La incertidumbre sobre los resultados se mantiene hoy en Italia al concluir la campaña proselitista, a sólo dos días de las elecciones legislativas del domingo, para las que están convocados a las urnas 48 millones de ciudadanos.
La votación terminará a las 22.00 hora local (20.00 GMT), y de inmediato comenzará el escrutinio de los votos.
Los líderes de los dos bloques políticos, centro derecha (Polo de la Libertad) Silvio Berlusconi, y centro izquierda (Olivo), Romano Prodi, lanzaron sus últimos dardos contra el blanco principal, los indecisos, que serán quienes decidirán la elección.
Según las encuestas, los dos bloques mayoritarios están virtualmente empatados.
El Polo lo integran dos fuerzas fundamentales: Forza Italia, de Berlusconi, y la derechista Alianza Nacional, a los cuales se agregan dos grupos de ex demócrata cristianos y otros movimientos menores.
El Partido Democrático de Izquierda (PDS, ex comunista) es la principal fuerza del Olivo, formado ademas por ex demócrata cristianos, Verdes, y grupos políticos de centro, entre los cuales, uno formado recientemente por el jefe del jobierno, Lamberto Dini.
Además de estos bloques está el movimiento federalista de la Liga Norte, y Refundación Comunista, aunque esta última suscribió un acuerdo electoral con el Olivo y está dispuesta incluso a darle sus votos, si son necesarios, para que se constituya su gobierno, aunque no formará parte de él.
En el cierre de la campaña se volvió a hablar del ex magistrado Antonio di Pietro como posible jefe de un gobierno de coalición, en caso que ninguna de las fuerzas reúna la mayoría necesaria para gobernar.
Si cualquiera de los dos bloques alcanza la mayoría para gobernar, introducirá cambios que moldearán un país diferente al actual en cinco años, lo que dura un período legislativo. La victoria de uno podría provocar al mismo tiempo la desaparición o el quiebre del perdedor.
Las dos grandes fuerzas se proponen reformar el Estado y poner término al actual sistema parlamentario, para reemplazarlo por el presidencial, como propone el centro derecha, o el semipresidencial de tipo francés que defiende el centro izquierda.
Una Italia con un mayor liberalismo, menor asistencia social, un Estado mas débil, con las puertas más cerradas a la emigración, surgirá si gana el Polo.
El Olivo plantea la mantención del Estado social, mejorando los servicios de salud, y un mayor control en el libre mercado en defensa de los sectores más débiles.
Los programas han sido sin embargo los menos ventilados en la campaña, que ha sido pródiga por el contrario en ataques personales.
Berlusconi, 60 años, empresario, sostuvo que Prodi, de 57 años, economista independiente, es "el idiota útil de los comunistas", mientras este último dijo que el magnate de la televisión privada es "un predicador ridículo".
Este sábado, vigilia de la elección parlamentaria, está prohibida la propaganda y por lo tanto las manifestaciones electorales.
De la reflexión que harán el 20 por ciento de electores que según las encuestas aún están indecisos saldrá el vencedor, y si los indecisos se dividen en porcentajes similares para ambos bloques, se podría producir un virtual empate.
En ese caso podría entrar a tallar la Liga Norte, movimiento federalista dirigido por Umberto Bossi que se presentó separado de los dos bloques. Sin embargo, hasta el momento tanto el Polo como el Olivo han excluido un acuerdo de gobierno con esta fuerza, que del federalismo ha pasado a plantear la secesión.
Si ninguna de las fuerzas logra mayoría para gobernar y es imposible un acuerdo con la Liga, podría surgir un candidato por encima de las partes para dirigir el gobierno, alguien que de seguridades a los dos bloques políticos, y que podría ser el ex magistrado de la operación anti corrupción Antonio Di Pietro.
Di Pietro, a quien las encuestas indican como el personaje más querido por los italianos, no apoyó a ninguno de los dos bloques y se mantuvo al margen de esta campaña electoral.
Sin embargo, el influyente diario "La Repubblica" reveló hoy la existencia de un encuentro secreto entre el líder de la pos fascista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, y Di Pietro, lo que disminuye su posibilidad de presentarse como una persona totalmente independiente.
En caso de paridad, Fini le propuso según el periódico ser jefe del gobierno, y si triunfa el Polo, ministro de Justicia o del Interior. (FIN/IPS/jp/jc/ip/96)
