Los custodias de los pocos gorilas que quedan en Ruanda obtuvieron un premio internacional por mantener a los cazadores furtivos a raya durante y después de la trágica guerra civil de 1994, en la que murieron cerca de un millón de personas.
Los 50.000 dólares correspondientes al Premio Paul Getty de Conservación de la Fauna, que se entregará la semana próxima, serán compartidos entre 67 personas, y una parte será destinada a la compra de maquinaria de campo, necesaria para su trabajo y el bienestar de sus familias.
Los galardonados son el personal de la Oficina Ruandesa de Turismo y Parques Nacionales (ORTPN), un equipo removedor de minas terrestres del Ejército Patriótico Ruandés, y la comunidad de Kinigi, sede del Parque Nacional de los Volcanes, donde se realizará la ceremonia de entrega de premios.
El premio Getty fue creado en 1994 y se constituyó en una de las distinciones más prestigiosas en materia de preservación de fauna y flora. Anteriores galardonados incluyen el Comité de Bengala Occidental para la Protección de los Bosques y Communidec, una organización ecuatoriana de investigación y desarrollo.
La distinción será entregada al personal de la ORTPN a través de ICGP, una coalición del Fondo Mundial para la Naturaleza, la Fundación Africana para la Fauna y la organización Fauna y Flora Internacional.
Lanzado en 1991, ICGP es el único programa de conservación en funcionamiento en la región de los Grandes Lagos, donde se encuentran los últimos gorilas de montaña, y también el único que trabaja conjuntamente con las autoridades de las áreas protegidas en Ruanda, Uganda y Zaire.
Unos 320 gorilas habitan las montañas Virunga, que marcan fronteras entre los tres países. Otro grupo de 300 animales vive 25 kilómetros al norte del Parque Nacional Impenetrable Bwide, en el suroeste de Uganda.
En 1968, crecientes problemas económicos llevaron al gobierno de Ruanda a destinar más de un tercio del Parque Nacional de los Volcanes a la producción agrícola, y como resultado se estableció el Proyecto para los Gorilas de Montaña.
En 1994, durante la sangrienta crisis política nacional, unos 850.000 ruandeses huyeron del país y se alojaron en campos de refugiados junto al Parque Nacional Virunga, en Zaire.
"Como consecuencia de esta guerra, la mitad de la población de gorilas del mundo está gravemente amenazada debido a la destrucción de su hábitat, la caza furtiva, las minas de tierra y la posible diseminación de enfermedades humanas", explicó Annette Lanjouw, de IGCP.
El año pasado murieron ocho gorilas de la región a manos de cazadores furtivos, y como respuesta, IGCP creó patrullas de control en Zaire y Ruanda. Una vez que la situación mejore, la coalición volverá a organizar patrullas conjuntas con guardias de Uganda, Ruanda y Zaire.
Los cazadores usan rifles AK-47, mucho más modernos y certeros que los Mausers-52 de los guardias, y para protegerlos, IGCP adquirió chalecos antibalas y un equipo de radiocomunicación.
Los galardonados fueron distinguidos por la fundación Getty por "su destacado coraje y dedicación en la salvaguarda del amenazado gorila de montaña". (FIN/IPS/tra-en/mn/oa/ml/en/96)