LITUANIA: Polémica con EE.UU. por supuesto criminal de guerra

Lituania invoca razones jurídicas y procesales para resistir la fuerte presión lanzada por Estados Unidos en procura de llevar rápidamente ante la justicia a Aleksandras Lileikis, sospechoso de crímenes en la segunda guerra mundial.

La justicia de Estados Unidos considera la anulación de la nacionalidad estadounidense adquirida por Lileikis y 49 miembros del Congreso exigieron por carta al presidente lituano Algirdas Brazauskas el inmediato procesamiento del sospechoso.

También fiscales norteamericanos reclaman que Lileikis, quien supuestamente colaboró en la matanza de judíos durante la segunda guerra mundial, sea llevado ante los tribunales de Lituania en cuanto se concrete su deportación de Estados Unidos.

Brazauskas respondió en marzo a la carta de los congresistas que las autoridades lituanas "intentan muy cuidadosamente" aclarar el caso, para evitar que el eventual juicio sea anulado por vicios de forma o que el tribunal absuelva al acusado por falta de puebas.

Periódicos lituanos aseguran que los acusadores no reunieron todavía suficiente evidencia para sostener los cargos contra Lileikis, que tiene 88 años, y su afirmación causó malestar a funcionarios estadounidenses.

Esos funcionarios atribuyen al gobierno de Brazauskas falta de voluntad para investigar la actuación de Lileikis durante la segunda guerra mundial, cuando fueron muertos 94 por ciento de los 220.000 judíos lituanos.

El gobierno de Estados Unidos está legalmente inhabilitado para pedir el procesamiento de Lileikis, dado que los hechos investigados ocurrieron fuera de su territorio.

El sospechoso fue jefe de la policía de seguridad de Vilnius durante la ocupación alemana y, según el Departamento de Estado, firmó órdenes para enviar a la muerte a miles de judíos residentes en la ciudad.

Los nazis ocuparon Lituania entre 1941 y 1944 y en esos años fueron asesinados 55.000 de los 60.000 judíos residentes en Vilnius. Se cree que al menos 40.000 fueron fusilados en bosques vecinos a la ciudad.

"La información de personas detenidas demuestra que varias veces, Lileikis firmó y cursó directamente órdenes para recluir a judíos en la prisión de trabajos forzados de Vilnius y entregarlos luego al infame "Destacamento Especial" y a la policía secreta alemana, que los ejecutaron", afirman los acusadores estadounidenses.

Lileikis admite haber sido jefe del servicio de seguridad de Vilnius durante la guerra, pero sostiene que las órdenes que se le atribuyen son falsas.

También se rehusó a responder a los jueces de Estados Unidos, invocando el derecho que la quinta enmienda constitucional concede a todo sospechoso de no prestar declaración que pudiera incriminarlo.

"Como en todo estado democrático", la constitución de Lituania "estipula que sólo los tribunales de justicia pueden determinar la culpabilidad en un delito y tomar decisiones respecto del acusado", advirtió Brazauskas a los legisladores estadounidenses.

Los congresistas rechazaron esa argumentación. "Resulta indignante que, pese a la contundente evidencia de sus crímenes de guerra, Aleksandras Lileikis continúe escapando de la justicia", manifestaron los firmantes de la carta.

También instaron a las autoridades lituanas a solicitar la extradición de Lileikis y llevarlo a juicio en Vilnius "por crimenes cometidos en Lituania".

Gintaras Svedas, secretario del Ministerio de Justicia de Lituania, expresó que su gobierno no puede pedir la extradición de Lileikis hasta que la fiscalía finalice su investigación.

Funcionarios del Ministerio de Justicia citados por el Servicio de Noticias del Báltico explicaron que 95 por ciento de los requisitos para formalizar la acusación se han cumplido, pero "algunos detalles" se han perdido.

El centro de investigaciones de la fiscalía general de Lituania recomendó en enero de 1995 renunciar a la persecución penal de Lileikis por falta de pruebas. Pero la presión de Estados Unidos y de organizaciones internacionales judías obligó a revisar el caso.

El fiscal debe aún evaluar materiales de archivo en Alemania. Los alemanes aceptaron enseñar los documentos, pero no autorizan su salida del país, y representantes de la fiscalía viajarán a ese país a realizar su inspección.

El caso se apoya en la alegada firma de Lileikis de órdenes de entrega de judíos detenidos en Viilnius a los servicios de seguridad nazis, que los mataron o los destinaron a campos de la muerte.

Los lituanos desean que las firmas sean examinadas por una comisión independiente, un proceso que insumiría meses. La falsificación de documentos y de su firma invocada por Lileikis fue tambien argumentada por otros acusados de crímenes de guerra.

Según esa versión, la Unión Soviética, de la que Lituania formó parte hasta 1991, presentaba falsos documentos para implicar en crímenes de guerra a lituanos residentes en Occidente.

Ese fue el argumento de Kazimieras Gimzauskas, de 87 años y también ex integrante de los servicios de seguridad lituanos durante la seguunda guerra mundial.

Gimzauskas negó haber colaborado en el genocidio perpetrado por los nazis, aunque no pudo evitar que el Departamento de Justicia promoviera la anulación de su nacionalidad estadounidense.

Gimzauskas abandonó Estados Unidos y vive en Vilnius desde agosto de 1993. "No tuve ninguna conexión con el genocidio de judíos", declaró en noviembre al diario Lietuvos Aidas, de la capital, y dijo haber sido doble agente al servicio de la resistencia antinazi.

Pero la Oficina de Investigaciones Especiales, de Estados Unidos, expuso documentos con la firma de Gimzauskas, hallados en archivos lituanos, para afirmar que ese ex agente de seguridad dispuso personalmente la detención, investigación, encarcelamiento y extradición de civiles a los nazis.

"Tuvo en sus manos una considerable autoridad y fue instrumento de muerte de miles de judíos", manifestó Neal Sher que, cuando se desempeñaba como director de la Oficina de Investigaciones Especiales participó en la invstigación de la trayectoria de Gimzauskas.

Sher, ahora director ejecutivo del Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel, exhortó a Lituania a abrir proceso penal a Gimzauskas.

Según Sher, Lituania "gana reputación como santuario de criminales nazis, al igual que Paraguay".

Gimzauskas ingresó en la policía de seguridad en 1931 y fue detenido por los servicios de inteligencia de la Unión Soviética en 1940.

Los nazis lo pusieron en libertad al invadir Lituania y en julio de 1941 fue designado director del departamento de interrogatorios de la seguridad del Estado en Kaunas, un cargo que desempeñó hasta que los soviéticos regresaron al país, en 1944. (FIN/IPS/tra-en/eb/rj/ff/hd/96).

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