BRASIL: Radios comunitarias piden "reforma agraria del aire"

El Congreso de Brasil recibió del Poder Ejecutivo un proyecto de ley para reglamentar las radios comunitarias, hasta ahora llamadas "piratas" por los propietarios de las emisoras comerciales, que exigen su clausura.

La rápida proliferación de esas radios en los últimos años puso al gobierno bajo fuego cruzado. La Asociación Brasileña de Radio y Televisión (Abert) inició una campana para exigir orden en las ondas y el cierre de las emisoras "piratas", que son más de 2.000.

"La omisión del gobierno en relación a las radios piratas viola la Constitución", dijo el jurista Saulo Ramos, ex ministro de Justicia, al pronunciarse sobre el asunto a pedido de la Abert.

Según Ramos, también se ignoran en el caso normas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones ratificadas por Brasil y que condicionan la actividad radiofónica a la previa licencia gubernamental.

El presidente de la Abert, Joaquim Mendonça, sólo admitiría el funcionamiento de esas radios si fuera reglamentado por ley. Según Mendonça, la ley debe evitar que frecuencias y potencia de las radios comunitarias afecten a las emisoras comerciales.

Esas propuestas están contenidas en el proyecto que el gobierno envió esta semana al Congreso, que limita la potencia de las radios informales a 10 vatios y su alcance a 400 metros.

La iniciativa también exige la autorización del gobierno para el funcionamiento de esas emisoras y restringe su actividad a la difusión de ideas e informaciones de utilidad pública y cultural, destinadas a la integración de la comunidad.

Empresarios de radio y televisión de Sao Paulo y de otros estados acusan a operadores de las emisoras informales de perjudicar al sector al vender espacios publicitarios a bajo precio.

El ministro de Comunicaciones, Sergio Motta, dio aliento en 1995 al movimiento de las radios comunitarias, al pronunciarse a su favor y anunciar el propósito de reglamentarlas.

El periodista Nivaldo Manzano, presidente de la Asociación Nacional de las Radios Comunitarias, atribuyó la demora de la anunciada legalización a presiones de las "oligarquias" que dominarían los medios de comunicación.

En articulos divulgados por varios medios, Manzano acusó al Ministerio de Comunicaciones de cerrar diariamente "decenas de emisoras" para mantener a Brasil en "los márgenes del mundo" en materia de radiodifusión comunitaria.

El periodista argumenta que Brasil es uno de los pocos países "donde ese tipo de servicio de utilidad pública aún es un caso policial". En otras partes del mundo, ricas o pobres, la radio comunitaria es reconocida, destacó.

Asociaciones de vecinos, organizaciones sin fines de lucro, sindicatos, cooperativas y universidades son los actores que impulsan ese tipo de comunicación, que asegura a la comunidad el derecho de hablar, reclamar y manifestarse, agregó.

Además, se trata de un derecho asegurado por la Constitución, que reconoce tres categorías en la radiodifusión: privada, estatal y pública, y condena el monopolio u oligopolio en las comunicaciónes, entiende Manzano.

La radiodifusión comunitaria o pública, que es distinta de la estatal, tambien tiene respaldo en la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que defiende el derecho de expresión y libre circulación de ideas, sin controles abusivos del Estado o de particulares, según el periodista.

El movimiento de las radios comunitarias preocupa a los propietarios de emisoras convencionales por su rápida expansión desde 1991, cuando un tribunal de Sao Paulo absolvió a un operador acusado de "pirateria" radiofónica.

En la década del 80, cuando empezó la ola, las radios libres no pasaban de cien y, aisladas, eran muy vulnerables a la represión.

A mediados de 1995 ya eran 1.000 en todo el país y Manzano calcula que ahora son 2.500. De persistir ese ritmo de aumento, las radios informales serán mas de 10.000 al finalizar el siglo.

La idea tuvo precursores en los anos 70, pero se difundió en el decenio siguiente. Las emisoras libres fueron duramente reprimidas en los primeros momentos, pues aún se vivía bajo el régimen militar (1964-1985). En 1986, sus impulsores empezaron a organizarse en asociaciones.

Hacia 1989 tuvo lugar en Sao Paulo el Primer Encuentro Nacional de Radios Libres, que ya se repitió tres veces y reclama "una reforma agraria del aire", una metáfora que compara la situación de las radios libres con los campesinos sin tierra que ocupan predios improductivos en busca de justicia en el medio rural.

Paralelamente, se desarrolla el Foro por la Democratización de la Comunicación, con fuerte participación de las radios libres, que presiona al gobierno en procura de la legalización de las formas de comunicación mas participativas. (FIN/IPS/mo/ff/cr/96)

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