/1 DE MAYO/AMERICA LATINA: Ajuste acentúa ocupación precaria y pobreza femenina

El empleo cada vez más precario, unido a la feminización de la pobreza, es áspera secuela de los ajustes emprendidos por América Latina para liberalizar su economía, destacan organismos sociales y sindicales en la región.

La privatización de empresas, el cierre de entes deficitarios y los recortes en el gasto público, todas medidas de achicamiento de los estados dentro del ajuste, producen nuevos contingentes de desempleados o de ocupados en empleos más precarios, con frecuencia del sector informal.

"Las mujeres son las más afectadas, porque son técnicas, empleadas u obreras en las áreas más prescindibles: auxiliares, oficinistas, secretarias u obreras de mantenimiento", subrayó a IPS la venezolana Nora Castañeda, del Frente Continental de Mujeres.

Los ajustes, de impacto inmediato en el empleo y el consumo, significan caída en el acceso a alimentos y en general en la calidad de vida, afectando en primera línea a las mujeres que comparten la dirección del hogar o a las que conducen solas un 30 por ciento de los hogares latinoamericanos.

Pero cuando los gobiernos acompañan los ajustes con programas de compensación social o para crear empleos de emergencia, las mujeres de nuevo quedan como las menos favorecidas.

Por una parte, "los planes para empleos de emergencia generalmente atienden a la construcción y a la infraestructura, que ocupan hombres y no mujeres", recuerda Castañeda.

En segundo término, programas sociales dirigidos al cuidado de niños, distribución de alimentos, organización de microempresas u otras tareas comunitarias "no conciben a la mujer como trabajadora, sino como voluntaria", con lo que disminuye su consideración y remuneración, agregó Castañeda.

Fuera de esos programas, la mujer engrosa sobre todo el sector informal de la economía "que crece hasta ser casi 50 por ciento de la economía en la región", según la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), de raíz democristiana.

La mujer acude cada vez más a laborar. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), entre 1960 y 1990 su presencia en la población económicamente activa creció 211 por ciento (84 por ciento la de los hombres), y en las ciudades trabaja una de cada dos mujeres entre 25 y 34 años.

Con ese aporte, por ejemplo, desde 1993 "el desempleo urbano se ha reducido, de 6,2 a menos de seis por ciento de la población activa, pero de cada 10 nuevos empleos ocho fueron generados por la economía informal", según la CLAT.

Microempresas "informales" han absorbido 43 por ciento de los nuevos empleos, y en el resto predominan los "trabajos independientes", que son "tan precarios como marginales a toda forma de seguridad y previsión social", indicó la CLAT.

El modelo de reformas económicas en América Latina "ha generado algún nivel de empleo, como en el caso de la maquila, pero se trata de trabajo precario, totalmente desprotegido de seguridad social", señaló a IPS la sindicalista salvadoreña Amanda Villatoro.

Esa situación "golpea sobre todo a las mujeres, porque a la hora de achicar Estados y reestructurar empresas la mujer está en primera fila de los despidos", dijo Villatoro, presidenta del frente de mujeres en la Organización Interamericana de Trabajadores (ORIT), dirigida por socialdemócratas.

El caso más reciente es Venezuela, cuyo gobierno hace dos semanas decidió retomar la senda económica neoliberal, con un severo programa de ajustes -el segundo en siete años- que dará paso a una reestructuración del sector público.

En el mediano plazo, el Estado, que emplea 1,3 millones de personas, dejará sólo 800.000 en su nómina, con la aspiración de que el medio millón restante lo absorba el sector privado.

Esa reducción del Estado puede multiplicar casos como el de Eva González, una viuda de 56 años retirada hace cinco de un despacho público que todavía no le ha pagado su indemnización, cocina postres para vender y se queja de que "ya es tarde para conseguir un nuevo empleo".

En América Latina, con una población económicamente activa de 140 millones (27 por ciento mujeres), los desocupados urbanos son ocho millones (5,7 por ciento) y los trabajadores informales 40 millones (28,6 por ciento), según la CEPAL.

Cuatro de cada 10 informales son mujeres.

"Pero aún en los segmentos que entregan empleo una constante es el trabajo precario, como muestran las plantas instaladas por trasnacionales en México y América Central", indicó Villatoro.

Esas plantas "emplean mujeres de modo masivo, pero no pagan el salario mínimo, no dan seguridad social, ni estabilidad, hay una desregulación total, sin sindicatos y por eso mismo sin contratación colectiva", apuntó la dirigente.

En los varios miles de maquilas en México y América Central las mujeres son mayoría absoluta, y su perfil promedio recogido por la CLAT las muestra como solteras de 20 a 25 años, sin hijos, que no permanecen más de 10 años en la fábrica.

Un estudio de la CLAT sobre la maquila en México registró discriminación e insuficiencia del salario de la mujer (no alcanza para segurar la sobrevivencia de la familia), medio ambiente laboral deficiente y baja o nula sindicalización.

"Ya es imposible ver esta situación como un problema de la mujer: es un problema sindical de primer orden", dijo Villatoro, para quien "las organizaciones obreras no pueden seguir pasivas ante la feminización de la pobreza".

Según el experto argentino Bernardo Kliksberg, 60 por ciento de los latinoamericanos son pobres (unos 270 millones de personas), la mitad de ellos son "pobres extremos", y 40 por ciento de los hogares en pobreza sólo tienen al frente una mujer.

Los sindicatos, dijo Villatoro, deben redoblar su lucha por la igualdad de las mujeres en el trabajo y en el salario, por el derecho a la sindicalización "y por enfrentar los ajustes de los gobiernos con la exigencia de programas de empleo".

"Los gobiernos latinoamericanos lanzan planes de ajuste centrados en la atracción de capitales, pero no se preocupan por desarrollar programas de empleo", dijo Villatoro, "y con indolencia sólo ven y exigen sacrificios a los pueblos". (FIN/IPS/hm/dg/lb/96)

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