BRASIL: Masacre podría dar impulso a la reforma agraria

La exigencia de castigo a los responsables y mayor agilidad en la reforma agraria son las reacciones dominantes a la masacre de campesinos sin tierra, ocurrida el miércoles en el norte de Brasil.

Las primeras investigaciones realizadas en Eldorado de Carajas por comisiones de instituciones gubernamentales, no gubernamentales y parlamentarias indican que se trató de una verdadera masacre, con tiros de gracia y asesinato de personas ya rendidas.

Oziel Pereira, uno de los dirigentes del Movimiento de los Sin Tierra (MST) que encabezó la manifestacion reprimida a tiros, fue asesinado después de ser capturado, esposado y arrastrado por los pelos, aseguraron varios sobrevivientes.

"Los indicios de que hubo ejecuciones son fuertes", admitió Percilio Neto, abogado y miembro del Consejo de Defensa de los Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, enviado al lugar para averiguar sobre la masacre.

Muchos fueron muertos con tiros en la frente, en la nuca y en el corazón, y presentan residuos de polvora, prueba de que recibieron tiros a quema ropa.

Imágenes de television, tomadas por un camarógrafo que logró filmar el comienzo de la batalla, revelan una confrontación desigual y una determinación suicida de los campesinos, que hicieron frente a policías militares armados de metralletas y fusiles automáticos.

Los cuatro o cinco centenares de campesinos sin tierra avanzaron sobre los policías, tirándoles piedras y palos. El filme muestra dos de ellos con revólveres, uno tirando una sola vez y otro que es impedido de hacerlo por un compañero.

En la región sur del estado de Pará, en el norte de Brasil, es usual la posesión de ese tipo de arma, inútil contra las ráfagas policiales que provocaron una fuga desordenada de los campesinos, mujeres y niños, en la carretera y en medio del campamento donde vivían los sin tierra.

Hay centenares de desaparecidas, que se dispersaron para escapar del tiroteo y luego a la persecución policial, según el testimonio de muchos campesinos que se concentraron para protestar en la sepultura de los 19 cuerpos ya descubiertos.

Manifestaciones de protesta, exigiendo el fin de la impunidad de las masacres en el campo brasileño, se multiplicaron por varias ciudadas este viernes. En Belem, una multitud entabló una batalla callejera con la Policía Militar, al manifestarse contra la corporación delante de su cuartel.

Pero en un movimiento paralelo, se alzan voces incluso gubernamentales apuntando una mayor rapidez y eficacia en el proceso de reforma agraria, como la verdadera solución para esas tragedias que se suceden a causa de conflictos por la tierra.

"Debemos intensificar las acciones en esa cuestión", sostuvo el senador Teotonio Vilela Filho, que será elegido presidente del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) este fin de semana en la convención partidaria.

Dirigentes de ese partido, al cual pertenece el presidente Fernando Henrique Cardoso, concluyeron que el gobierno debe conceder la maxima prioridad a la reforma agraria, acogiendo incluso la tesis del MST de que el órgano oficial encargado del tema pase a depender directamente de la Presidencia.

Actualmente, el Instituto de Colonizacion y Reforma Agracia (Incra) depende del Ministerio de Agricultura, cuyo titular ha sido tradicionalmente alguien vinculado a sectores conservadores de hacendados y grandes empresas agrícolas.

La tragedia de Eldorado de Carajas es lamentable, pero puede representar "un vuelco favorable a la reforma agraria", evaluó el general Alberto Cardoso, jefe del gabinete militar de la Presidencia, que supervisa las investigaciones de la masacre en nombre del propio presidente.

Brasil, campeón de las desigualdades sociales, posee también una de las peores situaciones del mundo en cuanto a la propiedad rural, con una concentración de 44 por ciento de la tierra en manos de sólo uno por ciento de propietarios.

Aunque la Constitución considere pasible de expropiación las propiedades que no cumplan su "función social", en términos de producción y empleo, la tierra es manejada más bien como reserva de valor, un activo para especulación financiera, que como medio para producir alimentos.

Cuanto mayor es la propiedad, mayor es su parte improductiva, destacó Ladislas Dowbor, economista de la Universidad Católica de Sao Paulo. Mientras los pequeños agricultores siembran 65 por ciento de su tierra, las propiedades de más de 8.000 hectáreas sólo aprovechan 6,7 por ciento.

Las estadísticas oficiales apuntan que de 371 millones de tierras cultivables en el país, sólo 52 millones son destinadas al cultivo permanente o temporal, destacó el experto.

Sin embargo, la expropiación de tierras para la reforma agraria es muy difícil en el país, porque la justicia en general defiende la propiedad, incluso la irregular.

En un área de intensos conflictos, Pontal de Paranapanema, a 650 kilómetros de Sao Paulo, las autoridades no logran hasta este momento distribuir a los campesinos tierras que pertenecen al gobierno del estado, según un fallo judicial de 1957.

Los haceandos que las invadieron logran mantenerlas bajo su posesión, gracias a una batalla judicial por la indemnización de mejoras construídas en el pasado. (FIN/IPS/mo/ag/ip/96)

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