AMBIENTE: Mala reputación amenaza a cocodrilos de Filipinas

Además de la mala reputación que les forjaron los directores de cine y el temor que suscita su mera apariencia, los cocodrilos de Filipinas enfrentan otro "problema de imagen", advierten ambientalistas.

En Filipinas, los políticos corruptos son a menudo llamados "cocodrilos" por la prensa y el público, lo cual no hace más que aumentar el estigma que los ambientalists intentan eliminar con el fin de salvar de la extinción las especies nativas del reptil.

"Un cocodrilo no es malo, corrupto, ambicioso ni egoísta", proclama un cartel que recibe a los visitantes en una granja de cocodrilos en Puerto Princesa. Esos términos son "un insulto" a los cocodrilos, añade otro.

Los expertos del Instituto de Cría de Cocodrilos sostienen que los prejuicios y el uso del reptil como símbolo de la política corrupta bloquean los esfuerzos por salvar las especies nativas.

Es común que la gente pregunte por qué el cocodrilo, conocido como uno de los últimos sobrevivientes de la era de los dinosaurios, deba ser salvado de la extinción, señaló Fernando Batul, de la granja de cocodrilos de 10 hectáreas en la provincia de Palawan, unos 300 kilómetros al sudoeste de Manila.

"Muchos temen a los cocodrilos o los consideran una peste", dijo el experto en entrevista con IPS.

Pero los especialists afirman que los cocodrilos, una de tres subfamilias bajo las 26 subespecies del mundo, no atacan a los seres humanos si no son provocados.

En las raras ocasiones en que algunas especies de cocodrilos, como el americano o el del Nilo atacaron a personas, no sabían que lo estaban haciendo, "ya que no pueden distinguir entre animales y humanos", dijo Batul, y añadió que el casi extinto reptil filipino es "muy tímido e inofensivo".

Pese a sus largos dientes y fuertes mandíbulas, los cocodrilos no son voraces. Debido a su eficiente metabolismo y a la capacidad de su organismo para almacenar energía, los cocodrilos puden mantenerse sin comer hasta dos años.

El número de cocodrilos nativos, llamados "Crocoylys Mindorensis", cayó entre 500 y 1.000 individuos en 1982, según la Smithsonian Institution.

El cocodrilo filipino, que alcanza tres metros y pesa hasta 100 kilogramos, se encuentra en pequeños números en las provincias de Palawan, Quezon, Mindoro Oriental y Surigao del Sur. En la granja de Palawan hay unos 600.

Una de las dos especies del reptil en Filipinas, el gran cocodrilo de agua salada, está en mejor situación que el Mindorensis, y habita en la región indopacífica en países como Australia, Indonesia, Tailandia e India.

Además de ser presas de cazadores por su dura piel, de alto valor en los mercados internacionales, los cocodrilos deben hacer frente a la rápida degradación de pantanos, humedales, pequeños lagos y ríos, sus medios naturales.

La supervivencia de los cocodrilos en el medio ambiente silvestre, donde viven hasta 80 años, continúa siendo precaria. Desde 1987, la granja de Palawan sólo capturó un cocodrilo filipino salvaje. (FIN/IPS/tra-en/js/cpg/lp/en/96)

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