La muerte de una rehén puso trágico fin hoy en Venezuela a un secuestro de dos mujeres en esta capital, que también dejó un delincuente muerto y fue seguido por millones de personas a través de la radio y la televisión.
Los venezolanos se emocionaron cuando se informó que la rehén, Magdalena Monagas, de 31 años, sólo fue herida en un hombro, pero también recibió un balazo en la región púbica, decisiva para la muerte con la que las estaciones de radio y televisión comunicaron pesadumbre poco después.
Además de los dos muertos, tres funcionarios fueron heridos, dos de bala -uno grave- y otro atropellado por un automóvil patrullero cuando se organizaba el cerco a la vivienda donde se efectuó el secuestro.
Una rehén y un secuestrador que se entregó horas antes del desenlace salieron indemnes.
El secuestro se convirtió este martes en el acontecimiento más seguido por los venezolanos, a pesar de que se trata del primer día de aplicación de severas medidas de ajuste económico con las que el presidente Rafael Caldera dispuso, la noche del lunes, el regreso del país a una economía neoliberal.
A eso de las 20:00 horas locales del lunes, mientras el mandatario hablaba a sus compatriotas, dos delincuentes asaltaron a las hermanas Magdalena y Lorena Monagas (19 años), a las puertas de un gimnasio del residencial este de Caracas.
Suponiéndolas adineradas, los asaltantes las obligaron a regresar a su vivienda, en realidad un apartamento mediano en un barrio de clase media del este caraqueño, Terrazas del Avila.
Constataron que se trataba de dos hermanas sin mayores recursos y, cuando preparaban la huida, fueron detectados por agentes de policía, convirtiendo el asalto en un secuestro.
Durante largas horas de cerco y negociación, los delincuentes pudieron hablar a través de la radio y la televisión para pedir un vehículo en el cual escapar con sus rehenes, mientras la policía ganaba tiempo para desarrollar su propia estrategia.
El primer logro policial fue identificar a uno de los delincuentes como Hernán López, participante en el asesinato del afamado jugador de béisbol Gustavo Polidor, durante un asalto hace año y medio, y conseguir que delante de su madre se entregase y liberase a una rehén.
Pero el otro secuestrador, Alexis Rivera, para marcar su disposición de no rendirse disparó entonces, al mediodía de este martes, contra un grupo de funcionarios, hiriendo a dos.
El diputado izquierdista Vladimir Villegas, presidente de la comisión de derechos humanos del parlamento y frecuente crítico de las policías, dijo que esta vez "agotaron todos los esfuerzos para una solución pacífica".
Como el secuestrador se embriagaba y rehusaba entregarse, la policía optó al final de la tarde de este martes por asaltar el apartamento donde permanecían secuestrador y rehén.
Un explosivo a base de agua hizo añicos la puerta principal mientras comandos se descolgaban desde la azotea del edificio hasta la altura del apartamento e ingresaban por las ventanas, para intentar el rescate, pero el intento resultó fallido. (FIN/IPS/hm/ag/ip/96)