio Oriente y el Sudeste de Asia.

Desde principios de los años '90, Francia también ha surgido como principal inversor en las nuevas economías emergentes de Indochina y Birmania. En sus ex colonias de Vietnam, Laos y Camboya, en particular, el gobierno francés ha canalizado millones de dólares en ayuda para proyectos educativos y culturales, mientras el sector privado se ubicó entre los cinco primeros inversores.

"Los franceses siguen considerando a Indochina como su territorio y son muy posesivos respecto al área en relación a otros países que operan allí", dijo un diplomático occidental en Phnom Penh. Es una actitud que ha privado de muchos amigos a los franceses, especialmente entre los estudiantes.

Los jóvenes salieron a la calle el año pasado porque un instituto técnico financiado por Francia trató de prohibirles que tomaran sus cursos en inglés. Los estudiantes dijeron que era el inglés el verdadero idioma internacional que les aseguraría trabajo en el futuro.

Intelectuales en toda Indochina siguen sin perdonar a Francia por tratar de restablecer su dominio colonial despues de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y haber desencadenado la guerra de Vietnam que mató a millones de personas inocentes.

Tambien los críticos acusan a Francia de usar sus programas bilaterales de ayuda para "sobornar" financieramente a organizaciones hambrientas en Indochina a fín de que adopten sus prácticas culturales y sociales.

Los franceses provocaron la rabia de diplomáticos indios en Camboya porque criticaron la rehabilitación del famoso templo de Angkor Wat, realizada por arqueólogos indios en los años '80. Funcionarios indios acusaron a los franceses de actuar como si Angkor Wat les perteneciera, solo porque el antiguo templo hindú fué redescubierto en el siglo XIX durante el gobierno colonial.

Sin embargo, los franceses tienen un largo camino que recorrer antes que establezcan una presencia económica parecida a la que tienen los japoneses en la región, o el dominio cultural estadounidense. Durante los años '80, Francia incluso estuvo detrás de Alemania y Gran Bretaña en materia de inversiones y diplomacia.

Muchos en la región van a monitorear de cerca a los franceses para ver si aprendieron la lección de su historia o están condenados a repetir los errores del pasado. (FIN/IPS/tra- en/tg/fn/ego/ip).

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