Atraída por oportunidades de negocios en Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y Venezuela, la compañía estadounidense Chevron trasladó a esta capital su división latinoamericana, antes ubicada en California, Estados Unidos.
David Steele, presidente de Chevron Latin American, dijo que "la decisión obedece a las posibilidades que ha abierto la apertura al capital privado en países como Venezuela, Perú y Brasil", cuyas industrias de hidrocarburos por largos años fueron monopolio del Estado.
Chevron, que se presenta como la quinta petrolera mundial y realiza operaciones en más de 100 países, reconoce además "el hecho de que Venezuela es el principal proveedor de crudos y productos al mercado norteamericano", dijo Steele.
En Colombia, Chevron ha operado en los últimos 60 años los campos de Castilla y Chichimene, y lleva a cabo "un importante proyecto de exploración en el bloque Río Blanco", cercano a la zona petrolífera de Cusiana, recordó.
En Perú, donde estáen curso un proceso para desestatizar Petroperú, Chevron adquirió el derecho de exploración en 720.000 hectáreas de zonas altas cerca del campo de gas y condensados de Camisea.
Steele dijo que también en Bolivia su compañía realiza tareas de exploración, en tanto busca negocios en Brasil, cuyo parlamento dejó atrás el monopolio que ejercía Petrobras sobre la producción, refinación y distribución de petróleo.
En Venezuela, Chevron pactó con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) un convenio para explotar durante 20 años el campo Boscán, en el extremo noroeste del país, con inversiones por 2.500 millones de dólares a lo largo del período.
Boscán fue descubierto por Chevron en 1946, 30 años antes de que su filial y otras 13 petroleras fuesen nacionalizadas. El proyecto contempla llevar de 35.000 a 115.000 barriles diarios la producción del yacimiento, que tiene reservas probadas de 1.300 millones de barriles de crudos pesados.
Steele dijo que Chevron mantiene interés por asociarse en explotaciones en la Faja del Orinoco, un gigantesco depósito de hidrocarburos, principalmente pesados, en el sureste venezolano, así como en desarrollos petroquímicos.
En enero, PDVSA entregó a consorcios privados ocho campos que en la próxima década producirían medio millón de barriles diarios, dentro de una producción nacional de unos cuatro millones, por contraste con los 2,4 millones de barriles diarios que Venezuela extrae actualmente. (FIN/IPS/hm/dg/if/96
