/INTEGRACION/ AMERICA LATINA: La hora del ciberespacio

Pilotos en una avenida sin semáforos ni policías, los miles de latinoamericanos que acceden a Internet aprietan el acelerador a fondo, dejando una estela de interrogantes sobre el futuro de la región.

Es la comunidad virtual de América Latina. Ubicados en guetos, desde gobiernos, organizaciones civiles y hasta clubes de fútbol o agrupaciones de homosexuales, derriban fronteras de espacio y tiempo, pero también profundizan brechas con las mayorías ajenas al incontenible avance de la tecnología.

Internet no sólo impacta en el ámbito de las comunicaciones, sino que su explosiva expansión modifica estrategias de políticos y organizaciones no gubernamentales y acerca a personas de diversas latitudes y siembra semillas de cambio en la cultura latinoamericana.

Con la excepción de Cuba, donde el acceso a la red planetaria de computadoras, teléfonos y modems es controlada por el Estado, en los demás países de la región el crecimiento de usuarios se multiplica sin freno.

Según datos recogidos por las corresponsalías de IPS en 12 países de América Latina, el número de usuarios de Internet es ahora de alrededor de un millón (menos de 0,5 por ciento de la población del área) y crece a tal ritmo que en 1997 podría más que triplicarse.

"Nos guste o no, el fenómeno Internet está cada vez más presente. De alguna forma cambia el rostro de la región, plantea una comunicación de doble vía y no tiene censura", dijo a IPS Soledad Robaina, investigadora y profesora de comunicación en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Internet es una red de redes, donde los usuarios, a través de un modem, pueden obtener informaciones que millones de personas en el mundo ubican diariamente en diversos ambientes de imágenes, audio y textos y que permite la transmisión de mensajes y la recepción de respuestas.

Nacida como un medio de comunicación para los investigadores del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Internet es hoy usada en múltiples centros de educación de América Latina para comunicarse e investigar, por organizaciones de indígenas o mujeres para compartir información y debatir, y por empresas para negociar y ofertar.

Después del invento de la televisión, el mayor fenómeno cultural del siglo es Internet, espacio donde hay libertad para dialogar, informar, jugar, amenazar, robar, mentir o viajar, sostienen expertos.

El crimen organizado usa frecuentemente los servicios de Internet para lavar dinero. Con el mecanismo se pueden blanquear de cinco hasta un millón de dólares en segundos, sin dejar rastros, dijo Roger Weiner, subdirector de la oficina de delitos financieros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Bill Gates, propietario de la empresa Microsoft, advierte que el verdadero impacto de Internet se verá en 20 años, cuando se exprese a través de esa red la generación que ahora crece con las nuevas tecnologías informáticas. Robaina agrega: "Entonces comprobaremos si (Internet) agrandó o acortó la brecha entre pobres y ricos".

Lejos de los niveles de desarrollo tecnológico de los países industrializados, donde se concentran 80 por ciento de los más de 20 millones de usuarios de Internet, sólo 11,2 de la población de América Latina tiene acceso a un teléfono, medio indispensable para conectarse a la red.

En las naciones del Norte se registra un promedio de más de 15 computadoras personales por cada 100 habitantes. En México, uno de los países más poblados de América Latina, esa relación es apenas de dos por 100 y sólo 5,6 por ciento de sus habitantes saben cómo usar una computadora.

La libertad que otorga Internet es la gracia de la que gozan quienes pueden usar la tecnología.

Pero no sólo es eso, es también es una vía para que miles de personas dialoguen sin ninguna censura, compartan sus intereses y obtengan mediante computadoras informaciones que otros medios no proporcionan.

Para Pedro Casaldáliga, obispo del estado brasileño de Mato Grosso, quien hace poco ofreció una conferencia y contestó preguntas a través de Internet, la gran virtud del ciberespacio es que puede transformarse "en un transmisor mundial de poesía y de fe".

Pero no solamente poesía y fe circulan por Internet, sino que otros cibernautas tienen afición por la pornografía o las charlas "calientes" y algunos aprovechan la red para informar de posturas políticas y análisis académicos.

También hay quienes ofrecen pasaportes de dudosa legalidad, como sucedió en América Central, o que lanzan amenazas y reivindican atentados, como un grupo en Argentina.

Y es que en Internet todo puede circular, incluso grandes mentiras. La red de redes no cuenta con una autoridad central, nadie es dueño de ella, nadie puede ser expulsado, nadie tiene un interruptor central que la apague. Es algo cercano a la anarquía, opinan los analistas.

El futuro de Internet en América Latina, que también es el futuro de las comunicaciones y la cultura, dependerá del empleo que los usuarios hagan de la red, del acortamiento de las brechas tecnológicas y de la legislación que establezcan los gobiernos, señaló Robaina. (FIN/IPS/dc/ff/cr/96)

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