FINANZAS: No habrá alivio de la deuda de países pobres

La asamblea semestral que el Banco Mundial y el FMI comenzarán en Washington este fin de semana no producirá un plan firme para el alivio de la deuda de los países más pobres, según confirmaron ambas instituciones.

El Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) anunciaron un "plan marco" en sendas conferencias de prensa realizadas este martes y jueves respectivamente, pero la propuesta fue objeto de un intenso debate entre sus miembros más influyentes.

Esos miembros son Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y Canadá, que integran el grupo de los siete países más industrializados del mundo (G-7).

"Las objeciones del G-7 son críticas y debemos resolverlas en primer lugar", destacó este jueves Michel Camdessus, director ejecutivo del Fondo. Agregó que "con optimismo, se encontrará una solución este año".

Todo lo que puede esperarse al final de los encuentros, el próximo martes, son "principios relativos y claridad para que ambas instituciones puedan trabajar", manifestó Mark Malloch Brown, vicepresidente del Banco para Asuntos Externos.

Muchos países y organizaciones no gubernamentales (ONG) esperaban que las instituciones de Bretton Woods presentaran un plan firme este fin de semana para la reducción de los 60.000 millones de dólares adeudados al Banco Mundial, el FMI y bancos regionales por parte de países pobres. Casi 60 por ciento de la deuda corresponde a Africa.

El subdirector ejecutivo del Fondo, Allasane Ouattara, anunció en una entrevista que "se espera una iniciativa concreta para octubre".

El G-7 atacó el plan marco del Banco Mundial y el FMI con fuertes objeciones, que se refieren a tres temas esenciales. El más importante se relaciona con la contribución de los países ricos al plan.

"El Banco Mundial y el FMI deberían hacer esto con sus propios recursos, y no solicitar a sus estados miembros la donación de recursos adicionales", indicó el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin.

La segunda objeción se refiere a la forma de asegurar la disponibilidad de nuevos créditos blandos para países pobres, de modo que no vuelvan a caer en la insolvencia tras el alivio. Camdessus sugirió para tal fin vender "una pequeña fracción" de las enormes reservas de oro de la institución.

Una tercera objeción del G-7 tiene que ver con el criterio de elegibilidad. De acuerdo con el plan marco, un país declarado elegible no tendrá derecho a alivio de su deuda hasta que haya completado cinco años de ajuste estructural en forma satisfactoria.

Pero algunos países del G-7 consideran injusto que una actuación satisfactoria en el pasado, como la de Uganda, no sea tenida en cuenta.

"Se sabe que los dos países con probabilidades de resultar electos son Uganda y Bolivia", indicó Brown.

Las perspectivas de la propuesta preocupan a muchas ONG, que consideraban al encuentro de este fin de semana como la culminación de su campaña de cinco años por una solución de la deuda multilateral.

"Nos preocupa la posibilidad de que finalmente la propuesta se convierta en algo insignificante", manifestó Veena Siddharth, representante de la organización británica Oxfam International. (FIN/IPS/tra-en/ru/yjc/ml/if/96)

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