URUGUAY: Pobreza golpea rendimiento escolar en Uruguay

La repetición escolar de los niños de las zonas carenciadas se convirtió en una de las principales preocupaciones de las autoridades de la enseñanza de Uruguay, que buscan combatir ese fenómeno a través de programas especiales.

Estudios de la Administración Nacional de Educación Pública (Anep) indican que los indices de repetición muestran diferencias significativas por tramos, considerando las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).

El mayor deterioro socioeconómico de los últimos años en Uruguay se registró en 1984, cuando el porcentaje de hogares con NBI se ubicó en 10,4 por ciento en Montevideo y 22,5 por ciento en el interior del país.

En Montevideo, donde vive casi 45 por ciento de los 3,1 millones de uruguayos, la tasa de repetición en las escuelas de sectores privilegiados es de 14,7 por ciento en primer grado y llega a 31,6 por ciento en los establecimientos donde acuden los sectores más carenciados.

La Anep destacó en un informe al que accedió IPS que "dicho en lenguaje directo, son escuelas donde en primer año repite uno de cada tres niños".

Cirio Nadurz, director del Consejo de Educación Primaria, dijo que una de sus principales metas de su administración es abatir los índices de repetición en el primer año escolar.

Nadurz consideró que una cifra "razonable" de repetición escolar debría ubicarse entre siete y 10 por ciento y estimó que el problema comenzó a agravarse hace dos décadas.

Para mejorar la actual situación, las autoridades están desarrollando un programa financiado por el Banco Mundial que se propone ampliar la cobertura preescolar a las zonas carenciadas y dotar a las escuelas de equipamiento y material didáctico por un monto de 45 millones de dólares.

Nadruz advirtió que desde el punto de vista pedagógico en Uruguay no existe "una educación que apunte a tratar a los desiguales como tales", por lo cual se producen los desniveles, según el origen socioeconómico de los alumnos.

En 1985, luego de doce años de régimen militar, junto con la recuperación institucional se produjo un proceso de mejora en las condiciones de vida.

En 1989 el porcentaje de hogares con NBI en Montevideo era de 8,9 y en el interior de 16,9.

En 1992, último año con datos conocidos, la proporción fue de 6,3 y 11,7 por ciento respectivamente, según el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj).

El organismo humanitario señaló que actualmente, al igual que en 1990, tiende a configurarse una situación recesiva de la economía "que puede cuestionar buena parte de los avances registrados en los años anteriores".

Pero Anep señaló que el problema de la repetición no se vincula solamente a la pobreza, porque "en todos los estratos socioeconomicos, independientemente del área geográfica, la repetición en primer grado se situa entre 17 y 27 por ciento".

Un informe del Banco Mundial de 1994 consideró muy alta la tasa de repetición en primero y segundo año de la eduación primaria en Uruguay.

Para el organismo financieros internacional esas lagunas educativas provocan un "derroche" de ocho por ciento del gasto anual de la educación primaria pública.

La situación de Uruguay no es muy diferente de la de otros países de la región, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Según un documento de esa agencia de Naciones Unidas, en Brasil, la tasa de repetidores fue de 23 por ciento en primer año, en Paraguay de 20,6 por ciento y en Costa Rica llegó a 17 por ciento, de acuerdo a los últimos datos disponibles en cada uno de esos países.

A fines de marzo, un seminario sobre reforma educativa organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Buenos Aires señaló algunos de los problemas regionales me la materia.

"A pesar lde a constante ampliación del acceso a la educación en el decenio de 1980, las tasas de repetición y deserción en la enseñanza básica y secundaria siguen siendo problemas graves", afirmaron Martin Canroy, de la Universidad estadounidense de Stanford, y Claudio de Moura, del BID.

Los expertos sostuvieron que esos problemas "se acentuaron en muchos países porque la educación se expandió en una situación de austeridad fiscal".

A fines del decenio de 1980 se efectuó una evaluación educativa internacional de los conocimientos de lectura en los niños de nueve años en 27 países del mundo, incluídos Venezuela y Trinidad y Tobago.

Los de Trinidad y Tobago tuvieron un desempeño satisfactorio, "con algo más de la mitad de una desviación estándar por debajo de muchos países europeos".

A su vez, los alumnos venezolanos "registraron una desviación estándar y media por debajo de los niveles europeos, con el desempeño más bajo de los 27 países estudiados", dijeron.

Otro estudio sobre el rendimiento en ciencias y matemática de alumnos de 13 años de edad realizado en Argentina, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela, indicó que sólo los costarricenses lograron puntajes medios comparables a los promedios nacionales de países desarrollados.

Carnoy y de Moura también señalaron que en Uruguay "la gran mayoría de los estudiantes (los que no están en escuelas privadas selectas) aprende sólo una pequeña fracción del mínimo básico esperado por las escuelas". (FIN/IPS/rr/dg/pr-ed/96)

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