COMUNICACION: Gobiernos buscan su espacio en Internet

La red informática Internet, que se extiende por el mundo como un atlético pulpo, supone un dilema para muchos gobiernos que quieren participar de la economía internacional pero aún pretenden controlar la información a la que acceden sus ciudadanos.

Al mismo tiempo, la red es vilipendiada como si fuera un maniático sexual que persigue a los niños y aclamada como un alud de democracia. Y, de Berlín a Beijing, de París a Singapur, todos quieren asegurarse un lugar en ella.

La derecha del Congreso de Estados Unidos evoca imágenes de niños asaltados por la pornografía "en línea" y propuso una ley que imponga la censura de la comunicación de contenidos "indecentes" por medio de computadoras.

Además, el representante del Partido Republicano Henry Hide reclamó que se prohiba la transmisión de cualquier información con respecto al aborto a través de redes informáticas.

Como resultado de este furor, organismos civiles de corte libertario se aliaron con la industria de la comunicación y las computadoras en una campaña para que las restricciones propuestas sean declaradas inconstitucionales.

Un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos (Pentágono) reveló que los militares ven en Internet una fuente barata de información de inteligencia y una posible vía de operaciones psicológicas y comunicaciones.

La información bélica emerge como un sector en crecimiento en la planificación militar y las empresas proveedoras. "Más que 'encajar' en los procesos sociales preexistentes, Internet está transformando, realmente, la naturaleza de estos procesos en sí mismos", escribió Charles Sweet, analista del Pentágono.

Tras calificar a la red como "una fuente de inteligencia potencialmente lucrativa" útil al Departamento de Defensa, Sweet recomendó a las autoridades militares de Estados Unidos que la empleen como medio de operaciones psicológicas y como herramienta ofensiva de guerra no convencional.

Pero así como algunos países se apuran a imponer sus propias ideas de orden en el caótico universo informático, los ciudadanos están descubriendo atajos para eludirlos.

Edward Wenk, asesor en cuestiones científicas de tres presidentes de Estados Unidos, atribuyó la desintegración de la Unión Soviética a las innovaciones en materia de comunicaciones.

Internet parece ser, al mismo tiempo, el caballo y el jinete que abren el camino a fuerzas históricas de globalización.

El especialista francés en teoría política Jean-Marie Guehenno, observó que "la era de las redes" está minando las naciones- estado y dando a luz una "era imperial" que "está unificada, pero no tiene centro", a causa de velocidad y volumen de información crecientes que fluyen.

Anthony Rutkowski, de la Internet Society, con sede en Washington, dijo que la red tiene "un curso intrínseco en dirección a mayores libertades, pues está muy distribuida" tanto en los niveles superiores como en los inferiores de la sociedad en cuanto a toma de decisiones.

La navegación a través de Internet transcurre en base a programas informáticos ("software") y no a instalaciones físicas ("hardware"), por lo cual sus usuarios pueden pararse sobre los hombros de cualquier sistema telefónico local.

Como los satélites de órbita baja ofrecen la posibilidad de telecomunicaciones baratas en todo el mundo, Rutkowski manifestó que "las políticas nacionales que apuntalaron a los monopolios" y aumentado los costos de la telefonía son "la peor traba a la introducción de Internet" en los países en desarrollo.

El carácter descentralizado de la red fue algo dispuesto originalmente en el ámbito militar de Estados Unidos.

El Pentágono creó ARPANET, un ancestro de Internet, en la década del 60, como base de un sistema flexible de comunicaciones que pudiera soportar una guerra nuclear.

Irónicamente, los comandantes del presidente de Iraq, Saddam Hussein, habrían recurrido a Internet cuando los sistemas de comunicación iraquíes fueron destruidos.

Pero la mayoría de los gobiernos no tomó conciencia sobre los alcances de la red de redes hasta hace muy poco.

En China, el uso de las telecomunicaciones que hizo el movimiento por la democracia tras la masacre de Tiananmen en 1989 alertó al gobierno sobre nuevas amenazas a su control de la información. En particular los estudiantes recurrieron a las ventajas del acceso a Internet mediante las universidades.

Las autoridades chinas utilizan Internet para fines comerciales mientras reprimen el acceso a la red con motivos políticos. A comienzos de este año, crearon un registro obligatorio de usuarios, y en marzo suspendieron nuevas cuentas alegando "problemas técnicos".

"Están apelando a modos de represión del siglo XIX para tecnología del siglo XXI, lo cual no da mucho resultado", comentó el analista estadounidense Benjamin Barber.

Por ejemplo, el gobierno chino negoció con Sky Television la supresión del Servicio Mundial de la British Broadcasting Corporation (BBC), pero mantuvo MTV, indicó el Barber, y evaluó que "ahora MTV es un colonizador más peligroso e incisivo para la civilización china".

Singapur también impuso restricciones a los usuarios de Internet, decretando en marzo la censura de material sobre sexo, religión y política.

En Alemania, los esfuerzos del gobierno por cesurar la comunicación informática comenzaron con las carteleras neonazis. Pero en diciembre, fiscales alemanes intentaron forzar al servicio en línea estadounidense CompuServe a restringir el acceso a la información que consideraban pornográfica.

Despues de tres meses de censura y críticas, CompuServe restauró el acceso a la información, pero ofreció programas que permiten a los usuarios bloquear materiales considerados ofensivos.

Un competidor de CompuServe, America Online, también tuvo que dar marcha atrás tras prohibir ciertas palabras de su red. Una de ellas fue "mama", pero las protestas de un grupo de discusión de pacientes de cáncer de mama forzó al servicio a abandonar la medida.

Internet puede ser utilizada para burlar la censura política, como demostraron recientemente ciudadanos franceses.

Cuando una corte francesa prohibió la publicación de un polémico libro sobre el fallecido presidente François Mitterrand, un activista colocó en la red el texto completo, y 10.000 copias fueron consultadas en todo el mundo en una semana.

La infalibilidad papal también viajó en la línea. Después del respaldo del obispo francés Jacques Gaillot a los parisinos sin vivienda, el papa Juan Pablo II reconfirmó al religioso en la diócesis argelina de Partenia.

Gaillot y sus seguidores convirtieron el hecho en un suceso de los medios, instalando la primera diócesis en la World Wide Web, el sector de Internet que ofrece gráficas, sonido y vídeo.

Personas de todas partes del mundo pueden ver la fotografía del obispo, y mantener correspondencia electrónica con él. (La confesión y la comunión todavía no son posibles).

La revista New Yorker citó recientemente una carta a Gaillot, la cual expresó que "más vale un obispo real en una diócesis virtual que lo que tenemos, un obispo virtual en una diócesis real".

Para actores políticos de peso desde Nicaragua a Noruega, una dirección de correo electrónico y un página en la World Wide Web se han vuelto esenciales.

Hace dos años, los insurgentes zapatistas del sur de México crearon un sitio propio en la red. Muchas ramas del gobierno mexicano también están en línea.

A poca distancia de la página del obispo Gaillot, el Vaticano extiende bendiciones. La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) también ofrece en línea su archivo de información sobre cada país del mundo.

Internet también es usada por instituciones financieras, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) urgió a los gobiernos a publicar sus cifras económicas en la red para evitar crisis. (FIN/IPS/tra-en/pc/yjc/ml-lp/ip-cr-sc/96)

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