Miles de empleados estatales de Venezuela efectuaron la noche del martes al miércoles una "vigilia", apostándose con velas encendidas a las puertas de edificios públicos en esta capital y algunas ciudades del interior.
Los trabajadores fueron convocados a esa demostración callejera, inédita en las luchas sindicales del país, por su federación sindical, que exige la discusión y firma de una nueva convención de trabajo, incluyendo alzas salariales.
También reclaman los 700.000 empleados públicos el pago de deudas, y protestan porque el gobierno de Rafael Caldera aumentó este mes las bonificaciones que por transporte y alimentación reciben los trabajadores del sector privado, pero no los del sector estatal.
En Caracas, el presidente de la federación de empleados, Carlos Borges, dirigió la vigilia en las calles adyacentes a la sede del parlamento, y al amanecer de este miércoles acudió con centenares de seguidores a una misa en una iglesia cercana, con lo que concluyó la demostración.
Los empleados públicos han efectuado paros y marchas en las principales ciudades del país, y amenazan con generalizar la huelga si el gobierno rehusa acceder a sus demandas.
Entretanto, el parlamento rechazó ya de modo preliminar el proyecto de presupuesto que presentó el gobierno para 1996, lo que deja al Ejecutivo con poco margen de maniobra para atender los reclamos de sus empleados.
Por otra parte, unos 150.000 docentes mantienen una huelga de dos semanas por demandas salariales y exigiendo pago de deudas, y el clima de conflictividad sindical se puede incrementar luego de alzas de precios y una devaluación que, según expertos, se producirá durante el asueto de Semana Santa. (FIN/IPS/hm/jc/lb/96)