AMERICA LATINA: Inflación de tres dígitos amenaza a Venezuela

Transcurrido el primer tercio del año, el panorama inflacionario de América Latina presenta como dato saliente la amenaza de que Venezuela llegue a un índice anual de precios al consumidor (IPC) de 100 por ciento.

El impacto del incremento de los precios internacionales del petróleo sobre Chile, donde crecen las dudas acerca del cumplimiento de la meta anual de inflación de 6,5 por ciento, es otro de los aspectos relevantes del balance de estos cuatro meses.

En el resto de América Latina no se observan grandes sobresaltos en materia de evolución de los índices de precios durante abril, luego de que en marzo surgieran toques de prudencia que aminoraron la euforia antinflacionaria de comienzos del año.

El aumento del IPC de 8,6 por ciento en Venezuela durante abril casi cuadruplicó la tasa mensual de otros países latinoamericanos de inflación relativamente alta, como Ecuador, México y Uruguay.

Los venezolanos tuvieron en marzo un índice de 6,2 por ciento y el incremento de abril no fue sorprendente, en cuanto constituyó el obvio impacto preliminar del drástico plan de ajuste puesto en marcha por el gobierno de Rafael Caldera.

Venezuela acumuló así en el primer cuatrimestre de este año una inflación de 34,5 por ciento y una tasa anualizada de 85,8 por ciento, que se compara desfavorablemente con el IPC de 56,6 por ciento de 1995.

La gran duda es si resultará la apuesta al "shock" del gobierno, fundamentada en la liberación del tipo de cambio, y si la inflación efectivamente decaerá desde el segundo semestre.

De no ocurrir así, la economía venezolana podría encaminarse hacia un IPC del orden de 100 por ciento, un récord no deseado en la región, donde las tasas de inflación de tres dígitos desaparecieron virtualmente desde 1995.

En Chile, país que importa 90 por ciento del petróleo que necesita, el aumento de los precios internacionales del crudo repercutió en una inflación de uno por ciento en abril, la más alta tasa mensual en lo que va del año.

Este registro elevó la inflación anualizada de Chile a 8,4 por ciento, frente a 8,2 por ciento de 1995 y muy por encima del objetivo de 6,5 por ciento que el gobierno de Eduardo Frei se trazó para este año.

El ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, admitió a comienzos de la semana última que la meta se complicaba, una declaración que determinó a la banca a realizar operaciones de cobertura mediante ventas de dólares que hicieron bajar considerablemente la cotización de la divisa.

Ante la creciente preocupación de exportadores e industriales, el presidente del Banco Central, Roberto Zahler, y el ministro de Economía, Alvaro García, contradijeron a Aninat y aseguraron que el IPC de 6,5 por ciento "es perfectamente alcanzable".

Argentina no registró en abril alzas del IPC, en tanto la tendencia anualizada se situó en menos 0,2 por ciento, tasa que seguramente fue la más baja de todo el mundo.

Bolivia, que en 1995 no logró mantener una inflación de un dígito, se reincorporará probablemente este año al grupo de países de índices inferiores a 10 por ciento, si logra mantener la tendencia de los últimos dos meses.

Tanto en abril como en marzo, el IPC boliviano registró deflación de menos 0,22 por ciento, para controlar el desborde de precios de enero y febrero y restituir la tasa anualizada al 12 por ciento con que terminó 1995.

En Brasil, el plan antinflacionario tiende a marchar sin mayores contratiempos, con tasas inferiores a uno por ciento en los dos últimos meses y una tendencia anual de 13 por ciento, inferior en casi dos puntos al IPC del último año.

Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador y Nicaragua no tuvieron en abril alteraciones de importancia en sus índices inflacionarios.

En México, el IPC de abril creció 2,84 por ciento frente a 2,20 por ciento en marzo, no obstante lo cual la tendencia anualizada, de casi 37 por ciento, muestra una evolución positiva con respecto a la inflación de 52 por ciento de 1995.

En Uruguay, por último, los precios tuvieron un relativo desborde en abril, al aumentar 2,90 por ciento, tras la inflación de 1,92 por ciento de marzo, aunque la tendencia anual, del orden de 30 por ciento, sigue siendo más baja que el IPC de 35 por ciento del último año. (FIN/IPS/ggr/ff/if/96)

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