La operación de mantenimiento de la paz de Africa occidental en Liberia (ECOMOG), liderada por Nigeria, la potencia regional, está a punto de perder la paciencia después de seis años de guerra y 13 acuerdos de paz fracasados.
Nigeria, principal contribuyente a la fuerza multinacional, amenazó con retirarse de la operación. La advertencia fue emitida cuando fracasó el acuerdo de agosto de 1995, que repartía el poder entre los bandos en pugna y al cual se consideró la más firme esperanza de paz para Liberia.
El acuerdo, firmado en Abuja, expiró con los enfrentamientos armados registrados en la capital liberiana, Monrovia, entre el "señor de la guerra" renegado Roosevelt Johnson y sus aliados krahn y las fuerzas de Charles Taylor y Alhaji Kromah.
La frustración de Nigeria, que envió 5.000 soldados a Liberia, es compartida por Ghana, el país que le sigue en contribuciones a la ECOMOG, cuyo presidente, Jerry Rawlings, preside la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS), bloque que dispuso la operación de paz en 1990.
El envío de soldados para mantener la paz fue impulsada por la potencia regional, cuya posición triunfó a pesar de la resistencia de los países francófonos, como respuesta a la insurgencia protagonizada por Taylor desde Costa de Marfil en la Nochebuena de 1989.
La rebelión pretendía derrocar al ex presidente Samuel Doe, que había perpetrado una brutal represión en base a diferencias étnicas.
La llegada de la ECOMOG a Liberia fue resistida por el Frente Nacional Patriótico de Liberia (NPFL), liderado por Taylor, que atribuyó la operación a la aspiración de hegemonía regional de Nigeria y a que este país respaldaba a Doe.
Nada fue fácil para la ECOMOG, ni siquiera después del asesinato de Doe a manos de un grupo disidente del NPFL. Muchos nigerianos critican el elevado número de bajas y los costos de la operación, de unos 3.000 millones de dólares sólo el año pasado, solventados fundamentalmente por Abuja.
Nigeria redujo su presencia en Liberia, que, en el pico de la guerra, era de unos 12.000 hombres. Pero su régimen militar se resistió a abandonar el país, pues no deseaba que Liberia se desintegrase, por temor a que la desestabilización se generalizara en Africa occidental.
El acuerdo de 1995 estableció un consejo de gobierno de seis "señores de la guerra". La ECOMOG supuso que esto garantizaría la paz, y se desplegó por todo el territorio liberiano para supervisar el desarme de unos 60.000 combatientes antes de que se celebraran las elecciones.
El desarme fue reiteradamente postergado, y 20 soldados de la ECOMOG, en su mayoría nigerianos, fueron asesinados en un choque con fuerzas de Johnson en diciembre, cuando llegaron al poblado de Tubmanburg, donde, se suponía, comenzaría el proceso.
El colapso del acuerdo de agosto, en lo que parece ser un golpe a cargo de Taylor y Kromah, provocó una reconsideración de la operación de paz.
El director de Información de Defensa de Nigeria, general Fred Chijuka, dijo este miércoles que los países que integran la ECOMOG estaban perdiendo la paciencia y que no se podría garantizar su permanencia en Liberia.
"Estamos preocupados por que no continuemos perdiendo vidas en un asunto que no necesariamente nos concierne", dijo el canciller de Nigeria, Tom Ikimi. El número exacto de bajas entre los soldados de ese país jamás fue revelado.
Abuja apunta ahora a Estados Unidos y a las Naciones Unidas. "Llegamos a un punto en que, creemos, la comunidad internacional, y particularmente Washington, debería respaldar a la ECOMOG", dijo Ikimi.
Los países que intervienen en la operación advirtieron en reiteradas ocasiones que se requiere un mínimo de 12.000 soldados para mantener la paz, pero sólo cuentan con 7.000 en Liberia y apenas recibieron una poca ayuda financiera de países donantes.
Muchos africanos sostienen que Washington tiene una deuda moral y debe ser más activo en esta cuestión.
El estado de Liberia se remonta a mediados del siglo pasado, cuando fue fundado por esclavos libertos procedentes de Estados Unidos que mantuvieron vínculos culturales, políticos y económicos estrechos allende el océano Atlántico.
Washington, además, respaldó al régimen de Doe, a pesar de los abusos contra los derechos humanos que cometió.
De todos modos, ECOMOG, como fuerza de paz, fue más exitosa que la misión de las Naciones Unidas en Somalía y, al menos, arrastró a una mesa de negociaciones a Taylor, quien, ahora, se considera más cerca de una victoria política que lo eludió durante seis años de guerra civil. (FIN/IPS/tra-en/oo/oa/mj/ip/96)