EL LIBANO: Masiva desbandada de refugiados por los ataques aéreos

Aida Abaisi escuchó los helicópteros israelíes que se dirigían hacia su aldea en El Líbano meridional minutos antes que aparecieran sobre el horizonte, y supo que no tenía tiempo para perder.

Aferrando a sus dos pequeños hijos, uno en sus brazos y el otro de la mano, la mujer de 50 años y madre de seis, gritó a los restantes que tomaran todo el pan que pudieran acarrear y corrieran para ponerse a salvo.

Bajo una intensa lluvia, la familia escapó de una aldea a otra hasta que encontraron un automovilista que aceptó llevarlos hacia el norte, donde reina una relativa seguridad.

"Podíamos ver los helicópteros mientras corríamos", contó Abaisi, ahora se encuentra junto con sus hijos en el centro de Sidón, una importante ciudad costera que Israel toidavía no tomó de blanco. "La mayoría de las casas de la aldea quedaron destruídas, no sé que pasó con la nuestra…"

Este lunes, en su quinto día de incesantes ataques, los helicópteros iaraelíes Apache, de fabricación estadounidense, bombardearon y ametrallaron aldeas más al norte del río Litani, declarando "zona interdicta" toda su parte sur.

Desde julio de 1993, Israel no trasponía su autodeclarada zona de seguridad de 15 kilómetros en el ocupado territorio medidional libanés, para tratar de aplastar la resistencia de las milicias hezbollah.

En 1993, una mediación estadounidense para que ambos bandos no hostigaran la población civil puso fín a la lucha en aquella oportunidad. Entonces, la guerra de desgaste, que duró siete días, obligó a 300.000 libaneses en pánico escapar hacia Beirut, causando graves problemas económicos al gobierno, enfrascado en la tarea de reconstrucción postbélica.

Esta vez, las decenas de miles de familias que huyeron hacia el norte no pudieron encontrar seguridad ni siquiera en Beirut. Israel bombardeó supuestas posiciones de los hezbollah el jueves, viernes y domingo, golpeando un hospital y una subestación eléctrica así como el cuartel general del grupo fundamentalista.

Las incursiones enviaron autos cargados con residentes de las áreas controladas por los Hezbollah en los suburbios de Beirut, en fuga hacia el sur. Sin embargo, los hostigados libaneses se dieron cuenta que esas metas eran tan poco seguras como los lugares que acababan de dejar. Miles de refugiados optaron por huir a Sidón, a mitad de camino entre Beirut y las aldeas del sur.

En esta ciudad, los prófugos encontraron refugio temporal con amigos, familiares o en locales de escuelas elementales, donde mujeres y niños se agruparon para esperar que la Cruz Roja local y agencias de ayuda les proporcionaran mantas, víveres y medicamentos.

Exhaustas y probadas por la guerra, esas mujeres rehusaron culpar al grupo fundamentalista de encontrarse en la indigencia.

"Los israelíes no conseguirán romper los vínculos entre nosotros y la resistencia", aseguró Shafiq Zainadin, un obrero de la construcción de la aldea de Siwani, en El Líbano meridional, que fue completamente destruída por la aviación de Tel Aviv. "La aldea era de los hezbollah, nosotros somos hezbollah", proclamó.

"Israel trató de hacer lo mismo en 1993 y fracasó", dijo Zainadin. "Lo único que consigue con los bombardeos es reforzar nuestros lazos con la resistencia".

Con una fuerza de 1.000 combatientes activos, hezbollah constituye una pequeña pero tolerada fracción del vasto espectro político del país.

Mientras el grupo guerrillero goza de un sustancial apoyo financiero y militar por parte de Irán, tambien obtiene un tácito respaldo de los shiitas de Beirut y las aldeas del sur.

Mientras las granadas israelíes siguen cayendo, el apoyo a los hezbollah parece aumentar y el país se muestra unido contra lo que considera un enemigo común.

"Hezbollah jamás habría soñado con una popularidad semejante", dijo el analista político Firas al-Amin, que está en contra del grupo fundamentalista. "Tel Aviv ha creado ese humor porque si hay una cosa que une a las facciones libanesas es su odio a Israel".

El signo más evidente que el primer ministro israelí Shimon Peres fracasó en su intento de hacer impopular a los hezbollah con los bombardeos, surgió cuando el patriarca cristiano maronita Mar Masrallah Boutros Sufeir, uno de los líderes religiosos más poderosos en El Líbano, condenó a Israel pero no a los hezbollah.

Muchos libaneses, incluyendo una considerable cantidad de shiitas, no consideran a los hezbollah radicales islámicos sino un legítimo grupo de resistencia antiisraelí en el sur de El Líbano.

"Todos los aldeanos resisten a Israel", aseveró Hanat Hussein, una madre de cinco hijos, de 30 años de edad, que está gestando desde hace seis meses a su sexto vástago. Hussein dijo que ya escapó de su aldea cinco veces desde que Israel invadió El Líbano en 1982.

Incentivados psicológicamente por el inmenso apoyo popular que han estado obteniendo de un segmento de la población más amplio que el normal, los hezbollah han intensificado los combates con Israel y han lanzado este lunes nuevos cohetes katyusha contra áreas meridionales del estado judío.

Poco antes que las bombas israelíes estallaran en su estacioón de radio, situada en el Valle de la Bekaa, los líderes de hezbollah ordenaron a todos sus guerrilleros que se dirigieran al frente, incluyendo 70 voluntarios para realizar ataques suicidas.

Una lucha tan prolongada podría llevar a una parálisis a este pequeño país, dijeron operadores humanitarios. Alrededor de 500.000 libaneses viven al sur de la zona interdicta. Los operadores estimaron que alrededor de 300.000 personas ya escaparon abarrotando docenas de escuelas elementales en Sidón y las pocas poblaciones vecinas aún consideradas seguras.

Bahia Hariri, hermana del presidente libanés Rafik Hariri y directora de una agencia caritativa que fundó en 1979, calculó que las escuelas de Sidón solo pueden albergar 50.000 refugiados y ya han llegado a esa cantidad.

"Es una crisis total", declaró Hariri. "La mayor parte de la gente llegó sin nada, víveres, ropas o medicamentos. Estamos tratando de ayudar a todos los refugiados…"

Hariri está convencida que la única solución para evitar una catástrofe social es que Israel cese sus ataques en el sur. "La resistencia se frenará ni bien Israel aban done el sur del país. No se le puede pedir un desarme general si su país sigue ocupado", expresó. (FIN/IPS/tra-en/dho/pvdb/rj/ego/ip).

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