Pasarán cinco o 10 años antes de que pueda generalizarse el uso de la hormona anticonceptiva masculina, anunció un científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La viabilidad de una hormona anticonceptiva para hombres fue establecida por una prueba clínica de dos años de duración realizada en cuatro continentes por la OMS.
Las pruebas incluyeron inyecciones semanales de 200 miligramos de etanato de testosterona, un derivado sintético de la hormona masculina. La sustancia "engaña" al organismo haciéndole creer que ya produjo espermatozoides cuando en realidad no lo hizo, y de esta forma restringe su producción.
Un total de 401 parejas colaboraron con el estudio, en que participaron 15 centros de nueve países. La efectividad del método fue de 98,6 por ciento, similar a la de los anticonceptivos orales femeninos.
El tiempo necesario para la disminución o desaparición de espermatozoides varió entre 68 y 100 días luego de la primera inyección, y el tiempo necesario para el retorno a los niveles normales osciló entre 112 y 201 días tras la última inyección.
"La disposición de los hombres que participaron de estas pruebas y de otras similares en el pasado demuestra el interés existente por un anticonceptivo masculino reversible", destacó Giuseppe Benagiano, director del Programa Especial de Desarrollo y Capacitación para la Investigación de la Reproducción Humana (HRP).
Sin embargo, la OMS reconoció que la necesidad de inyecciones semanales podrían ser una desventaja. "Las drogas que estamos probando no son las que se desarrollarán finalmente para uso general", afirmó Timothy Farley, miembro de HRP.
"Este fue solo un régimen prototipo para determinar la cantidad de hormona necesaria para suprimir la producción de espermatozoides. Las inyecciones semanales no son prácticas, y aspiramos a desarrollar métodos de mayor duración que requieran sólo una inyección cada dos o tres meses", explicó.
La probabilidad de alteraciones psicológicas y otros efectos secundarios es otro punto que requiere mayor investigación, y probablemente el producto final combine hormonas masculinas y femeninas "para producir un perfil hormonal más normal y menos propenso a efectos colaterales", indicó el médico.
También es importante investigar los posibles efectos secundarios a largo plazo, destacó. "Por ejemplo, podría existir el riesgo a largo plazo de enfermedades cardiovasculares o afecciones de la próstata", señaló Farley.
Una vez que se generalice la utilización del anticonceptivo masculino, deberán realizarse estudios de seguimiento similares a los que se realizaron con la píldora anticonceptiva femenina.
Pero no cabe duda de que el nuevo método llenará un gran vacío en las actuales opciones anticonceptivas para hombres, tanto en países industrializados como en desarrollo, subrayó.
"Muchos hombres en países industrializados están dispuestos a someterse a una vasectomía, pero otros la rechazan por ser un método irreversible", observó el científico.
"Hay especial interés en China e Indonesia, donde los hombres desean quitar la carga de la anticoncepción a sus mujeres y darles un respiro. El nuevo método podría ser especialmente útil tras el nacimiento de un hijo, cuando el uso de la píldora femenina no es recomendado", dijo.
En cuanto al costo, la OMS es consciente de que debe ser similar al de otros métodos existentes, y esto será tenido en cuenta en futuras pruebas.
Farley anticipó que pasarán cinco o 10 años antes de que el método esté pronto para su uso generalizado, ya que aún deben realizarse muchos estudios.
Gran parte de las pruebas se realizarán con los auspicios del HRP, copatrocinada por la OMS, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo de Naciones Unidas para la Población y el Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/ml/he/96)