Una conspiración de silencio envuelve al sida y sólo la vigencia de los derechos humanos puede desbaratar esa confabulación, afirmó hoy Peter Piot, director ejecutivo de UNSIDA, el organismo de las Naciones Unidas que se ocupa de la epidemia.
La conspiración mantiene a las parejas y a las comunidades en la ignorancia de que el virus de inmunodeficiencia adquirida se encuentra entre ellos.
La misma confabulación es responsable de que los gobiernos se despreocupen de la adopción de medidas urgentes.
Tambien es el origen de la mentalidad excluyente "nosotros/ellos", por la cual los sanos niegan la existencia, los valores humanos y la dignidad de los enfermos de sida, dijo Piot.
El director de UNSIDA denunció ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que continúan los abusos de los derechos humanos en relación con el sida.
Las violaciones incluyen la discriminación que no sólo agrava la miseria humana provocada por el virus sino que tambien alimenta su propagación, sostuvo.
Entre los derechos humanos básicos para detener la expansión de la epidemia de sida, Piot mencionó los derechos a la información, a la educación, a la salud y a la no discriminación.
Esos derechos han sido aplicados siempre en forma defectuosa, con trágicas consecuencias. Ahora, con la presencia del virus de inmunodeficiencia, la omisión acarrea amenazas más graves.
El número de personas en todo el mundo contagiadas del virus de inmunodeficiencia adquirida y de la enfermedad posterior, el sida, se eleva a 20 millones. De esa cifra, nueve millones son mujeres. Los niños infectados suman 1,5 millones.
Desde que comenzó la epidemia, han muerto de sida mas de cinco millones de adultos y niños. Unas 7.500 personas adquieren la enfermedad cada día, lo que equivale al contagio de cinco personas cada minuto. La mitad son mujeres.
Piot admitió que la ciencia está aún lejos de descubrir una vacuna y un tratamiento de curación. Por ello, agregó, resulta evidente que el virus es una realidad con la cual debemos vivir durante largo tiempo.
"Para esa realidad necesitamos una respuesta amplia que vaya más allá de la importante contribución del sector de la salud. Un instrumento clave en esa respuesta extendida son los derechos humanos", precisó.
Unicamente a través de la protección de los derechos humanos, la población tendrá acceso a la información y a la educación sobre la enfermedad y a los medios para prevenirla, como los condones y los servicios sanitarios.
El funcionario afirmó que en tanto "los gobiernos, como tambien las costumbres sociales y religiosas, limiten el acceso a los medios de prevención, la vulnerabilidad al contagio aumenta y el derecho a la vida se resiente".
El peso de la epidemia recae sobre los grupos marginales y más vulnerables, que incluyen a mujeres, niños, minorías, indígenas, refugiados, homosexuales, trabajadores sexuales, consumidores de drogas y presidiarios.
Piot mencionó la discriminación contra los contagiados del virus, a quienes se les niega no sólo su dignidad sino tambien sus derechos al empleo, a la educación, a la vida privada, a la vivienda, al apoyo social, a la atención sanitaria, a un nivel de vida adecuado y, en algunos casos, a su libertad.
La violencia contra las mujeres es un factor determinante en la exacerbación de la epidemia.
Violaciones, dentro y fuera del matrimonio, incesto, prostitución forzada, trueque sexual, prácticas tradicionales nocivas y toda clase de sexo forzado y de violencia sexual, colocan a mujeres, adultas y adolescentes, en peligro de contraer la enfermedad.
El director de UNISIDA advirtió que en numerosos lugares del mundo, muchas mujeres son contagiadas por sus propios maridos o compañeros.
Piot citó el ejemplo de una mujer joven que conoce la infidelidad de su esposo y la probabilidad de que él contrajera la enfermedad. El marido la fuerza a tener relaciones sexuales sin usar condón. Ella no puede modificar su comportamiento y ni siquiera discutir el tema.
En ese caso, preguntó Piot, ¿Quién prestará atención a la esposa en un lugar donde la violencia contra la mujer en la forma de negación de la autonomía sexual, es una parte integral de la subordinación de la mujer?
El funcionario prometió que UNSIDA promoverá los derechos humanos para que la población se proteja del contagio y para enfrentar el mal, en caso de adquirirlo.
UNSIDA procurará incorporar el factor ético a las políticas de desarrollo y tambien erradicar el estigma contra el virus de inmundeficiencia adquirida y el sida. (FIN/IPS/pc/ff/he hd/96)