Una empresa de computación de California prendió la chispa de lo que considera una revolución económica en los estados de Sarawak y Sabah, en Borneo, Malasia, cuyos bosques fueron diezmados por la industria maderera.
Komag, uno de los mayores fabricantes de discos de computadora, comenzó a producir componentes en su nueva fábrica en Kuching, en Sarawak, con una inversión de 100 millones de dólares.
Al emprendimiento de Komag seguirá el inicio de las operaciones en Malasia de la compañía Zycon, que prevé la fabricación de circuitos integrados de varias capas a fines de este año.
Ambas empresas tienen sus casas matrices en Silicon Valley, al sur de San Francisco. Otras dos compañías de Japón también instalarán plantas de producción en la zona malaya.
La actividad económica en los dos estados malayos estuvo dominada durante mucho tiempo por la industria maderera, que aprovecha las selvas tropicales que cubren la isla de Borneo.
"Sabemos muy bien que no podemos mantener nuestro crecimiento apenas en base a las materias primas", dijo el ministro de Desarrollo Industrial de Sarawak, Abang Johari Abang Openg, quien confía en que Komag abrirá un camino hacia la revolución industrial en el estado.
En 1993, Sarawak produjo 18 millones de metros cúbicos de madera. La mayoría procedió de tierras pertenecientes a 20 tribus aborígenes que constituyen la mitad de la población total del estado, de 700.000 personas.
Los científicos pronostican que el agotamiento total de los bosques del lugar se registrará a comienzos del próximo siglo.
Siete millones de los 9,2 millones de hectáreas de los bosques de Sabah, que cubren dos tercios de la superficie del estado, habían sido taladas antes de 1991. Los ambientalistas temen que la deforestación total de este estado ocurra antes del 2000.
Las compañías madereras, que advierten estos hechos, comenzaron a desplazar sus operaciones a territorios vecinos como Papua-Nueva Guinea o las islas Salomón, y algunas planean incluso iniciar actividades en lugares tan alejados como la República Centroafricana o Guyana.
Pero la producción de computadoras podría no suministrar una alternativa viable a la industria maderera, según analistas.
Estudios efectuados en Califorina señalan que la industria de la informática podría, incluso, tener un impacto negativo en el ambiente y en la salud de los trabajadores, si los productos químicos empleados son liberados a la atmósfera, la tierra o el agua.
"Somos una empresa socialmente responsable. La fabricación de discos duros emplea mucha menos cantidad de productos tóxicos que la de semiconductores", dijo a IPS el encargado de relaciones públicas de Komag, David Allen.
Las autoridades de Malasia alientan al establecimiento de empresas en estos dos estados. El ministro de Comercio e Industria, Rafidah Aziz, y el ministro de Desarrollo del estado de Sabah, Tham Nyip Shen, realizaron la semana pasada contactos con ejecutivos de compañías de computación de California.
Entre los incentivos expuestos por los representantes del gobierno de Malasia se cuentan exenciones impositivas, salarios de entre 2,80 y 5,20 dólares por día, abastecimiento regular de agua y electricidad y transporte aéreo frecuente.
El gobierno de Sarawak invirtió 39 millones de dólares para el desarrollo de la Zona Industrial Libre de Sama Jaya, en Kuching, donde se instaló la planta de Komag.
La posible aglomeración de industrias en Kuching produjo preocupación entre grupos ambientalistas. (FIN/IPS/tra-en/pc/sw- yjc/mj/en dv/96)